El Secretario Ejecutivo Adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Antonio Prado, destacó el avance que hubo en la organización del trabajo, principalmente por la mayor participación de las mujeres y el aumento de los ingresos, pero en los últimos años se observó un detenimiento del crecimiento.

Antonio Prado, explicó que el bajo crecimiento actual y el estancamiento de los ingresos impactan la disminución de la pobreza y la desigualdad. Actualmente en la región sólo la mitad de los trabajadores se desempañen en condiciones formales y el mercado laboral está fuertemente segmentado.

“La organización del mercado del trabajo, la protección social y el trabajo decente en América Latina, si bien son limitados, son centrales para alcanzar un desarrollo sustentable y justo”, expresó el Secretario Adjunto.

Asimismo, nombró la importancia de asegurar un ingreso mínimo ciudadano para que puedan tener capacidad de consumo y la posibilidad de encontrar trabajos con mejor calidad. Por lo que llamó a los países de la región para que desarrollen políticas eficaces de salario mínimo que pongan límites a la explotación de la fuerza de trabajo.

En este contexto, desatacó el caso de Brasil de implantación de políticas de salación mínimo, que tuvo un avance progresivo de crecimiento real de los salarios mínimos y que, acompañada por políticas de oferta como el aumento de la productividad y productos de consumo, provocó un aumento en las tasas de empleo.  

Para finalizar, Prado, nombró la revolución tecnológica como una amenaza al trabajo. “Al mismo tiempo en que luchamos por otorgar protección social y derechos a los trabajadores que permanecen en la informalidad, las tendencias globales impulsadas por la revolución tecnológica amenazan con afectar a aquellos sectores del mercado del trabajo que ya están organizados”, indicó el secretario ejecutivo.