El rol del sector privado en la construcción de “una nueva normalidad” post COVID-19
El sector privado debe ser protagonista en la salida de la crisis del COVID-19 y contribuir a la construcción de “una nueva nueva normalidad”. A la vez, las empresas deben ayudar a un nuevo pacto social y aprovechar las oportunidades que surgirán. Estas fueron algunas de las conclusiones de una sesión académica organizada por el Pacto Global junto a PNUD y CEPAL.
Alicia Bárcenas, la directora del CEPAL, abrió el debate al sostener que “las empresas tienen un rol esencial en mantener el equilibrio entre salud y economía” que plantea el escenario de crisis.
Los números que compartió Bárcenas sobre el impacto económico del COVID-19 en la región son escalofriantes. De acuerdo con las estimaciones de la CEPAL, América Latina se encamina hacia su más grande recesión desde 1914 y 1930. La economía caerá un 5,3%, las exportaciones un 5% y vamos a un escenario social con 18 millones de desempleados, 30 millones de personas en situación de pobreza y 16 millones de indigentes.
“Estamos observando una ruptura en las cadena de valor de industrias como la automotriz en México y Brasil. Vamos a ir hacia cadenas de valor regionales. También vemos un alto impacto en materia de empleo con la crisis del turismo en la zona del Caribe”, agregó.
Desde la CEPAL se estará desarrollando en las próximas semanas un observatorio sobre la respuesta del sector privado al COVID-19 y están recibiendo distintos aportes de empresas de la región.
El organismo percibe que América Latina va a volver a mirar hacia la integración regional como respuesta a esta crisis global, así como Europa y Asia están mirando hacia dentro de su propia integración.
Con respecto a los esfuerzos que diversos gobiernos vienen haciendo en materia de salvatajes, Bárcenas opinó que al no saber a ciencia cierta la duración de la crisis, estos gastos estatales pueden ser perjudiciales en el largo plazo.
Luis Felipe López-Calva, Director Regional para América Latina y el Caribe del PNUD explicó que no estamos ante una crisis tradicional, como pueden ser las financieras o las catástrofes naturales, a las que estamos acostumbrados, si no que enfrentamos la primera crisis que impacta en el capital humano y que interrumpió los procesos educativos de manera inédita en más de 180 países.
“El sector privado debe ser protagonista de la vuelta a una nueva normalidad. Las empresas son en esencia estructuras de proximidad, que se conectan con sus redes de clientes, de proveedores, de inversores, etc. Así, es que pueden ayudar a brindar información, contención y ayuda que nos lleva hacia esta nueva normalidad”, explicó López-Calva.
Para el funcionario del PNUD, los bancos centrales van a tener un rol fundamental en la definición de líneas de crédito para la recuperación. La economía está en un “coma inducido” y en poco tiempo eso va a empezar a repercutir en los balances de las empresas y los bancos. Ve oportunidades de apalancarse en las energías renovables y en las tecnologías de educación a distancia. “Las empresas digitales son las grandes ganadoras de la pandemia”, coincidió en este punto Alicia Bárcenas.
La directora de la CEPAL también ve oportunidades en la industria de la salud. La región produce apenas el 4% de los medicamentos e insumos médicos que utiliza. La CEPAL está impulsando en conjunto con los ministerios de ciencia de la región iniciativas que repliquen experiencias como la de Brasil con las patentes compartidas de medicamentos contra el HIV con la cooperación de diferentes empresas.
López-Valva cree que los principios que deben orientar la recuperación deberían derivar en “una nueva normalidad” más incluyente en materia de género, con mayor inversión en los sistemas de salud y en los sistemas de cuidado y con un continente con mayor conectividad digital. Al mismo tiempo alertó que todo esto debe hacerse sin debilitar los controles democráticos, sin menoscabar la confianza social, obrando con transparencia y con una gobernanza ética.
Tanto desde CEPAL como desde PNUD, se acompañó la idea de de poner en marcha un ingreso universal básico de emergencia que ayude en la recuperación social y económica. Con respeto a cómo financiarlo, Bárcenas recordó que en la región la evasión fiscal ronda el 6% del PBI y que sostener un ingreso universal por 6 meses sólo costaría el 3% del del PBI.
La situación de la mujer
La sesión “Perspectives from Latin America & the Caribbean on Leadership in a Global Crisis” organizada por el Pacto Global, contó también con un tramo dedicado a analizar e impacto de la crisis sobre la agenda de género. Así fue que se señalaron cinco hallazgos fundamentales hasta el momento:
1- Se agudizó la violencia familiar. Aquí se convocó a las empresas a intervenir, por ejemplo, colocando líneas telefónicas anónimas donde sus empleados puedan denunciar.
2- Se duplicó el trabajo de mujeres que se desempeñan tareas en el sistema de salud, o en el comercio, que suman tareas domésticas y de la educación remota de sus hijos.
3- Aumentó el desempleo en sectores como el turismo, donde existe un 70% de empleo femenino
4- Se evidenció que muchas trabajadoras domésticas están sin ningún tipo de protección social, ni dentro de los sistema de salud.
5- Se observa la necesidad de elevar la inversión en la economía del cuidado. Más teniendo en cuenta que la población de la región tiende a envejecer.
Como representantes del sector privado en el panel estuvieron Raúl Alemán, Presidente del Banco General de Panamá y Thomas Keller, CEO de la empresa de distribución eléctrica Colbún de Chile. Keller destacó la reacción de las empresas de servicios públicos en Chile, que dieron prórroga a los pagos sin afectar el servicio de sus clientes. A su turno, Alemán destacó que el haber tenido una cultura de sustentabilidad previa, le permitió al banco tener una respuesta rápida en materia social, garantizando a sus empleados la continuidad de la fuente de trabajo y hacer alianzas con cámaras, reguladores, ONG y clientes para intervenir sobre la crisis y ayudar a la comunidad.
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