El “No-Packaging”: ejemplos y limitaciones de un concepto que interpela al sistema de producción y consumo
En sintonía con el auge de una mayor conciencia medioambiental, en los últimos años ha empezado a crecer un movimiento alrededor del mundo que pregona el consumo de productos sin envases. En el siguiente informe analizamos los principales casos que han funcionado (y los que no) para conocer las ideas detrás de este concepto que busca revolucionar la forma en que consumimos.
Antes del estallido de los envases plásticos y productos pre envasados, lo común era comprar la mercadería suelta directamente a quien la producía. Luego, con el desarrollo del plástico y otros materiales, los alimentos pudieron tener una mayor vida útil, y lograron ser transportados de manera más fácil. Así el packaging comenzó a ganar espacio en los almacenes y en los mercados. Pero hoy, los consumidores son cada vez más conscientes de su impacto ambiental, y más aún en los casos donde piensan que son innecesarios.
Así fue que en los últimos tiempos comenzó a tomar fuerza el concepto de “No-Packaging”, el cual busca seducir a un público comprometido ambientalmente y que a priori pareciera poner a prueba la lógica de comercialización del siglo XXI.
Entre sus principales argumentos, los defensores del “No-Packaging” destacan que el mismo evita generar una gran cantidad de residuos que no tienen por qué existir, permite disminuir de manera considerable los costos de producción y distribución (en este último caso al restarle peso a los productos transportados), y el hecho de poder comprar sólo lo que necesitamos. Además, en el caso de los alimentos este concepto pregona por el consumo de los mismos en su estado natural, lo que posibilita no tener que utilizar conservantes ni aditivos que alteren su sabor.
Dentro de las diferentes modalidades que promueve el “no packaging” se pueden mencionar las ventas a granel, que cada consumidor lleve sus propios envases reutilizables, el desarrollo de productos que no requieran envases o la utilización de algunos productos naturales, -por ejemplo hojas de plátano-, a modo de envoltorio.
Los ejemplos en el mundo se multiplican
Europa pareciera estar a la vanguardia en materia de No-Packaging. En 2014, Berlín tuvo su primer negocio libre de empaques: Original Unverpackt. La característica: los alimentos se almacenan en los denominados contenedores de gran volumen (sistemas de distribución) y se pueden transferir fácilmente mediante presión manual en recipientes traídos por ellos mismos. También ofrecen bolsa de papel reciclado para los productos. Además, cada uno de los contenedores cuenta con información totalmente detallada sobre las características y composición del producto que se está comprando. Original Unverpackt ofrece más de 600 productos diferentes, desde alimentos, dulces, licores, cosméticos hasta detergentes.
En 2015, con motivo de la COP21 celebrada en Francia, París fue testigo del surgimiento de su primer supermercado libre de packaging. El mismo es parte de la compañía Biocoop, y fue considerado un laboratorio de ensayo de la venta de productos orgánicos a granel. El lugar fue cedido por el gobierno municipal y ofreció unos 250 productos alimenticios. El concepto en el que se basó la iniciativa es el de “supermercado de barrio” que evita el consumo excesivo y fomenta la reutilización de materiales. La repercusión entre los consumidores fue tan buena que Biocoop decidió expandir sus ideas al resto de sus tiendas, incluso fuera del país.
Asimismo, en Gran Bretaña, podemos encontrar ejemplos de proyectos que se encuentran en etapa de prueba. Tal es el caso del minorista Tesco, el cual está eliminando el plástico de la sección de frutas y verduras. Además, un total de cuarenta y cinco alimentos envasados se retiraron de las tiendas en Watford y Swindon. Gracias a ello, los clientes accederán a frutas y verduras, incluidas las variedades de manzanas, champiñones, pimientos, cebollas, plátanos y aguacates, sin envases. Además, Tesco encuestará a los compradores en las tiendas para ayudar a entender la reacción a la prueba. También se controlarán los productos para analizar si hay un aumento en el desperdicio de alimentos.
Otro de los ejemplos británicos es el de la cadena Waitrose & Partners, el cual también está experimentando (mediante una prueba de 11 semanas de duración) cómo reaccionan los consumidores ante la oferta de productos sin packaging. Para ello han creado en sus tiendas una zona específica para el relleno de envases, la posibilidad de comprar frutas congeladas a granel y el poder hacer uso de cajas prestadas para llevar los productos que se deseen comprar teniendo la obligación de devolverlas en la próxima visita. La particularidad de la prueba que se está haciendo radica en que los productos se encontrarán en la tienda con y sin envase en sus zonas habituales para ver cómo reacciona el público ante el incentivo.
“Sabemos que nuestros clientes quieren que reduzcamos los envases y estamos haciendo progresos al respecto. Queremos trabajar con ellos para comprender dónde es innecesario y dónde debemos mantenerlo, para poder identificar las soluciones correctas para el futuro”, explica Tor Harris, Jefe de Responsabilidad Social Corporativa de Waitrose & Partners.
En cambio, la cadena británica de supermercados Morrisons ya ha superado la etapa de prueba (la cual tuvo una duración de diez meses) y en los hechos se ha transformado en la primera en eliminar los envases de sus frutas y verduras en el país. En la compañía informan que los resultados preliminares han sido alentadores: la cantidad de frutas y verduras sueltas compradas por los clientes aumentó en un promedio del 40%. Se espera que los nuevos estantes de frutas y verduras 'comprar sin bolsa' den como resultado un cambio similar de empaquetado a suelto, ahorrando aproximadamente tres toneladas de plástico por semana, lo que equivale a 156 toneladas al año. A partir de ahora, los clientes pueden ver una sección completa del departamento de frutas y verduras sin plástico. Hay una sección vecina donde los clientes aún pueden comprar verduras empacadas, si así lo desean. Cuando los clientes compren frutas y verduras sueltas, pueden llevarlas a la caja sueltas o ponerlas en bolsas de papel reciclables de Morrisons. Las áreas de frutas y verduras sueltas se desplegarán en 60 tiendas Morrisons durante el transcurso de 2019. Luego continuarán siendo introducidas como parte del programa de renovación de tiendas en curso del supermercado en todo el país, ahorrando aún más plástico con el tiempo.
“A muchos de nuestros clientes les gustaría la opción de comprar sus frutas y verduras sueltas. Por lo tanto, estamos creando un área en nuestra verdulería sin plástico donde puedan recoger tanto o tan poco como quieran. Volveremos a usar la verdulería tradicional y esperamos que los clientes aprecien la elección”, expresó Drew Kirk, Director de Frutas y Verduras de Morrisons.
Por su parte, la cadena Ekoplaza inauguró en 2018, en Ámsterdam, un supermercado con algunas góndolas libres de plástico a modo de prueba piloto. El local, Ekoplaza Lab, contó también con más de 700 productos que utilizaron diversos empaques, mezclando nuevos materiales con los antiguos, desde papel, cartón y metales hasta bioplásticos. El director ejecutivo de Ekoplaza, Erik Does, dijo en su momento a la prensa local que la iniciativa es "un paso importante hacia un futuro mejor". Agregó que “las góndolas libres de plásticos son una manera innovadora de probar que los materiales biodegradables son una buena alternativa”.
España no se queda atrás. En el caso de Carrefour España, desde principios de 2019, los clientes pueden llevar sus propios envases para disminuir uso de plástico. La medida, alienta a que los clientes, utilicen sus propios recipientes y bolsas para realizar sus compras de carnicería, charcutería, pescadería y frutería. Los recipientes deben ser transparentes con tapa y pueden ser tanto de vidrio como de plástico. Una vez pesados los productos, se envuelven en papel, se etiquetan y se sirven en el envase del cliente. En el caso de las frutas y verduras a granel, el consumidor podrá utilizar su propia bolsa.
En Europa no sólo el sector alimenticio está trabajando en el tema del No-Packaging. La industria cosmética está avanzando en la posibilidad de ofrecer shampoo y productos sólidos sin envases plásticos. Un ejemplo de ello es lo que está realizando Lush Naked Shop, la primera tienda libre de packaging, presente en Milán, Berlín y Manchester. Las tiendas cuentan con una gran cantidad de productos libres de envases y nuevos productos como gel de ducha sin envase, desodorantes sólidos y limpiadores faciales. Como alternativa para llevar los productos al hogar, la empresa tiene opciones de bolsas reciclables, contenedores regenerativos y envolturas biodegradables. Con respecto a la información del producto, la marca cuenta con una app,-“Lush Lens”-, de reconocimiento de productos con Inteligencia Artificial, que escanea el producto y envía toda la información en el celular.
"Cuando observamos los residuos plásticos producidos por la industria cosmética mundial, sabemos que es un problema y que la concienciación es realmente importante. Pero no podemos hablar de deshacernos de los envases hasta que tengamos una solución, una alternativa que sea efectiva, buena para la piel y buena para el medio ambiente", indicó Alessandro Commisso, fundador de Lush Naked Shop.
Asia y Oceanía también presentan novedades. A principios de 2019 en Nueva Zelanda, los productores alimenticios firmaron la Declaración de Embalajes Plásticos, comprometiéndose a lograr que todos los envases de las tiendas sean 100% reutilizables, reciclables o compostables para 2025. Como parte de la declaración, lanzaron la campaña “Food in the nude” (Alimentos desnudos) para poner fin a los envases de plástico para productos frescos en los supermercados. Así algunos locales han dejado de utilizar envoltorios de plástico para todas sus frutas y hortalizas. Para ello se instaló allí un nuevo sistema de estanterías de refrigeración para exhibir frutas y hortalizas frescas junto con un proceso conocido como “nebulización” para ayudar a mantener frescos los artículos.
En 2019 Tailandia por su parte aportó una mirada desde la innovación con materiales orgánicos: la utilización de hojas de plátanos, junto con hilos de bambú, para envolver los productos en lugar de los envases plásticos. Este método se está probando en algunos supermercados de la cadena llamada Rimping, ubicada en Chiang Mai. El empaque representa algunos desafíos, ya que todavía las etiquetas de plástico están pegadas a cada hoja, pero Rimping apuesta a mejorar el sistema. El empaque de hoja de plátano podría ser útil para artículos pequeños que casi siempre están empaquetados en cajas de plástico, como bayas, champiñones y tomates cherry. El método aprovecharía los subproductos de la industria bananera, las hojas, que, en general son descartadas.
Ejemplos en América Latina
En la región lo que se observa son proyectos a una escala más pequeña. Tal es el caso de Mercado Circular, nacido en 2018 en Valparaíso, Chile, el cual se basa en un modelo de economía circular que busca acercar al consumidor las grandes marcas de productos de limpieza para el hogar, a través de la eficiencia en los procesos y la reducción de los materiales. El sistema consiste en un espacio de venta denominado EcoCarga, donde se adquieren los envases recargables en la primera compra, luego de utilizado el producto, se lavan los envases y vuelve a la tienda a recargar cuantas veces se necesite. Desde 2018, lograron evitar que al menos 46.154 nuevas botellas plástico de 3 litros, terminaran en la basura después de un solo uso.
Desde Mercado Circular informan que el proyecto nace como respuesta al planteo de ley de responsabilidad extendida del productor. “La ley iba a tener un aumento en el costo final del consumidor. En este contexto nos planteamos la idea de eliminar el envase por completo, logrando un beneficio económico y ambiental”, expresa Carolina Carrera, gerente de marketing de Mercado Circular.
“Se armó un piloto de venta al peso de detergente y de lavavajillas, donde el consumidor se acercaba con sus botellas para cargar el producto, luego lo modificamos y comenzamos a entregar una botella apta para el uso de químicos, segura y con un código QR, que nos asegura la trazabilidad de la botella y la cantidad de reusos”. De esta manera se evita la contaminación cruzada. Actualmente cuentan con detergente, suavizante, limpiador multiuso y limpia losa, para cada producto hay una botella determinada.
Carrera afirma que la iniciativa tiene una gran aceptación, ya existen cuatro puntos y tienen planeado abrir diez más durante el año. Con respecto al precio los consumidores pueden ahorrar hasta la mitad del precio del valor del detergente. “Para los clientes, el sentir que está contribuyendo es una razón para seguir comprando. Los ciudadanos quieren gastar menos plásticos”, finalizan desde Mercado Circular.
En México, se pueden encontrar emprendimientos que siguen la misma filosofía. Por ejemplo, Bodega Cero es una tienda que ofrece el concepto para un estilo de vida cero residuos. Allí se pueden encontrar desde granos, cereales, especias, botana, harinas, postres, hasta productos para el uso diario, de higiene personal y limpieza. En este caso, el cliente lleva sus contenedores y bolsas reutilizables o puede “adoptar” los frascos disponibles en la tienda. Algo similar ocurre con Botánica Granel, donde la clave se basa en que los clientes traigan sus propios recipientes, y donde ofrecen una red de distribución directa a pequeños productores en todo el país.
Caso destacado: el proyecto BYOB de Coca-Cola
En abril de 2019, la publicación Journey dio a conocer un proyecto innovador en materia de No-Packaging que está probando Coca-Cola: el BYOB (Bring Your Own Bottle), con el cual buscan innovar con criterios de sustentabilidad en la manera en que distribuyen sus bebidas reduciendo el desperdicio de envases.
Los ejemplos que se están poniendo a prueba para entregar productos sin envases son las estaciones Dasani PureFill y los vasos recargables ValidFill.
Dasani PureFill es un concepto que le brinda a los estudiantes universitarios la capacidad de llenar (y rellenar) sus propias botellas personales y se combina con una aplicación de teléfono inteligente personalizada, que permite a los usuarios rastrear su hidratación y ubicar geográficamente una máquina cercana y un sistema de pago sin efectivo. Actualmente, se pueden encontrar en la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Florida Central.
ValidFill, por su parte, se basa recipientes recargables equipados con tecnología de identificación por radiofrecuencia con microchips que se utilizan en las máquinas Coca-Cola Freestyle de parques temáticos, campus universitarios y líneas de cruceros. Las tazas recargables "inteligentes" interactúan directamente con Coca-Cola Freestyle, proporcionando convenientemente vertidos preestablecidos de bebidas favoritas y nuevos gustos.
No siempre funciona: la cadena Iceland reconoce que falló
El caso del supermercado Iceland de Inglaterra es un llamado de atención al momento de tener expectativas que pueden ser demasiado optimistas cuando se implementan este tipo de iniciativas, ya que no siempre la reacción del cliente puede ser favorable.
En 2019, Iceland reconoció que el cambio de envases plásticos por papel significó pérdidas en sus ventas, y que tuvo que volver a introducir envases de plástico para las bananas después de que su alternativa no diera los resultados esperados.
De todas maneras y a pesar del problema de la disminución de las ventas, Iceland lanzó una nueva iniciativa de bananas sin plástico que se probará en 20 tiendas. También han anunciado planes para introducir un nuevo programa de verdulería sin plástico que se centrará en abordar productos preenvasados.
Los desafíos a futuro
El No-Packaging es un concepto que está haciendo un aporte importante desde el punto de vista de la sustentabilidad: ayudarnos a reflexionar cuándo no es necesario que un producto utilice un envoltorio para que encontremos alternativas que minimicen su impacto ambiental.
Y hacer ese análisis es clave ya que hay situaciones donde los envases presentan grandes beneficios. Pensemos, por ejemplo, en el rubro de los alimentos: hay casos donde el packaging permite aumentar los tiempos de almacenamiento que redunda en una mayor vida útil, hay menos chances de que se contaminen evitando riesgos bromatológicos, y ofrecen protección contra daños físicos y ambientales durante la manipulación, el transporte y el almacenamiento.
Desde esta perspectiva de protección, la organización Banco de Alimentos Argentina, vinculada a la donación y distribución de los mismos, cuentan su experiencia. “Nosotros recibimos frutas y verduras de mercados concentradores y alimentos de la industria en general. Hacemos una clasificación de los productos que recibimos y todos los productos tienen que cumplir con una condición: no pueden tener su envase primario abierto”, detallan desde el Banco. Es decir, solo aceptan aquellos productos que tiene sus envases primarios cerrados. Por otro lado, el envase también les permite conocer la información del alimento y su vencimiento. “Nos dan información del producto además de protegerlo”.
Con respecto a los productos que reciben, las frutas y verduras son recuperadas de productores, que por alguna razón no pueden comercializarlo, y los donan al Banco a granel. El resto de los productos los reciben envasados. “Por una cuestión de protección del alimento, les exigimos que nos envíen los alimentos envasados de alguna manera, puede ser en envases normales o de mayor tamaño. A nivel ambiental, el producto envasado en mayor volumen genera un menor daño ambiental”.
Por otro lado, informan que las empresas todavía no han planteado el tema de los envases. “Por ahora nosotros no tenemos ningún requisito sobre los envases, tampoco se lo podemos exigir a las empresas, ya que estos temas dependen de la cadena de producción. Por nuestra parte, priorizamos que el alimento esté protegido”.
Para concluir podemos decir que es clave que, en los casos donde sí haya que usar envases, las compañías apuesten por tecnologías superadoras al plástico. Así lo pone de relieve un informe de ONU Medio Ambiente, el cual afirma que “las empresas deben incluir la sostenibilidad en sus modelos comerciales, a veces inspirándose en las comunidades locales para encontrar alternativas al plástico disponibles a partir de plantas y animales”. Y agregan “una forma en la que los gobiernos podrían ayudar a explotar esta conciencia corporativa sería ofreciendo incentivos financieros a las empresas que exploran alternativas al plástico. Estos podrían incluir reembolsos de impuestos, fondos de investigación y desarrollo, incubación de tecnologías, alianzas público-privadas y apoyo a proyectos que reciclen artículos de un solo uso y conviertan los residuos en recursos. Todo se trata de impulsar la innovación empresarial”.
(Fotografía: Pixabay)
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