Informe ONU

La pandemia está haciendo "más penoso" el cumplimiento de los ODS

07.07.2020 | Inclusión

El Consejo Económico y Social de la ONU publicó esta semana el informe de 2020 sobre los progresos realizados para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En el informe se presenta un panorama general de la situación en la que se encuentran actualmente los Objetivos, sobre la base de los últimos datos disponibles dentro del escenario post crisis mundial del COVID-19. En esta nota se presenta un síntesis de los principales resultados del informe. 


De acuerdo al informe, la pandemia se ha convertido rápidamente "en la peor crisis de orden humano y económico de nuestro tiempo" y sus resultados hacen evidente que  “está haciendo más penoso el cumplimiento de los ODS”. A grandes trazos podemos definir una serie de avances y retrocesos. 

Avances:

- la pobreza mundial siguió disminuyendo, aunque a un ritmo más lento.
- las tasas de mortalidad materna e infantil se redujeron.
- hubo más gente que consiguió acceder a la electricidad.
- los países estaban creando políticas nacionales para apoyar el desarrollo sostenible y firmando acuerdos internacionales de protección del medio ambiente. 

Retrocesos:

- el número de personas que padecían hambre va en aumento.
- el cambio climático se está manifestando mucho más rápidamente de lo previsto.
- sigue creciendo la desigualdad dentro de los países y entre ellos.

- La tragedia de la desigualdad se hace más pronunciada

El Consejo Económico y Social de la ONU observa que los efectos de la pandemia y las medidas adoptadas para mitigar su impacto han saturado los sistemas de salud en todo el mundo, causado el cierre de empresas y fábricas y menoscabado gravemente los medios de sustento de la mitad de la fuerza de trabajo mundial, mantenido a 1.600 millones de alumnos fuera de las aulas y trastocado las cadenas de valor globales y el suministro de productos, y se espera que suman a decenas de millones de personas de nuevo en una situación de pobreza extrema y hambre.

El flamante reporte ubica la tasa mundial de pobreza extrema entre el 8,4 % y el 8,8 % en 2020,  cifra cercana a la de 2017. Entre 40 y 60 millones de personas se sumirán de nuevo en la pobreza extrema en lo que constituye el primer aumento de la pobreza mundial en más de 20 años.

Unas 2.000 millones de personas (el 26,4 % de la población mundial) se encuentraba en situación de inseguridad alimentaria en grado moderado o grave en 2018, lo que supone un aumento respecto al 23,2 % desde 2014, debido principalmente al incremento de la inseguridad alimentaria en África Subsahariana y América Latina. 

A nivel mundial, el 61 % de los trabajadores pertenecían al sector informal en 2016. Debido al desempleo y el subempleo ocasionados por la crisis actual, unos 1.600 millones de trabajadores de la economía informal, la mitad de la fuerza de trabajo mundial, se ha visto afectada de manera significativa. A escala global, se estima que los ingresos de los trabajadores del sector informal cayeron un 60% en los primeros meses de la crisis.

En 2019, la tasa de desempleo mundial era del 5 %, y considerablemente más alta entre los trabajadores jóvenes que entre los adultos en todas las regiones, tanto que el 22 % de los jóvenes del mundo ni trabajan ni estudiaban.

 

- Avances en la agenda de género 

En materia de igualdad de género, al 1 de enero de 2020, la representación de las mujeres en parlamentos unicamerales o cámaras bajas de parlamentos nacionales alcanzaba el 24,9 %, lo que representa un ligero ascenso respecto a un 22,3 % en 2015. Las mujeres tienen más acceso a puestos en las instancias de decisión de nivel local, donde ocupan el 36 % de los cargos electivos de los órganos de deliberación locales, según datos de 133 países y zonas. 

En el sector privado, en 2019, el 28 % de los puestos directivos estaban ocupados por mujeres a escala mundial, lo que supone un pequeño aumento con respecto al 25 % de 2000, mientras que las mujeres representaban el 39 % de los trabajadores del mundo y la mitad de la población mundial en edad de trabajar.

- La caída económica global

Los datos del reporte ponen en blanco sobre negro cómo la pandemia está haciendo "más penoso el cumplimiento de los Objetivos". A medida que la COVID-19 sigue propagándose, los mercados financieros mundiales han experimentado grandes pérdidas y una intensa volatilidad, y más de 100.000 millones de dólares de capital han abandonado los mercados emergentes desde que se produjo el brote en lo que constituye la mayor salida de capital jamás registrada. 

Las corrientes mundiales de inversión extranjera directa (IED) siguen en baja, y se cayeron un    13 %, desde una cifra revisada de 1,5 billones de dólares en 2017 a 1,3 billones de dólares en 2018.

La disminución, que es el tercer descenso anual consecutivo, se debió principalmente a la repatriación a gran escala de las ganancias acumuladas en el extranjero por empresas multinacionales tras las reformas fiscales introducidas a finales de 2017. La ONU proyecta que la pandemia puede hacer que la IED se contraiga entre un 30 % y un 40 % en el período 2020–2022.

- La crisis climática se acelera

Como hemos visto, el año 2019 fue el segundo más caluroso registrado y el final de la década más cálida (2010 a 2019). Además, dado que la temperatura media mundial está 1,1°C por encima de los niveles preindustriales estimados, la comunidad mundial tiene muy pocas perspectivas de alcanzar tanto la meta de 1,5°C como la de 2°C que se piden en el Acuerdo de París.

Aunque se prevé que las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyan un 6 % en 2020 y la calidad del aire ha mejorado a causa de la prohibición de los viajes y la desaceleración económica que ha acarreado la pandemia, esta mejora es sólo temporal. 

La ONU hace un nuevo llamamiento: “los Gobiernos y las empresas deberían aprovechar las lecciones aprendidas a fin de acelerar los procesos de transición necesarios para cumplir el Acuerdo de París, replantear la relación con el medio ambiente y realizar cambios sistémicos que puedan obrar la transformación en economías y sociedades con emisiones más bajas de gases de efecto invernadero y resilientes al clima”.

Según datos consolidados en 2019 sobre una muestra de 610 ciudades de casi 100 países, solo la mitad de la población urbana mundial tiene buen acceso al transporte público, definido como menos de 500 metros de distancia a pie desde la vivienda a un sistema de transporte de baja capacidad (como una parada de autobús) y menos de 1.000 metros de distancia a un sistema de transporte de elevada capacidad (como una terminal de ferrocarril o de transbordadores). 

En 2017, 3.000 millones de personas no tenían agua y jabón en sus hogares. En 2016, el 47 % de las escuelas de todo el mundo no tenían instalaciones para lavarse las manos equipadas con agua y jabón, y el 40 % de los centros de atención de la salud no disponían de lo necesario para higienizar las manos en los puntos de atención.  Las estimaciones preliminares correspondientes a 2019 de 79 países, en su mayoría de ingresos altos y medios-altos, sugerían que, en aproximadamente una cuarta parte de los países, menos de la mitad de todas las corrientes de aguas residuales de los hogares se trataban de manera segura. 

Los flujos financieros internacionales a los países en desarrollo destinados a la energía limpia y renovable alcanzaron 21.400 millones de dólares en 2017, un 13 % más que en 2016 y el doble del volumen de los flujos destinados en 2010. Los proyectos hidroeléctricos recibieron el 46 % de los flujos de 2017, mientras que los proyectos solares recibieron el 19 %, los eólicos el 7 % y los geotérmicos el 6 %. 

A nivel mundial, el consumo interno de material per cápita creció un 7 %, de 10,8 toneladas métricas per cápita en 2010 a 11,7 toneladas métricas en 2017. La huella material aumentó de 73.200 millones de toneladas métricas en 2010 a 85.900 millones de toneladas métricas en 2017, lo que supone un aumento del 17,4 % desde 2010 y del 66,5 % desde 2000. La dependencia del mundo de los recursos naturales continuó acelerándose en las dos últimas décadas.

Del mismo modo, de 2010 a 2019, la generación global de desechos electrónicos aumentó de forma constante, de 5,3 kg per cápita a 7,3 kg per cápita, mientras que el reciclaje responsable desde la perspectiva ambiental de los desechos electrónicos aumentó a un ritmo más lento, de 0,8 kg per cápita a 1,3 kg per cápita. 

- Biodiversidad y ecosistemas

La proporción de la superficie forestal disminuyó del 31,9 % de la superficie terrestre total en el año 2000 al 31,2 % en 2020, lo que representa una pérdida neta de casi 100 millones de hectáreas de bosque en el mundo. De 2000 a 2020, la superficie forestal aumentó en Asia, Europa y América del Norte, mientras que disminuyó considerablemente en América Latina, África Subsahariana y Asia Sudoriental, debido a la conversión de tierras para fines agrícolas. La mayoría de las zonas clave para la biodiversidad siguen sin estar cubiertas por zonas protegidas o teniendo una cobertura parcial. 

La contribución de la pesca sostenible de captura marina se mantiene estable a nivel mundial, con ciertas variaciones regionales, y representa la mayor aportación al PIB en los pequeños Estados insulares en desarrollo del Pacífico y los países menos adelantados, donde el promedio fue del 1,55 % y el 1,15 %, respectivamente, en el período comprendido de 2011 a 2017.  

- La brecha digital en la pandemia 

Para la ONU, desde la perspectiva sanitaria, económica y social, "los países en desarrollo y su población están pagando muy cara esta brecha digital durante la pandemia"

Si bien en términos relativos la suscripciones a la banda ancha fija no dejan de crecer (en todo el mundo, había casi 15 suscripciones de este tipo por cada 100 habitantes en 2019),  los porcentajes fluctuaban entre el 33,6 % en los países desarrollados y solo el 11,2 % en los países en desarrollo. En los países menos adelantados apenas existen conexiones de banda ancha fija, debido al elevado costo y a la falta de infraestructura.

"Los principios sobre los cuales se establecieron los ODS son clave para la recuperación posterior al COVID-19", dijo el subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, Liu Zhenmin. “La búsqueda continua de estos Objetivos universales mantendrá a los gobiernos enfocados en el crecimiento, pero también en la inclusión, la equidad y la sostenibilidad. Nuestra respuesta colectiva a la pandemia puede servir como un "calentamiento" de nuestra preparación para prevenir una crisis aún mayor, es decir, el cambio climático global, cuyos efectos ya se están volviendo demasiado familiares".

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