Más de 800 escuelas de negocios adhirieron a los Principios para la Educación en Gestión Responsable del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, pero muchas de ellas todavía no han integrado la sostenibilidad como pilar. Según una investigación realizada por Giselle Weybrecht, autora de 'The Sustainable MBA', la proporción de informes de las escuelas de negocios que incluyen al menos una mención de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aumentó del 11 % en 2015 al 74 % en 2020. Sin embargo, menos del 10 % demostró un compromiso auténtico.

En este contexto, también indican que menos del 10% de las cartas de presentación de la dirección estratégica de las escuelas mencionan los ODS. Mientras que, algunos espacios indican que están cumpliendo con sus responsabilidades simplemente a través de su condición de instituciones educativas.

Por otro lado, se nota un aumento en el número de cursos centrados en la sustentabilidad, pero la mayoría son optativos y sus temas están ausentes de los planes de estudios. Además, en algunos casos los planes de estudios pueden contradecir los cursos específicos. Así, destacan que se podría incorporar la sustentabilidad en un curso básico de finanzas o marketing para lograr un mayor impacto.

En este sentido, los estudiantes de MBA se están quedando atrás en temas que ganan más relevancia a nivel empresarial. En la educación ejecutiva, donde las escuelas podrían tener el impacto más inmediato, los informes sugieren que la sostenibilidad está casi completamente ausente.

Asimismo, el 16% de los informes mencionaron objetivos futuros relacionados con los ODS, pero la mayoría son amplios y poco ambiciosos. Aunque varias escuelas expresan que su principal desafío es involucrar a los profesores, solo unas pocas brindan apoyo relevante.

Por lo tanto, las escuelas de negocios mantienen una mentalidad de business as usual.

Para poder modificarlo, las escuelas pueden abordar el tema desde cuatro perspectivas: en primer lugar, deben dejar de relegar los ODS a cursos, centros o iniciativas de sostenibilidad y establecerlos como pilar de sus ofertas. En este sentido, los decanos deben introducir incentivos para involucrar al personal y a los estudiantes, al igual que se debe aumentar el compromiso de los profesores.

En segundo lugar, los sistemas como las clasificaciones para juzgar las escuelas de negocios deben cambiar. El éxito no debe medirse solo por las opciones de carrera y los salarios de los graduados.  Así, deben replantearse nuevas métricas que integran esta visión y preparar a todos los graduados.

La siguiente recomendación, está vinculada con la comunidad. Ella debe reconocer el papel de las escuelas de negocios en el logro de los ODS y asociarse para apoyar la transición. Así, se debe dejar de lado el trabajo aislado y vincular su trabajo a objetivos específicos con otras organizaciones.

Finalmente, las escuelas de negocios deberían establecer objetivos ambiciosos y trabajarlos en todas las disciplinas.