ING estructuró un bono climático de 850 millones de euros para LafargeHolcim
La transacción representa una novedad, ya que es el primer bono para una empresa de la industria de materiales de construcción y la primera estructuración de ING.
LafargeHolcim se ha comprometido a reducir su intensidad de CO2 en el cemento, lo que constituye un ejemplo importante para la industria cementera mundial, que actualmente representa el 8% de las emisiones totales de carbono. Asimismo, el objetivo será validado por la iniciativa Science Based Target (SBTi). El SBTi, una asociación entre CDP, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (UNGC), el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que ayuda a las empresas a establecer objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en línea con la ciencia climática.
En este contexto, ING actuó como asesor de estructuración y bookrunner activo en el bono vinculado a la sostenibilidad (SLB) de 850 millones de euros, para la empresa de materiales de construcción.
La transacción demuestra el compromiso de ING de apoyar a los clientes y la sociedad en el trabajo hacia una economía baja en carbono, como se prevé en el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
Por su parte, ING continúa trabajando en las finanzas sostenibles. En esta línea, en el cuarto trimestre de 2020, apoyó la emisión de cuatro bonos verdes, tres bonos de sostenibilidad, un bono vinculado a la sostenibilidad y un bono de transición. Además, apoyó seis préstamos para la mejora de la sostenibilidad, tres préstamos verdes y dos Schuldscheins verdes, así como dos transacciones de financiación estructurada sostenible.
En paralelo, de acuerdo con su compromiso en el área de finanzas sostenibles, ING es uno de los 26 principales bancos que se unieron a la Federación Bancaria Europea y a la Iniciativa Financiera del Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP FI) para evaluar la forma en que se puede aplicar la taxonomía de la UE sobre actividades sostenibles a productos bancarios básicos con fines de etiquetado o divulgación.
El objetivo de la taxonomía es crear un sistema de clasificación común para las actividades económicas sostenibles. El establecimiento de un lenguaje común y definiciones claras de lo que es "sostenible" es clave para estimular la inversión en proyectos y actividades sostenibles como parte del cumplimiento de los objetivos climáticos y energéticos de la UE para 2030 y de los objetivos del Pacto Verde Europeo.
Los bancos que participaron, aplicaron la taxonomía en un análisis posterior a la negociación a 40 transacciones recientes y relaciones con clientes existentes. Estos abarcaron un amplio espectro de sectores y actividades económicas, y un conjunto diverso de productos bancarios, estructuras corporativas y ubicaciones geográficas de los clientes, que brindan una visión y un valor de información únicos.
El estudio de caso de ING, se examinó un acuerdo reciente que involucraba una línea de crédito renovable (RCF) a una compañía inmobiliaria francesa, de la región de París, dedicada al arrendamiento de oficinas, residencias, residencias de estudiantes y desarrollo de nuevos edificios.
Al comentar sobre el ejercicio, el director ejecutivo de ING Group, Steven van Rijswijk, expresó que ING estaba feliz de contribuir al desarrollo del “trabajo fantástico” de la UNEP FI y la Federación Bancaria Europea.
“Vemos la taxonomía como una herramienta de financiación sostenible no solo para los gestores de activos sino también para los bancos, ya que podemos desempeñar un papel importante en la financiación de la transición a una economía baja en carbono. Esto sin duda nos ayudará a dirigir nuestra cartera de préstamos hacia los objetivos climáticos del Acuerdo de París, que llamamos nuestro enfoque Terra”, finalizó Rijswijk.
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