Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Javier García Moritán, director ejecutivo del GDFE, que planteó el siguiente dilema “¿Hasta dónde el voluntariado corporativo es un instrumento de cambio?”, pregunta que buscarían responder los participantes de los tres paneles de la jornada.

Para conocer sobre el voluntariado y su impacto, la primera exposición estuvo a cargo de Celina Lesta, responsable de Voluntare para América Latina, una red Iberoamericana conformada por empresas y organizaciones que busca promover el voluntariado corporativo.

A través de su trabajo, junto con otras organizaciones, buscan generar conocimiento y herramientas para analizar el impacto del voluntariado corporativo. En esta oportunidad, presentaron el estudio “Aumentar el compromiso de los empleados a través del voluntariado corporativo”. Exponiendo que el compromiso de los empleados con su empresa aumenta un 20% después de participar en actividades de voluntariado.

En el siguiente Panel, “Cómo alinear el voluntariado corporativo a la estrategia de negocios”, conformado por María Laura Tortorella, Coordinadora de Sustentabilidad en Banco Galicia, Luciana Cassain, Jefe de voluntariado y Empleabilidad en Fundación Telefónica, Evangelina Petrizza, Responsable de Sostenibilidad Corporativa en Beccar Varela y Pablo Aldrovandi, Coordinador de Programas de Fundación Siemens, los referentes comentaron sus experiencias en el tema y qué tienen en cuenta al momento de realizar programas de voluntariado.

En el caso de Banco Galicia no siempre la actividad de voluntariado está estrictamente alineada a los negocios. "En PRIAR, el programa de voluntariado del Banco, los empleados desarrollan sus capacidades blandas y no necesariamente las técnicas", explicó María Laura. “En PRIAR los empleados son los protagonistas. Fue creado por ellos y funciona como una asociación civil, donde se desarrollan diversos proyectos”.

En el programa de práctica pro bono del estudio jurídico Beccar Varela, colaboran con el servicio jurídico gratuito a organizaciones que trabajan en comunidades vulnerables. Buscan tomar casos de efecto sistémico. Esto es, por ejemplo, modificaciones de leyes o normativas que impacten en grupos y políticas públicas, para asegurarse de generar el mayor impacto posible. “Hoy, los jóvenes nos preguntan qué tenemos en la modalidad pro bono y qué pueden hacer ellos para crecer personalmente, más allá de lo profesional”, comentó Evangelina Petrizza.

Por su parte, Telefónica y Siemens, llevan adelante programas de voluntariado centrado en el core de su negocio. Fundación Telefónica desarrolla su programa “Vacaciones solidarias” poniendo a la tecnología – el eje principal de su estrategia de negocios – en el centro como generadora de oportunidades. Lo mismo sucede con Fundación Siemens, que incentiva a sus ingenieros y técnicos a aplicar su expertise en proyectos en comunidades sin acceso a servicios básicos.

“El año pasado a partir de un programa de voluntariado, 31 personas consiguieron trabajo. De esas 31, 18 pudieron empezar a alquilar un lugar para vivir. Puede parecer poco, pero para cada uno de ellos, es un montón”, aseguró Malena Famá, fundadora de Multipolar, -una organización que ayuda a personas en situación de calle a salir a través de un trabajo digno-, participante del último panel “Cómo articulan empresas y entidades sociales”. “Si nos comprometemos con las buenas prácticas podemos cambiar vidas”, agregó Malena.

Por su parte, Josefina Conte, Directora de Desarrollo de Fondos Buenos Aires en Techo, indicó: “Me parece muy bueno que las empresas relacionen su inversión social con su core, pero creo que también debería estar relacionada con las necesidades e intereses de la sociedad y el país en el que operan”. Con respecto a su programa de voluntario corporativo, afirma que le permite atraer a las empresas y contribuye al team building.

Para finalizar, Mario Burgos, secretario ejecutivo de Sociedad Civil en Red, -un grupo de organizaciones que busca fortalecer el trabajo de la sociedad civil e influir en políticas públicas-, explica que la Argentina “no es un país amigable para las ONG”, por lo tanto, hay que trabajar para modificar el marco regulatorio y para eso, los principales aliados son los estudios jurídicos.

Como conclusión, se definió que el voluntariado corporativo, si está diseñado e implementado estratégicamente, y si escucha y tiene en cuenta las necesidades reales de la comunidad, sí puede generar una transformación en la realidad.