El documento también destaca un conjunto de acciones que los países pueden adoptar, adaptar y aplicar a sus propias circunstancias para fortalecer la contribución del sistema alimentario a la generación de empleo.

Destacados del informe:

• El sistema alimentario emplea a la mayoría de las personas en muchos países en desarrollo tanto en el empleo autónomo como en el asalariado, y seguirá haciéndolo durante el período establecido para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y posteriormente. El empleo por cuenta propia y asalariado en la agricultura sigue generando una gran proporción de los ingresos rurales y puede tener grandes efectos en la reducción de la pobreza.
   
• El sistema alimentario se extiende más allá de la producción agrícola para incluir actividades a lo largo de las cadenas de valor, tales como el procesamiento de alimentos, el transporte, la venta minorista, restaurantes y otros servicios. En muchos países, el aspecto no agrícola del sistema alimentario representa una gran parte de los sectores de la producción y los servicios de la economía. Si bien la participación del empleo en la agricultura tiende a disminuir a medida que aumentan los ingresos per cápita, la participación en la producción de alimentos y los servicios tiende a aumentar.
   
• Aumentar el número y la inclusión de los puestos de trabajo requerirá atención al crecimiento del sistema alimentario, la intensidad del empleo y la inclusión de jóvenes y mujeres. La urbanización y el crecimiento del ingreso per cápita ofrecen nuevas oportunidades significativas. La inclusión de las mujeres y el creciente número de jóvenes en los puestos de trabajo de los sistemas alimentarios puede aumentar la productividad y mejorar la armonía social.
   
• Mejorar la calidad de los empleos en el sistema alimentario requiere prestar atención a aumentar los retornos del trabajo, aumentar la estabilidad de los ingresos y mejorar las condiciones de trabajo.

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