Zuchovicki fue uno de los disertantes que participaron del Seminario sobre Reporte Corporativo y Mercado de Capitales organizado por la Comisión de Estudios sobre Reporte Integrado de la Universidad de San Andrés. ComunicaRSE conversó con Zuchovicki luego de su exposición, donde anunció que la Bolsa de Comercio de Buenos Aires estaba en proceso de Bonos Verdes (Green Bonds).

¿En qué estadio está el proceso de certificación de los Bonos Verdes en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires?

​“La Bolsa de Buenos Aires está adherida a la iniciativa de Bolsas Sostenibles de Naciones Unidas (United Nations Sustainable Stock Exchanges). Junto a otras 43 Bolsas de Comercio del mundo estamos constantemente trabajando para promover asuntos relacionados con las finanzas verdes. Al ser una entidad calificadora, la Bolsa de Buenos Aires busca validar los bonos verdes en el país. Esto implica certificar empresas que llevan adelante un proceso productivo más eficiente en el plano ambiental. Por ejemplo, aquellas empresas que estén invirtiendo en energía limpia para sustituir el combustible fósil tradicional son organizaciones que emite menos dióxido de carbono y por ende están habilitadas para recibir el sello que te reconoce. Los inversores que están más predispuestos a financiar empresas verdes buscan que sus carteras tengan este sello que las avale. Esperamos que el primer trimestre del año que viene avancemos en esta certificación de bonos verdes. Hay varios antecedentes, el Gobierno de la Rioja, por ejemplo, ya lanzó sus propios bonos verdes”.

¿Usted percibe que los inversores están interesados en invertir en este tipo de empresas? ¿Hay un interés creciente en este sentido?

“Sí, creo que hay una nueva camada de inversores buscando empresas innovadoras. Obviamente la renta es un factor determinante a la hora de promover estos temas. Estos bonos verdes incentivan positivamente a las empresas eficientes. Es decir, estas empresas consiguen plata más barata. Es más, es una manera de castigar a las empresas que no lo hacen. Como es voluntario, se trata de una forma de incentivo. Para demostrar que una empresa es verde es clave la transparencia, presentar información, balances, reportes que permitan determinar que la empresa está cumpliendo con lo que se pide”.

¿Cuál considera que es el mayor desafío para Argentina en la promoción de este tipo de bonos?

“El gran desafío es que se necesita una inversión muy grande y la Argentina no está emitiendo en esos niveles. Salvo el Estado Nacional, los privados todavía no están emitiendo en gran escala. El número está en función del costo, es decir de cuánto te sale todo el proceso. Si para avanzar en este proceso necesito contratar un ingeniero, dos abogados, etc., entonces el costo se me eleva y me encarece la tasa y deja de ser un incentivo económico. Para que se avance en este tema es necesario que sea competitivo. De todas maneras, se viene informando que los bonos verdes crecerán en el futuro”.

En relación a los bonos de carbono, mencionaste que no se había podido avanzar en este tema, ¿Por qué?

“En ese momento lo que pasó es que se cayó el Protocolo de Kioto, que era el marco que impulsaba el tema de los bonos de carbono. Además, vino una recesión muy grande y se fabricó menos, esto bajó el nivel de contaminación de la producción. Como el Protocolo de Kioto establecía niveles de disminución de las emisiones de dióxido de carbono, al bajar la producción esto quedó sin efecto. Para que se entienda, el Protocolo establecía multas para las empresas que superen los niveles de contaminación establecidos y la contraparte de incentivos para quienes mejoren sus números. Se trata de una transferencia de riqueza del que contamina al que no contamina. El incentivo en lugar de ir al gobierno iba a la empresa que se ponía en regla. Nosotros por escala no logramos hacer grandes ventas de bonos. Además, el precio de esos bonos fue bajando y generó que el costo de adaptación sea más alto que el incentivo”.

¿Y esto mismo podría pasar con los bonos verdes?

“Sí, todo puede pasar. Por eso te digo que el costo es muy importante. Si se comienza a multiplicar una red de intermediarios, todos con ganas de sacar su tajada, es muy difícil que esto prospere”.

En el Seminario se habló de los Reportes de Sustentabilidad como complementos de los Balances Financieros, ¿se espera en comenzar a exigir este tipo de reportes en la Bolsa de Buenos Aires?

“La Comisión Nacional de Valores ya solicita un balance social a sus empresas. Con el tiempo se irá normalizando más este tema. La tecnología ayuda a que los costos de la información disminuyan y esto ayuda a impulsar los reportes. Pero quiero resaltar que es importante que aquella empresa que está llevando adelante estas acciones lo informe porque es una manera de mejorar su relación con la sociedad y los inversores. No necesariamente tienen que esperar a que sea obligatorio. Hoy en día la transparencia es un valor de diferenciación.
Los inversores buscan métricas de rendimiento pensando en el futuro. Los inversores compran historias. Estas tienen que ver con los riesgos de una empresa, riesgos reputacionales, riesgos impositivos. Necesitamos información que sustente la reputación de la empresa.

Creemos que un gran impulsor de los reportes son las nuevas generaciones. Los jóvenes están exigiéndole a las empresas cuidar el planeta porque les importa conservarlo más que a las viejas generaciones. Lo que veo es que hay una presión mucho más grande de las nuevas generaciones por la urgencia del tema. Los inversores también están interesados en este tema pero por el lado del castigo, del riesgo. Las consecuencias de quien no cumple son altas”.