Crean el primer rating de debida diligencia para inversores

14.06.2024 | Transparencia

RepRisk lanza puntuaciones de debida diligencia temáticas, para facilitar el monitoreo de riesgos de conducta empresarial.


La empresa de tecnología RepRisk anunció “Due Diligence Scores”, una nueva solución para identificar riesgos ESG específicos de la empresa. Las puntuaciones evalúan factores de riesgo específicos como la biodiversidad y los derechos humanos en una escala de 0 (bajo riesgo) a 100 (alto riesgo), lo que permite una evaluación rápida y centrada del perfil de riesgo de una empresa. 

"Durante mucho tiempo, los bancos, los inversores y las empresas han estado buscando métricas de riesgo temáticas fácilmente implementables para agilizar sus procesos de diligencia debida al tomar decisiones de financiación o inversión, contratar nuevos proveedores o ampliar operaciones", comentó Alexandra Mihailescu Cichon, directora comercial de RepRisk. 

Con respecto a las opciones, se puede elegir entre puntuaciones armadas o personalizar entre más de 200 puntuaciones individuales para alinearlos con prioridades de riesgo específicas. Las puntuaciones comprenden pilares ESG individuales (ambientales, sociales o de gobernanza), marcos y regulaciones como SDG, SASB, SFDR, la Ley de Cadena de Suministro Alemana y las leyes sobre Esclavitud Moderna, y cuestiones específicas, que van desde los derechos humanos y la biodiversidad hasta el clima y lavado verde.

Con el aumento de los requisitos regulatorios, especialmente la Directiva de Debida Diligencia de Sostenibilidad Corporativa (CSDDD) de la UE, los inversores y las empresas dependen cada vez más de datos exactos para garantizar el cumplimiento.

Las regulaciones exigen cada vez más que las empresas implementen procesos de diligencia debida y gestión de riesgos, yendo más allá de las divulgaciones anuales de datos de sostenibilidad, hacia una gestión proactiva de las cuestiones y riesgos de sostenibilidad. Los inversores y las empresas que adoptan un enfoque proactivo ante este cambio de paradigma no sólo se benefician al garantizar el cumplimiento normativo, sino que también preservan el valor para sus accionistas y partes interesadas, así como para el ambiente y la sociedad en general.

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