El observatorio de inversiones de UBS detecta este año una brecha de inversión sostenible ya que si bien una mayoría significativa (65%) de inversionistas considera importante la inversión en empresas sostenibles, sólo una minoría (39%) pone en práctica estos interese en su cartera.

Las economías emergentes toman la delantera este año con los inversores en China y Brasil como los más propensos a tener inversiones sostenibles (60%, 53%). Los Estados Unidos y el Reino Unido están muy detrás (12% y 20%), pero la baja adopción se ve parcialmente compensada por una asignación de activos superior a la media (49% y 38%).

"Los inversores ven la inversión sostenible como el camino del futuro. En todos los niveles de riqueza y regiones, muchos creen que la inversión sostenible se convertirá en un enfoque más convencional y aceptado con el tiempo", dijo Paula Polito, Oficial de Estrategia Global de Clientes de UBS Global Wealth Management. "La mayoría de los inversores encuestados cree que las inversiones sostenibles son inversiones sensatas y no ven ninguna necesidad de comprometer sus valores personales por los retornos financieros".

La confusión y falta de datos detiene a los inversionistas

El estudio encuentra que entre los que no adoptan estas tinversiones, el 72% dice que el impacto cuantificador es la mayor barrera. Casi la misma cantidad (68%) cree que las opciones de inversión sostenible no están firmemente establecidas, teniendo en cuenta los historiales breves y la falta de empresas sostenibles conocidas.

La confusión sobre la terminología está agravando el problema. Siete de cada diez inversores (72%) consideran que el lenguaje de la inversión sostenible es desconcertante, y menos de la mitad (47%) están familiarizados con el término en sí.

La inversión sostenible tiene un fuerte impulso

A pesar de los elementos de disuasión restantes, los inversores esperan que la inversión sostenible crezca significativamente en popularidad, del 39% de adopción hoy al 48% en los próximos cinco años. De hecho, el 58% de los inversores esperan que la inversión sostenible se convierta en la "nueva normalidad" en 10 años.

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