El potencial de la bioeconomía en América Latina

17.01.2018 | Tendencias

Un reciente estudio de CEPAL, expone las posibilidades de la bioeconomía en la región y la falta de políticas públicas para su desarrollo. 


Con el objetivo de promover el tema en la región, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó el estudio: Bioeconomía en América Latina y el Caribe. Contexto global y regional y perspectivas. El mismo fue realizado por Adrián G. Rodríguez, jefe de la Unidad de Desarrollo Agrícola de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de CEPAL, con el apoyo de Maureen Hitschfeld y Andrés Mondaini.

El informe, -dividido en cinco secciones-, expone, primero las características de la bioeconomía y sus elementos; en la segunda sección presenta la integralidad del concepto y su vínculo con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, además brinda una visión de las estrategias de bioeconomía alrededor del mundo; en una tercera instancia analiza su potencial y el rol de América Latina y el Caribe para impulsar la bioeconomía, identificando recursos estratégicos, incentivos en las políticas públicas y actores relevantes en el sector privado; en la siguiente sección, destaca la importancia económica de la bioeconomía a partir del análisis de la composición de las exportaciones en 32 países de América Latina y el Caribe, y en la última sección se presentan las oportunidades y desafíos para su desarrollo.

La bioeconomía, según el informe, es definida como una economía basada en el consumo y la producción de bienes y servicios derivados del uso directo y la  transformación sostenibles de recursos biológicos y de los desechos biogénicos que se generan en los procesos de transformación, producción y consumo, aprovechando el conocimiento de los procesos y principios biológicos y las tecnologías aplicables al conocimiento y transformación de los recursos biológicos y a la emulación de procesos y principios biológicos.

En este contexto, el documento destaca la relevancia de la región para la bioeconomía, especialmente vinculada al desarrollo de estrategias de innovación para el sector agropecuario y agroindustria. Entre los posibles desarrollos nombra la bioenergía (bioenergía biomásica,solar y biogás), la diversificación de las economías regionales (no solo producción de alimentos), y la agregación de valor al sector.  

Pero, en contraposición, advierte que las políticas públicas de los países de la región no han generado estrategias vinculadas a la bioeconomía, como ocurre en Europa o en Estados Unidos. En esta línea, para fomentar su desarrollo, y como guía para estrategias nacionales y regionales, el informe identifica una amplia diversidad de recursos biológicos con potencial tales como la biodiversidad de la países, la disponibilidad de desechos agrícolas y agroindustriales y la capacidad para producir biomasa para otros usos aparte de los alimentos. 

Con respecto al impacto de la bioeconomía en los ODS, el documento, señala su aporte en la producción sostenible de alimentos saludables y el desarrollo de alternativas de biorremediación para enfrentar problemas de contaminación ambiental, entre otros.  

 

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