La OIT identifica nuevos riesgos en materia de seguridad y salud en el trabajo
La innovación tecnológica, el cambio climático y las nuevas modalidades de trabajo, están conllevando nuevas alertas sobre seguridad y salud en el trabajo, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo.
En el marco del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentó el informe “Seguridad y Salud en el centro del Futuro del Trabajo: Aprovechar 100 años de experiencia”. El informe examina el trabajo de la Organización dedicados a los temas de seguridad y salud en el trabajo, y expone los nuevos problemas que están apareciendo en el mundo laboral.
En este nuevo paradigma, se destacan cuatro ejes transformadores que están afectando el futuro del trabajo: en primer lugar, se ubica la tecnología como la digitalización, la robótica y la nanotecnología. La misma, puede afectar la salud psicosocial e introducir nuevos materiales con riesgos para la salud que no han sido estimados. Asimismo, un correcto uso, puede contribuir a reducir las exposiciones peligrosas, facilitar la formación y la inspección del trabajo.
A continuación, se identifican los cambios demográficos, vinculados, por un lado, con los trabajadores jóvenes, que tienen tasas de lesiones profesionales significativamente elevadas, mientras que los trabajadores mayores necesitan prácticas de adaptación y equipo para trabajar de forma segura. Por otro lado, también hay un número mayor de mujeres incorporándose a la fuerza de trabajo, y corren mayores riesgos de sufrir trastornos musculo-esqueléticos.
En tercer lugar, el cambio climático está generando mayor contaminación del aire, el estrés por exceso de calor, nuevas enfermedades, entre otros riegos, que pueden ocasionar la pérdida de puestos de trabajo. De manera positiva, el desarrollo sostenible promoverá la creación de nuevos empleos vinculados a la economía verde.
Otro aspecto son los cambios en la organización del trabajo pueden dar lugar a una flexibilidad que permita que un número mayor de personas se incorpore a la fuerza de trabajo, pero también puede causar problemas psicosociales, como inseguridad, menoscabo de la privacidad y del tiempo de descanso, o una protección inadecuada en materia de seguridad y salud y de protección social y horarios de trabajo excesivos.
Ante este panorama, también se propone a los políticos y otras partes interesadas que deberían priorizar sus esfuerzos para anticipar los riesgos nuevos y emergentes para la seguridad y la salud relacionados con el trabajo, la adopción de un enfoque más multidisciplinario y el establecimiento de vínculos más fuertes con la salud pública.
Asimismo, indican que es necesario mejorar el conocimiento público sobre las cuestiones de seguridad y salud en el trabajo. Como conclusión, desde la OIT aseguran que es necesario reforzar las normas internacionales del trabajo y la legislación nacional, lo cual requerirá una colaboración más estrecha entre los gobiernos, los trabajadores y los empleadores.
“Así como observamos una mayor prevención para los riesgos reconocidos, también constatamos cambios profundos en nuestros lugares de trabajo y en la manera en que trabajamos”, declaró Manal Azzi, especialista técnica de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo y agregó: “Necesitamos estructuras de seguridad y salud que reflejen estos cambios, junto a una cultura general de prevención que fomente una responsabilidad compartida”.
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