“En las iniciativas que emprendemos nos pensamos como parte de los proyectos y no como un simple financiador”

27.09.2023 | Entrevistas

Así lo afirma Mariana Corti, Gerenta de RSE y Fundación Pampa Energía. El balance de los primeros 15 años de la Fundación, cómo trabajan el fortalecimiento de las organizaciones locales y la evaluación del impacto social de su actividad, y el rol que debería jugar la Inversión Social Privada los próximos años, fueron algunos de los temas abordados en la entrevista.


¿Qué balance hacen de los primeros 15 años de la Fundación Pampa Energía?

El balance es más que positivo. Haciendo un poco de historia, la Fundación nace por iniciativa de la familia Mindlin, donde Luisa (que es la madre de Marcelo, Damián y Alejandro) al dejar de ejercer su profesión de médica pediatra decide hacer algo más por la sociedad. En los inicios instala una salita en la Cárcova para atender a niños/as de la zona, principalmente para ver los niveles nutricionales y ayudar a las familias a que pudiesen mejorar en ese sentido.

Allí estuvo colaborando muchos años y fue como el puntapié de muchas experiencias que ha tenido la familia Mindlin en este sentido. Fue un poco el antecedente más cercano de lo que hoy es la Fundación Pampa, que fue la Fundación Todos por los Chicos, donde se empezó a vincular más la Fundación con lo que era el negocio de Pampa Energía y sus operaciones.

Luego, a medida que la empresa fue adquiriendo nuevas operaciones siempre la Fundación fue acompañando el fortalecimiento comunitario que a través de programas, con la impronta más de la comunidad vecina, por ejemplo de comedores comunitarios.

Después, ya en el 2008, se crea la Fundación Pampa Energía, donde a partir de estas experiencias y otras de becas para jóvenes en situación de vulnerabilidad, se empiezan a tomar ejes con esta impronta que continúan en la actualidad, y se empiezan a trabajar en otro tipo de programas que apuntan más que nada a todo lo que tiene que ver con educación, y muy enfocado en escuelas primarias, secundarias, y en universidades.

A partir de allí surgen lo que son las becas para estudiantes en universidades, donde hay una primera camada de estudiantes de diferentes puntos del país que vinieron a Buenos Aires a estudiar en el ITBA, de los cuales muchos de ellos hoy están trabajando en Pampa, finalizaron sus carreras, e incluso algunos hasta hoy son gerentes.

Hago esta introducción para contar que lo que podemos destacar de toda esta historia es el crecimiento del compromiso constante. Un compromiso sostenido donde, independientemente de las situaciones de cada época, siempre hubo una inversión que no ha bajado en ningún momento. Y lo digo en cuanto a la inversión que destina la empresa a acompañar estos programas, y también en cuanto a los ejes con los que trabajamos, a las iniciativas, y siempre pensando que donde Pampa tenga una planta operando o un activo productivo, ahí va a estar la Fundación y el área de Responsabilidad Social acompañando a esa comunidad. Para poder trabajar y contribuir con el desarrollo, intentando generar programas que mejoren la calidad de vida de las personas. Y, sobre todo, fortalecer las capacidades de las instituciones de las comunidades en donde estamos presentes.


¿Qué ejes de trabajo encaran y por qué?

Desde el 2019 establecimos tres ejes de trabajo que tienen que ver básicamente con la necesidad de llevar un relacionamiento estratégico con diferentes públicos de interés, y con sostener el compromiso que mencionaba antes.

Desde entonces, y para englobar los programas que veníamos haciendo, desarrollar nuevas líneas, y  poder tener objetivos y modalidades de intervención claras, medibles y evaluables, enmarcamos la Estrategia de Inversión Social entre ejes.

El primero es educación, porque entendemos que es un elemento clave para el desarrollo y la autonomía de los personas, y porque consideramos que es la condición necesaria para acceder a la formación profesional y laboral hoy en día.

El segundo, y muy vinculado a ese eje, es que trabajamos en temas de empleabilidad para que las personas puedan adquirir herramientas concretas para su inserción laboral y puedan tener un desarrollo a largo plazo.

Y el tercero tiene que ver con la inclusión social y comunitaria, como una forma de acercar oportunidades y recursos que generen una participación activa de las comunidades en donde estamos presentes.

Aquí se puede ver el compromiso y la presencia de la inversión social de Pampa en donde tenemos  operaciones. Porque el 100% de nuestras operaciones están alcanzadas por acciones con la comunidad local.


¿Cómo trabajan el fortalecimiento de las organizaciones locales?

Tenemos diferentes mecanismos de fortalecimiento. Pero por citar un ejemplo, el programa más grande que tenemos es el de acompañamiento a las trayectorias educativas, donde articulamos con organizaciones sociales. Inicialmente esto lo hacíamos nosotros con organizaciones más centradas desde Ciudad de Buenos Aires, que nos daban soporte en las provincias.

Pero desde el año 2019 empezamos a trabajar mucho más con referentes de cada una de las provincias y localidades en donde estamos presentes. Esto lo hicimos porque entendíamos que para poder generar cercanía y entendimiento con la comunidad de jóvenes, quienes tienen realidades totalmente distintas, teníamos que poder trabajar también con las organizaciones que estaban en el territorio.

Se hizo un trabajo enorme, por ejemplo acompañando para que pudiesen desarrollar ciertas cuestiones que muchas veces no tenían incorporadas, como que se constituyesen como organizaciones sociales.

También trabajamos mucho en el fortalecimiento mutuo. Este año, por ejemplo, vinieron todas las organizaciones de los distintos puntos del país. Hicimos un plenario donde pusimos en común los resultados del programa, qué podíamos mejorar, qué herramientas estaba utilizando cada uno para resolver casos, o en ciertas situaciones poder actuar de la misma manera. Toda ese intercambio de experiencias nos parece fundamental para poder fortalecer a las organizaciones sociales con las que trabajamos en este programa.

Y algo muy importante que siempre tratamos de buscar con las iniciativas que emprendemos es que nos pensamos como parte de los proyectos y no como un simple financiador.

Para lograrlo muchas veces es bueno fijar cuáles son los objetivos en común, y cuáles van a ser los indicadores de medición de resultados de esos programas. Y si ello no está desarrollado, intentar ayudar para que lo puedan tener, porque en algunos casos se trata de organizaciones sociales muy pequeñas con las que nos vinculamos más a través del programa de voluntariado.


¿Cómo realizan la evaluación del impacto social de su actividad?

Ese es un aspecto fundamental. Sobre todo en los nuevos proyectos. Porque muchas veces no se hacen esas mediciones a tiempo y después termina siendo más costoso para las empresas no haber hecho una buena medición del impacto social. Ello tiene que ver con la evaluación de los públicos de interés. Porque si no se tiene eso mapeado lo más probable es que aparezcan problemas después.

En nuestro caso, cuando hay proyectos nuevos muchas veces se contrata un servicio específico de medición de impacto, tanto social como ambiental. Además, en la actualidad hay algunos tipos de financiamiento que están atados a lo que requieren los calificadores de crédito. Y una vez que te dan el crédito también te hacen el seguimiento o evaluación posterior de cómo hiciste la medición de ese impacto, o si hay que hacer acciones para mitigar los riesgos.

Por otro lado, las empresas tienen que estar muy vinculadas a nivel sectorial y entre ellas mismas, para poder entender los cambios que hay en el contexto, para poder evaluar en qué pueden incidir o en qué pueden impactar de forma positiva, o cuáles son sus impactos negativos para poder incorporar indicadores de reducción de esos riesgos.

De nuestra parte, participamos por ejemplo del IAPG, donde se hizo una hoja de ruta en relación a los ODS, y también se hizo una línea de base donde se ve cuál es la situación actual en relación a los ODS priorizados, y cuáles son los indicadores que por reporte se pueden cruzar. Esto lo considero un desafío importante, ya que poder lograr indicadores comunes no es fácil, pero es una forma de ir viendo cómo uno está parado para poder plantear mejoras.

También estamos en espacios como el GDFE, donde se hacen evaluaciones constantes en relación a la inversión social vinculadas al monto de las inversiones, los ejes principales en donde se invierte, dónde están las ubicaciones de las distintas empresas, cuáles son los temas que se están relevando como prioritarios, etc. Y en base a eso, también siempre hacemos la evaluación de cómo estamos al respecto.


¿Qué rol debería jugar la Inversión Social Privada los próximos años en el país?

Creo que hay varios desafíos. El primero es que cada vez más la inversión social privada tiene que estar orientada a la vinculación con los públicos de interés. Hoy no se puede actuar sin tener una escucha y un diálogo activo con los públicos de interés, o sin tener idea de qué es lo que está pasando a tu alrededor, o de quiénes son los actores que están hablando de uno. Incluso puede suceder que las empresas muchas veces no generen esas vinculaciones, o tengan ese feedback para poder establecer planes de acción específicos en aquellos puntos que sean críticos para la operación. Por eso creo que una inversión social orientada al relacionamiento con los públicos de interés es una de las cuestiones fundamentales hoy en día.

Por otro lado, también me parece que como financiadores, o como parte de esta inversión social, tenemos que buscar y apoyar iniciativas que brinden herramientas innovadoras para lograr un mayor impacto en las acciones que hacemos. Por ejemplo, nosotros estamos participando del FONDES de la Ciudad de Buenos Aires, el cual es un fideicomiso que tiene el Banco Ciudad, y del que somos parte del comité de dirección, que define a dónde van los aportes. Pero sobre todo se fomenta la economía social y popular. Me parece este tipo de herramientas son novedosas y que al buscar la articulación de fondos públicos y privados generan un gran impacto.

Otro ejemplo, es lo que sucede en el Laboratorio de Articulación Público-Privado que promueve el GDFE, del cual también somos socios fundadores, y donde estamos llegando a más de diez ciudades con el apoyo de varias empresas. Allí se busca generar proyectos de articulación entre muchos actores, donde no hay un protagonismo único, y donde se busca generar alianzas que contribuyan con la política pública. Porque muchas veces se actúa sin ese foco, o con miedo a articular con la política pública.

Y con los indicadores de pobreza que tenemos en la actualidad, y por ejemplo siendo tantas las empresas que estamos aportando en educación sin lograr que los indicadores mejoren, tenemos que analizar qué podemos replantearnos para poder tener un mayor impacto, para poder colaborar de una manera más efectiva con la política pública sin meternos en cosas que no nos corresponden. Porque la responsabilidad de la educación obviamente es del Estado, pero donde creo que hay mucha contribución por hacer desde las empresas. Por eso creo que la única forma de hacerlo es en un diálogo permanente con la política pública.

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