La energía limpia como oportunidad de negocio y desarrollo social en África
ONU Hábitat junto a la empresa portuguesa EDP, están instalando un centro de energía solar que suministrará energía no contaminante y renovable a 12 aulas en Mozambique, África.
El proyecto es parte de la estrategia de inversión social privada de EDP y la compañía lo considera una inversión adecuada en África, en concordancia con el llamado de la ONU para que las empresas desempeñen su rol en el cambio hacia una "economía verde", que evite la dependencia de combustibles fósiles como el carbón y el gas.
Se prevé que la repercusión de este proyecto en la comunidad sea de gran impacto, ya que permitirá estudiar de noche a unos 1300 alumnos y que sus habitantes puedan acceder a internet y cargar sus teléfonos móviles pagando una módica cuota.
Pero esas no son las únicas ventajas que proporcionará esta iniciativa. Al mismo tiempo, incrementará las posibilidades de sobrevivir a ciclones o inundaciones, gracias a un sistema de alerta temprana, a través de mensajes SMS enviados por el Gobierno, un método que sólo funciona en comunidades con acceso a la energía.
"El continente con más recursos naturales -tales como el sol, el viento, el agua, la biomasa y otros- es, sin lugar a dudas, el africano", afirma Guilherme Collares Pereira, director de Relaciones Internacionales de EDP. "Por consiguiente, es lógico participar en un mercado que tiene recursos y necesidades."
Pereira cifra en unos 600 millones el número de personas que carecen de acceso a la electricidad en África y añade que está "más que demostrado que las energías renovables permiten el acceso universal a la energía de una manera más barata, rápida y eficiente".
El proyecto en el distrito de Namacurra es uno de los seis que cuenta con el apoyo de la compañía EDP en África, junto a los que posee en Kenia, Tanzania y Malawi.
Así, gracias a la construcción de una minicentral, suministrará electricidad, según las necesidades de consumo, a los refugiados de Kakuma, un campamento que alberga a más de 186.000 personas en la región noroeste de Kenia.
Pereira indica que la Agenda 2030 de las Naciones Unidas supone una oportunidad para EDP. "Cuando empezamos a implicarnos en este tipo de proyectos hace diez años nos guiábamos más por nuestra política de responsabilidad corporativa, pero hoy en día se trata más bien de una cuestión de negocios".
En 2018, la compañía invirtió 12 millones de euros en empresas que ya trabajaban en el sector de las energías renovables en el este de África. De momento no son tan rentables como los negocios típicos de EDP", señala, "pero hemos emprendido un viaje, y estamos descubriendo cómo evoluciona el proceso. Así, en los próximos dos años, cuando estemos preparados, podremos invertir en más empresas y hacer que crezcan en previsión a la entrada en otros mercados".
El perfil de riesgo de Mozambique coloca al país entre los más expuestos a los efectos del cambio climático y los peligros naturales de África. La combinación de los peligros naturales extremos con la alta vulnerabilidad general y el aislamiento de los asentamientos humanos en las comunidades rurales aumenta el impacto de los desastres, que causan la pérdida de muchas vidas humanas cada año.
Zambezia se vio duramente afectada por las lluvias de enero a marzo de 2015. Debido a las inundaciones, miles de familias fueron reubicadas en áreas sin acceso a infraestructuras y servicios públicos. Un proyecto reciente de UN-Habitat (de 2015 a 2018), financiado por UNICEF, brindó apoyo técnico para la reconstrucción de escuelas resistentes, tal como lo solicitó el Gobierno de Mozambique.
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