La integración en la toma de decisiones es uno de los desafíos pendientes de la gestión ética

17.09.2021 | Transparencia

La Asociación Española de Directivos de Responsabilidad Social – DIRSE- y la consultora beethik han presentado las conclusiones de su estudio sobre “El estado de la gestión ética en nuestras organizaciones. Tendiendo puentes entre el propósito y la acción”. Los resultados del estudio muestran que el principal reto ético al que se enfrentan las organizaciones es reducir la brecha entre lo que se dice en las declaraciones y lo que se hace en el día a día.


Con el estudio, DIRSE y beethik han querido contribuir a la recuperación de la confianza en las organizaciones y acelerar su transformación hacia modelos de negocio éticos y [radicalmente] responsables con las personas, la sociedad y el planeta. Para ello, además de presentar un diagnóstico detallado de fortalezas, riesgos y oportunidades, se proponen herramientas y recursos que pueden ser de utilidad para superar la brecha identificada.

Para Alberto Andreu, presidente de DIRSE: “este estudio conecta con la esencia misma de la profesión dirse, que no es otra que entender cómo estamos gestionado los cómos para que sirvan de contrapesos a los cuántos y más especialmente en las consecuencias que pudiera tener la empresa en el desarrollo económico social y ambiental”.


Principales resultados:
 
Dimensión 1 (Procesos). La ética está muy implantada en el propósito y los valores de la organización:

  • La ética forma parte del propósito de las organizaciones en el 75% y en el 71% estas disponen de valores y principios que sirven de guía.
  • Entre el 62% y el 61% cuentan con mecanismos para asegurar la aplicación de esos valores y principios en el día a día, y órganos de participación para la gestión de su compromiso ético.
  • Sin embargo, solo el 33% han implementado espacios formales de reflexión ética.


Dimensión 2 (Toma de Decisiones). La ética no está implantada en la toma de decisiones:

  • El 36% de las organizaciones sistematizan y documentan las decisiones tomadas en relación con la gestión ética.
  • Sólo el 26% dispone de sistemas para incorporar la ética a la toma de decisiones y apenas un 8% han implantado mecanismos para la analizar y reflejar la trazabilidad de estas decisiones.
  • Además, el 91% no garantizan la participación de las partes implicadas en la toma de decisiones y 92% no integra la capacitación de sus equipos en estos aspectos.


Dimensión 3 (Entorno). La mitad de las organizaciones cuenta con recursos para incorporar la ética en la relación con los grupos de interés, pero necesitamos avanzar en la gestión efectiva de dichas relaciones:

  • El 44% desarrolla procesos estructurados de diálogo con sus grupos de interés.
  • El 39% lleva a cabo acciones para trasladar el compromiso ético a sus GG. II., porcentaje que sube al 40% para la cadena de proveedores.
  • El 41% pone a disposición de los grupos de interés, herramientas y canales de participación en materia de gestión ética, y solo el 40% facilita a estos informes sobre la gestión del compromiso ético.


Dimensión 4 (Personas). La apuesta para fortalecer el talento ético es aún una asignatura pendiente:

  • El 44% de las entidades lleva a cabo acciones de sensibilización y comunicación para apoyar el compromiso ético.
  • Solo el 37% realiza acciones para fortalecer el talento ético de los equipos.
  • En torno al 70% de las organizaciones no tiene definidas las competencias del liderazgo ético, ni tiene implantado un sistema de evaluación ni de la aplicación del sistema ético, ni del comportamiento ético de sus directivos.


Dimensión 5 (Resultados). No se utilizan indicadores para evaluar el impacto ético, lo que dificulta una buena gestión

  • El 42% de las entidades incorpora la perspectiva ética en los sistemas de cumplimiento, aunque solo el 37% cuenta son sistemas de indicadores implantados para medir el impacto ético.
  • Los encuestados consideran en más del 70%, que la evaluación de la coherencia ética y la incorporación de indicadores de confianza de los grupos de interés sobre nuestro comportamiento ético son una oportunidad.
  • Sin embargo, tan solo el 14% de las organizaciones consultadas tienen integrado el análisis de tendencias de futuro para anticipar respuestas, en relación con la gestión ética.
     

Por su parte, José Antonio Lavado y Nekane Navarro, socios fundadores de beethik, consideran que “este estudio es una gran oportunidad para saber dónde estamos, bajar los valores al día a día y ser más coherentes en la acción, descubrir herramientas y recursos que nos ayudan a aplicar la ética en la gestión y recuperar la credibilidad y la confianza que nos legitima para operar”.

La investigación llega en un momento en el que las prioridades de las organizaciones se han visto afectadas por el impacto de la pandemia derivada de la Covid-19. Este dato se extrae de la última ronda del “Barómetro DIRSE-EY sobre la relevancia y funciones dirse“, en el que se detecta un incremento de 6 puntos porcentuales en la priorización del área de Ética empresarial, desde antes de la crisis sanitaria (con un 6’99 sobre 10) hasta finales de 2020 (con un 8’42 sobre 10) donde asciende al cuarto puesto en el orden de prioridades.
 

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