Convenio para impulsar la vitivinicultura regenerativa en la provincia de Mendoza
El CONICET, las bodegas Chandon Argentina y Terrazas de los Andes, y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) firmaron un convenio específico de investigación y desarrollo para generar conocimiento científico sobre estrategias de manejo de suelo que sirvan como herramienta para realizar una gestión sustentable integral de los viñedos.
El proyecto, que surge de trabajos previos realizados con la Ing. Agr. Daniela Mezzatesta, representante técnica de las bodegas, se enmarca en un tipo de agricultura denominado Agricultura Regenerativa cuya finalidad es fomentar, conservar y revitalizar los procesos biológicos y la biodiversidad del suelo, los cuales son clave en la sostenibilidad de los agroecosistemas.
Las actividades que prevé el acuerdo se llevarán a cabo en la Finca “El Espinillo” ubicado en Gualtallary, Tupungato, y estarán a cargo de un equipo de investigación del Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET-UNCUYO) y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo, liderado por la investigadora Carina González.
“Se realizará un experimento a campo en un viñedo de Malbec de altura (1650 msnm). El mismo consistirá en aplicar distintas estrategias de manejo de suelo durante tres temporadas de cultivo. Se llevarán a cabo determinaciones a campo, y en laboratorio, que permitirán comprender de qué manera estos manejos afectan el estado hídrico y nutricional del viñedo, así como la dinámica de la población de especies vegetales de la cobertura vegetal, y la evolución de distintos indicadores de la salud del suelo”, explicó González.
Este convenio permitirá sentar las bases científicas para lograr un adecuado manejo del suelo en Viticultura Regenerativa y tendrá aplicación directa en el sector productivo. “Con el acuerdo se busca obtener las bases científicas que nos permitan elegir una estrategia de manejo que posibilite mejorar la salud de los suelos e incrementar la biodiversidad del agroecosistema vitícola”, dijo la investigadora.
Es importante destacar que este acuerdo ha sido acreditado como Proyecto de Desarrollo Tecnológico y/o de Impacto Social (PDTS) coordinado por el MINCyT. Estos proyectos tienen por objeto la resolución de una necesidad del mercado y requieren un adoptante y/o demandante, público o privado, de la tecnología desarrollada, y deben contar con una o más instituciones que contribuyan a su financiamiento. Además, permiten abrir un nuevo espacio de vinculación y transferencia con el medio socio-productivo, visibilizando la investigación y producción de conocimiento y posibilitando que el proyecto cuente con un becario o becaria postdoctoral específicamente asignado y financiado por el CONICET.
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