El mercado de las personas con discapacidad, una oportunidad real de negocio

16.05.2016 | Inclusión

Las personas con discapacidad suponen para las empresas una oportunidad real de negocio si atienden sus necesidades con una oferta de productos y servicios diseñados con criterios de accesibilidad universal y diseño para todos. Esta es una de las conclusiones que se derivan del estudio ‘El mercado potencial de las personas con discapacidad en España: Oportunidades para la creación de valor compartido’, realizado por Fundación ONCE en colaboración con ESADE Business School y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).


Este trabajo ha sido presentado en Madrid en una jornada del Foro Inserta Responsable bajo el título ‘El talento diverso como fuente de innovación hacia el mercado potencial de clientes con discapacidad y necesidades especiales en España’.

La inaguración de la misma ha corrido a cargo de la secretaria y directora general de FSC Inserta, Virginia Carcedo; el presidente del Cermi, Luis Cayo Pérez Bueno, y el director de relaciones institucionales de Esade, José María de la Villa. Han cerrado el acto el vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE, Alberto Durán, y el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi.
 
“El reto consiste en que las personas con discapacidad se conviertan en un objetivo preferente para las empresas. Sólo en España, representamos más de once millones de potenciales consumidores y clientes, incluidas las familias. Acceder a todos los productos en igualdad de condiciones es un tema de derechos, pero también de rentabilidad y negocio”, explicó Carcedo.

LOS AUTORES DEL ESTUDIO

El estudio ‘El mercado potencial de las personas con discapacidad en España’ ha sido realizado por los expertos Manuel Alfaro e Ismael Vallés, quienes expusieron en la jornadas algunas de las bondades y especificaciones del mismo, moderados por Miguel Ángel Cabra de Luna, director de Relaciones Sociales e Internacionales y Planes Estratégicos de Fundación ONCE.
 
“Aunque solo sea por las cifras, merece la pena pensar en el nicho de mercado del que hablamos. En el mundo hay alrededor de mil trescientos millones de personas con discapacidad, con un potencial poder de compra de ocho billones de dólares. El problema es que la cadena de negocio sigue centrándose en el producto, más que en los consumidores y sus necesidades reales, y urge cambiar este paradigma”, aseguró Vallés, quien, glosó que, “además, de los productos pensados para las personas con discapacidad en todas las fases de la cadena de valor se beneficiarán otros colectivos, y no sólo los mayores porque ¿quién no quiere disfrutar de pequeños electrodomésticos con un uso más sencillo? ¿Quién no querría tener un hogar con puertas amplias, con pasillos más espaciosos?”.
 
Alfaro, por su parte, recaló en el compromiso que deben adquirir las empresas para que las personas con discapacidad sean, de facto, un grupo de interés para su cuenta de resultados. “Existe una buena acogida de las empresas a todo lo que sea ampliar su mercado, pero tienen que introducir cambios en su manera de trabajar, han de contar con la participación de todos los actores implicados en la cadena de valor, también, por supuesto, con los consumidores, pero no al final del proceso, sino al principio”.

ALGUNAS CONCLUSIONES DEL ESTUDIO

El estudio pone de manifiesto cómo el avance de la RSC ha contribuido a posicionar a las personas con discapacidad como un nicho de mercado al que prestar servicios y proveer de
productos adecuados. En este sentido, el papel de las pymes resulta fundamental por su capacidad de innovación y gestión para dar solución adaptada a cada  segmento de mercado.
 
Los ejecutivos entrevistados para la realización del estudio se han mostrado dispuestos a colaborar con las distintas asociaciones para identificar oportunidades de negocio en productos y servicios de uso universal o adaptado que les reporten un beneficio mutuo. Fórmulas que favorezcan la búsqueda de soluciones innovadoras que permitan rentabilizar las inversiones en I+D+i. En consecuencia, el  informe señala que hay que identificar estrategias de valor compartido que permitan desarrollar soluciones que faciliten la inclusión de forma rentable.
 
La focalización en las necesidades del colectivo de personas con discapacidad puede constituir una oportunidad para generar valor económico extendiendo esas soluciones a otros colectivos del mercado como las personas mayores. Además, la   existe la posibilidad de recuperar inversiones en investigación y desarrollo mediante la internalización del mercado.
 
En algunos casos, y a iniciativa de las asociaciones, podrían activarse mecanismos de compra colaborativa, que permitan reducir costes de intermediación. El informe dibuja dos posibles itinerarios de actuación. En el primero, serían las asociaciones las que deberían llevar la iniciativa, identificando necesidades y organizando un proceso, con la colaboración de expertos que llevara a soluciones concretas y al encargo a una empresa para la fabricación en serie. En el segundo itinerario se trataría de crear una plataforma de colaboración público-privada en la que se pusieran en común necesidades, tecnologías, capacidades de gestión empresarial y financiación para impulsar proyectos.

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