BlackRock destaca la resiliencia de los fondos con perfil sostenible en tiempos de crisis

27.05.2020 | Inversores

Entrevista a Axel Christensen, Director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock, sobre el Informe recientemente publicado por la institución que revela que los fondos con perfil sostenible no sólo sortearon con éxito la liquidación que se produjo en los mercados durante el primer trimestre del año, sino que además captaron nuevas inversiones. Además, evaluó el desempeño de América Latina y adelantó los planes de BlackRock para la región. 


El informe de BlackRock indica que en el primer trimestre de 2020, Morningstar reportó que 51 de sus 57 índices sustentables tuvieron mejores rendimientos que sus contrapartes en el mercado, y MSCI reportó que 15 de sus 17 índices sustentables obtuvieron resultados similares. Estos datos se mantienen en línea con la resiliencia observada por BlackRock en las estrategias de inversión sustentable en caídas anteriores del mercado (2015-2016 y 2018), lo cual demuestra que las estrategias sustentables no requieren una compensación de rendimiento y tienen importantes atributos de resiliencia. En esta Entrevista a Axel Christensen, Director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock, conversamos sobre este informe y sus implicancias para la región.

¿Qué características aportó la resiliencia a estos fondos frente a los portafolios tradicionales?

El informe es una invitación a revisar una tendencia que se vienen evidenciando desde hace ya un tiempo. Lo que hicimos fue una prueba para identificar cómo se desempeñan estos portafolios sostenibles frente a un contexto de crisis. Hasta el momento, el resultado ha sido favorable para aquellos con enfoque ASG (factores Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo también conocidos como ESG por sus siglas en inglés) o de sostenibilidad, esta ha demostrado ser una perspectiva muy resiliente a la crisis. Aquellas empresas que venían trabajando en integrar los criterios ASG en su gestión, que tienen trabajada su relación con sus grupos de interés internos y externos, y tienen su gobierno corporativo alineado a las tendencias en sostenibilidad, esas empresas son las que han sobrellevado mejor esta situación de crisis y la enfrentan en mejor manera.

También hemos observado un incremento de los flujos hacia el portafolio sostenible. En el primer trimestre creció un 40% la inversión hacia empresas con criterios ASG, un incremento de 40 mil millones de dólares frente a 2019. Estos datos solo muestran más evidencia de una tendencia que ya habíamos observado antes de la crisis.

Pero estamos en un punto de inflexión. La pandemia ha profundizado algo que ya es estructural. La transición hacia una economía baja en carbono y libre de combustible fósil está llevando a que industrias altamente dependientes tengan una caída mucho mayor. Aún dentro del sector petróleo, aquellas empresas que tienen estrategias ASG y prácticas de transparencia y gobierno tienen mejores desempeños y hay una diferenciación.

¿Cómo impacta la inversión hacia criterios ASG al nivel de precios del petróleo? 

En el tema del precio del petróleo se ponen en juego por lo menos dos elementos. El primero, está más ligado a la crisis actual, ya que por la paralización de las actividades la demanda de petróleo cayó y, por ende, su precio. Además, la dinámica propia de la guerra del petróleo pre pandemia llevó a la distorsión del precio.  Esto se produce en un contexto donde hay una presión por alejarnos del petróleo y los combustibles fósiles en general. Los nuevos consumidores, las empresas, los inversores, no niegan la necesidad de abandonar la dependencia e invertir en nuevas formas de combustible. El ejemplo más reciente es el Fondo Soberano de Noruega -cuya cartera es mayoritariamente petróleo- acaba de anunciar que no invertirá más en este combustible. Este es un mensaje potente para el mercado y un claro ejemplo de cómo cambia el mundo, de cómo un país que ha generado su patrimonio sobre el petróleo ahora está en transformación.

¿Cómo aborda BlackRock las desinversiones en la cartera de fósiles?

BlackRock tiene una visión gradualista de este proceso. Creemos que debe hacerse como una transición y no desvincularnos de manera abrupta. Consideramos que debemos dejar la dependencia de manera progresiva y por ello hemos optado por interactuar con esta industria y presionarla para hacer la transición. A través de información, por ejemplo, con este tipo de informes, queremos que nuestros clientes tomen mejores decisiones de inversión. Estas transiciones presentan desafíos, en especial para una región como América Latina, que es tan dependiente de estos sectores energéticos y extractivos.

¿Cómo imaginan el escenario post pandemia? ¿Considera que esta crisis va a dejar inversores más conservadores o más sostenibles?

Es difícil responder a esta pregunta porque dependerá de los inversionistas. Nosotros, como administradores de fondos de terceros, seguimos el mandato y los criterios de inversión que nos piden los clientes. Pero observamos que cada vez más los inversionistas tienen interés de transitar en la inversión sostenible. La evidencia se hace cada vez más contundente, no basta con generar dividendos, la esencia misma de la creación de valor de las empresas debe ser integral, con visión de largo plazo. Además, una compañía que no tiene consciencia de sus impactos ambientales y sociales, no está midiendo ni gestionando sus riesgos y es una empresa vulnerable a la presión social y ambiental. No mirar estos temas es dejar un flanco de riesgos abierto. La crisis actual pone en evidencia con mayor énfasis estos resultados. Es interesante que la pandemia cambio la sigla ASG. Hasta el momento, los inversores reconocían la variable A de ambiente debido a la presión de la crisis climática y los alertas científicos. Con la pandemia, se nos ha puesto la S delante de la A, ya que los aspectos sociales cobran marcada relevancia y surge la demanda de la responsabilidad social.

En el futuro vamos a recordar qué empresas salieron bien y respondieron correctamente a estas nuevas demandas. Tenemos esperanza de que los clientes que sólo miraban la creación de valor económica de corto plazo ahora terminen de entender el cambio que se viene y la conexión es directa entre valor económico y progreso social.

¿Cómo evalúan a América Latina en estos temas? ¿Se espera llevar el índice sustentable que desarrollan en México a otros países?

Vemos mucho interés en América Latina de evaluar el desempeño en sustentabilidad y un índice es una herramienta que puede ayudar a tomar buenas decisiones de inversiones. Nuestro interés es impulsan las prácticas sostenibles en la región, primero desde una relación directa con los inversionistas, para explicar nuestros intereses al impulsar el índice sustentable. Y luego veremos la posibilidad de extender la iniciativa. América Latina presenta grandes desafíos en materia ambiental y social, sobre todo por la dependencia del sector extractivo. Creo que es clave destacar e impulsar las buenas prácticas de la región para mostrar ejemplos concretos de cómo avanzar. Otro desafío grande es el diseño de métricas y data comparable en la región. Necesitamos crear metas sectoriales, evaluaciones de terceros independientes, incorporar indicadores a la gestión, para formalizar estos procesos. Es un trabajo de largo aliento, que si bien no hay prisa tampoco hay pausa.

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