"Ayudar a los empleados a cumplir con sus responsabilidades familiares es una buena inversión empresarial"
Martín Giménez Rébora trabaja desde 1998 como responsable de movilización de recursos de UNICEF promoviendo, entre muchos otros temas, el compromiso y progreso de las empresas argentinas en el cumplimiento de los Derechos de la Infancia. En esta entrevista en profundidad le preguntamos sobre los desafíos y oportunidades de gestionar los Derechos de la Infancia en la Argentina; sobre este trabajo en la cadena de valor; y sobre la protección de los derechos del niño en la publicidad.
¿Cuáles crees que son los mayores desafíos para las empresas a la hora de gestionar los Derechos de la Infancia?
Con los años la mirada de las empresas en relación a los derechos humanos, en particular de niños, niñas y adolescentes, ha ido cambiando positivamente. Es un trabajo arduo sobretodo entendiendo que las empresas de América Latina en general, y de la Argentina en particular, están inmersas en un contexto que, en algunos casos, no es favorable ni a la sostenibilidad ni al largo plazo. La coyuntura muchas veces termina incidiendo en decisiones estratégicas y procesos clave, con el agregado de que el Estado cuenta, en primer lugar, con un marco normativo perfectible en diversos temas que vinculan al sector privado con los niños, niñas y adolescentes y, en segundo lugar, con mecanismos de control que en algunas ocasiones resultan insuficientes.
En 2012, UNICEF participó en la realización de una encuesta a cerca de 500 empresas con operaciones en la Argentina sobre Derechos de la Infancia. Dicho estudió indicó que el 36% de estas empresas decían conocer las normativas sobre el tema y no cumplirlas, y otro 29% directamente no conocía las mismas. Por eso, ante este escenario, nuestra estrategia ha sido ser propositivos en las iniciativas hacia el sector privado. Un ejemplo de ello fue la organización hace unas semanas del primer encuentro "Empresas e Infancia" donde presentamos diez ámbitos de trabajo puertas adentro y puertas afuera de las empresas en temas de derechos de niños, niñas y adolescentes. Fue un evento original y creativo porque logramos abordar, mediante presentaciones y mesas de trabajo participativas, temas como la Responsabilidad Social Empresarial; el marco normativo y su cumplimiento; las posibilidades y desafíos del sector privado; pero en clave de infancia. Los insumos recibidos de parte de los que asistieron al evento serán utilizados como pieza clave de un documento de trabajo con el sector privado con miras al año 2020.
Uno de los ámbitos de trabajo puertas adentro propuestos por UNICEF en este encuentro fue el tema de conciliación laboral y beneficios para empleados en términos de responsabilidad familiar. Hace poco publicamos una noticia en ComunicaRSE sobre un Fallo Judicial que pondría en jaque los reintegros por guarderías o espacios de cuidado como beneficio corporativo. Ahora las empresas deberán garantizar estos espacios en sus empresas. ¿Cuál crees que será el impacto de este fallo sobre las empresas?
El fallo judicial puede impactar sobre las empresas en tres aspectos. Un primer aspecto tiene que ver con lo que contribuye más a la sostenibilidad de las empresas. En UNICEF trabajamos para mostrarle al sector corporativo que invertir en primera infancia y ayudar a los empleados a cumplir con sus responsabilidades familiares termina resultando una buena inversión empresarial. Una mamá que puede tener un espacio de lactancia y cuidados para sus hijos es una trabajadora más comprometida con la empresa y con mejor desempeño profesional. La madre seguramente faltará menos porque el hijo se enfermará menos y tendrá más contención. Un segundo aspecto es que las normas están para ser cumplidas. Las empresas deberán trabajar unidas, quizás en el ámbito de una cámara, para dialogar con las autoridades y ver la mejor manera para cumplir estas leyes. Un tercer aspecto es el de la motivación de todo el personal de la empresa que, al contar con estos espacios, podrán mejorar su calidad de vida y sentir más compromiso con su trabajo. Es por estas razones que el impacto positivo no sólo es para las madres de niños pequeños y sus familias, sino también para toda la compañía. Además, las empresas deben ver que estas buenas prácticas son una forma de tener una mejor reputación y así diferenciarse entre sus competidores.
Otro ámbito de trabajo que propusieron en el encuentro para empresas fue el de garantizar el respeto a los Derechos de la Infancia en la cadena de valor. Desde tu experiencia en UNICEF, ¿cuáles crees que son los desafíos para trabajar este tema en la cadena de valor?
Creo que hay distintos niveles de responsabilidades según el tipo de industria. Hay algunas que tienen mayores desafíos de trabajar en su cadena si saben que en ella pueden ocurrir, por ejemplo, situaciones de trabajo infantil; mientras que con otras empresas, sobretodo de servicios, quizá esto tenga un impacto menor. Igualmente, creo que todas las empresas pueden avanzar con códigos de ética para proveedores e inspecciones in situ para garantizar que no existe trabajo infantil en sus cadenas. Pensamos que uno de los mayores desafíos para trabajar en la cadena de valor es la falta de información. Hay encuestas recientes que informan parcialmente y otras que deberían de actualizarse, como la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA) sobre trabajo infantil del 2004. Las empresas tienen también la responsabilidad de exigir a las autoridades actualizar esta información e instrumentar mecanismos que impidan este tipo de situaciones.
¿Cómo se involucran las empresas argentinas en la protección de los derechos del niño en la publicidad? ¿Hay resistencia a trabajar en estos temas?
Lo que nosotros percibimos es cierta resistencia a trabajar en estos temas, principalmente de parte de empresas que comercializan productos mediante medios masivos de comunicación y medios digitales; como golosinas, gaseosas o productos alimenticios que ofrecen un beneficio emocional y no estrictamente nutricional, sea mediante sorteos, promociones o regalos. Tampoco vemos que los esquemas de autorregulación sean efectivos, ni en Argentina ni en el mundo, y aquí discutir de estos temas abiertamente no es nada sencillo. Esto es preocupante en un país donde uno de los indicadores de salud de niños y adolescentes que más incrementó es la obesidad y la malnutrición. Muchas empresas aprovechan los vacíos legales para promover la difusión de mensajes dirigidos a niños, niñas y adolescentes que incentiven el consumo de productos que no son saludables. Nosotros, desde UNICEF, pensamos que hacer eso es una mala práctica empresarial y que, si bien no hay marco legal en la Argentina que lo prohíba, se trata de una cuestión ética. En muchos países se ha avanzado en este sentido y se está discutiendo en el ámbito legislativo. En la actualidad hay 16 países en Europa, México, Ecuador y Chile que tienen distinto tipo de etiquetado en sus alimentos y bebidas, y que indican calorías, grasas, azúcares y sodio en el empaque de sus productos.
UNICEF ha estado trabajando en este tema, por ejemplo con el Consejo Publicitario Argentino para impulsar estas iniciativas de marketing responsable.
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