Informe propone a la Industria textil pasar de la RSE a una economía textil circular
Un nuevo estudio de la Fundación Ellen MacArthur, en el marco de la Iniciativa de Fibras Circulares, presenta por primera vez el ciclo de vida de la industria textil y sus principales impactos negativos, y describe cómo sería una economía textil circular diferente a lo que la industria hace hoy en RSE.
El sistema de textiles opera de forma casi completamente lineal, indica el informe “Una nueva Economía Textil: Rediseñar la moda del futuro”. Grandes cantidades de energía fósil y materia prima virgen se extraen para producir prendas que a menudo se usan solo por poco tiempo, luego de lo cual los materiales se envían principalmente a vertederos o se incineran. El 73% de toda la producción termina en el basurero y rellenos sanitarios.
El estudio presenta por primera vez todo el ciclo de vida de la industria textil y sus impactos negativos.
Este gráfico destaca que la industria utiliza el 97% de sus materias primas de fuentes vírgenes y sólo el 2% de fuentes de reciclaje. De las 53 millones de toneladas de fibra producida para la industria, el 12% se desperdicia durante su producción. Según el estudio, se pierden más de USD 500 mil millones de valor cada año debido a la subutilización y falta de reciclaje en la industria. Además se liberan más de 1.200 millones de toneladas anuales de emisiones de carbono por esta mala gestión, que supera las emisiones de los vuelos internacionales y marítimos combinados.
Cuando se lavan, algunas prendas sueltan microfibras de plástico, de las cuales medio millón de toneladas cada año contribuyen a la contaminación oceánica. El informe destaca que este impacto es 16 veces mayor que el de las microperlas de plástico de los cosméticos. El impacto de los microplásticos primarios liberados por lavado automático de ropa sintética ya había sido estudiado por la Fundación Plastic Soup. Su última investigación detectó microplásticos en nuestros alimentos que consumimos, como el pescado, debido a la contaminación océanica de la industria textil. El impacto de estos microplásticos ha cobrado tal notoriedad que algunos gobiernos como el británico han prohibido su uso en cosméticos. Asimismo este año ONU Ambiente salió públicamente a recomendar avanzar en un Tratado vinculante sobre la contaminación del plástico en océanos
El estudio de la Fundación Ellen MacArthur, además de describir la cadena de impactos de la industria, presenta una visión para un sistema de economía textil circular basada en los principios de la economía circular. Ofrece una hoja de ruta para la industria para alcanzar una economía textil distinta de, y complementaria a, los esfuerzos de sostenibilidad del sistema textil.
“El énfasis está puesto en la innovación hacia un sistema diferente, se trata de pensar más allá de la gestión de la sustentabilidad de la industria enfocada en minimizar impactos negativos. Se trata de una nueva economía de los textiles con la oportunidad para ofrecer resultados económicos, sociales y ambientales sustancialmente mejores”, destaca el estudio.
Esta nueva economía textil se basaría en cuatro ambiciones: 1) Eliminar substancias preocupantes y liberación de microfibras; 2) Aumentar la reutilización de la ropa; 3) Mejorar radicalmente el reciclaje; 4) mejorar el uso de los recursos y las fuentes renovables.
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