El crecimiento de las energías renovables cae por primera vez en 20 años
En 2020 el mundo va a agregar 167 GW gigavatios (GW) de capacidad de energía renovable, es decir un 13% menos que en 2019, según el informe de “Actualización del Mercado Renovable" de la Agencia Internacional de Energía (AIE), publicado esta semana.
La disminución se debe a las demoras en la actividad de la construcción por las interrupciones en la cadena de suministro, medidas de cierre y pautas de distanciamiento social, así como desafíos financieros emergentes. Pero a pesar de la desaceleración de las nuevas incorporaciones, la capacidad global de energía renovable global todavía crece un 6% en 2020, superando la capacidad de energía total de América del Norte y Europa juntas.
El próximo año, se pronostica que el crecimiento de la energía renovable recuperará al nivel alcanzado en 2019, con un apoyo significativo proveniente de la puesta en marcha parcial de dos mega proyectos hidroeléctricos en China.
Pero, a pesar del repunte, se espera que el crecimiento para 2020 y 2021 combinados sea un 10% más bajo de lo que la AIE había pronosticado previamente antes del brote de coronavirus.
“Casi todos los mercados maduros se ven afectados por revisiones a la baja, excepto los Estados Unidos, donde los inversores se apresuran a terminar los proyectos antes de que expiren los créditos fiscales. Después de un crecimiento excepcional el año pasado, las nuevas incorporaciones de Europa caerán en un tercio en 2020, su mayor declive anual desde 1996”, se puede leer en el reporte.
"La resistencia de la electricidad renovable a los impactos de la crisis Covid-19 es una buena noticia, pero no se puede dar por sentado", dijo el Dr. Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE.
Los gobiernos tienen la oportunidad de revertir esta tendencia al hacer que la inversión en energías renovables sea una parte clave de los paquetes de estímulo diseñados para revitalizar sus economías. La prioridad debe estar en los sectores que ofrecen oportunidades de creación de empleos y actividad económica mientras se desarrollan sistemas de energía más eficientes y resistentes y se reducen las emisiones.
La crisis de Covid-19 ha cambiado radicalmente el contexto global de los biocombustibles, que son un elemento clave en el cambio hacia un transporte más sostenible. La fuerte caída de la demanda de gasolina y diésel también perjudica el consumo de biocombustibles impulsado por políticas que requieren que los proveedores combinen una cantidad fija de biocombustibles con combustibles fósiles para el transporte. Ahora se espera que la producción de biocombustibles para el transporte se contraiga en un 13% en 2020.
Las proyecciones del “Global Energy Review” publicadas por AIE en abril, proyectaba que la demanda de energía caerá un 6% en 2020, siete veces la disminución que se produjo después de la crisis financiera mundial de 2008.
En términos absolutos, la disminución no tiene precedentes: el equivalente a perder toda la demanda de energía de India, el tercer mayor consumidor de energía del mundo.
Se espera que las economías avanzadas experimenten los mayores descensos, con una caída de la demanda del 9% en los Estados Unidos y del 11% en la Unión Europea. El impacto de la crisis en la demanda energética depende en gran medida de la duración y la rigurosidad de las medidas para frenar la propagación del virus.
Por ejemplo, la AIE descubrió que cada mes de cierre mundial en los niveles observados a principios de abril reduce la demanda anual de energía global en aproximadamente un 1,5%.
(Por Alejandro Langlois)
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