El gobierno británico define al microplástico como una partícula de plástico insoluble de menos de 5 mm de tamaño. Una definición similar a la adoptada por la legislación norteamericana que entró en vigor en Julio. Los miembros del Comité de auditoría ambiental del Parlamento Británico solicitaron en agosto la prohibición inmediata (18 meses) de los microplásticos, luego de que la ONU presentara evidencias de su impacto en los océanos.

La Asociación de Cosméticos, Artículos de tocador y perfumería (CTPA) del Reino Unido salió a criticar la nueva legislación. Con más de 170 miembros, esta asociación que representa a la industria de cosméticos británica cuestiona la ley por ser una decisión muy costosa ya que más del 90% de los productos de cuidado de la piel deberá cambiar. Al hacer esta afirmación, la industria admite que las partículas de plástico están incluidas en más del 90% de los cosméticos y artículos de tocador.

La asociación critica la definición de microplásticos de la ley porque incluye algunos tipos de microplásticos que no son contaminantes. Para la asociación habría un gran porcentaje de microplásticos que no tendrían efectos negativos en la vida marina.

Pese a esto, ONU Ambiente y otras organizaciones como Dumpark han demostrado que el microplástico integra más del 90% de las concentraciones de plástico en los océanos, estimada en 268.000 toneladas en 2014.

Asimismo, una investigación realizada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), detectó que un porcentaje de los microplásticos primarios liberados por lavado automático de ropa sintética termina en el medio ambiente, e indirectamente en nuestros alimentos.

Otros estudios científicos como los de la Universidad sueca de Lund demostraron que los nanoplastos ingresan al cerebro de los peces a través de la cadena alimenticia y causan un comportamiento aberrante. Las nanopartículas plásticas se incluyen en la definición de microplásticos y se utilizan en algunos productos de cuidado personal y cosméticos.