Límites a la producción de nuevos plásticos traba el acuerdo global
El Comité Intergubernamental de Negociación sobre la Contaminación por Plásticos concluyó su reunión de Ottawa. Aunque los negociadores celebraron los signos de progreso hacia un acuerdo, algunos países y grupos ecologístas expresaron su preocupación por el hecho de que las reuniones previstas para los próximos meses no abordarán el punto clave de la creación de nuevos plásticos.
El foco del conflicto se da entre los denominados "países de ideas afines" -productores de petróleo, gas y petroquímica, como China, Arabia Saudí y Rusia- con un grupo autodenominado "Coalición de Gran Ambición", que incluye a miembros de la Unión Europea, Canadá, México y Australia. Los primeros quieren un tratado que sólo se ocupe de los residuos plásticos, mientras que los segundos quieren uno que aborde el punto crítico de la producción. Otros países, agrupados en la Coalición Mundial para la Sostenibilidad de los Plásticos, quieren que el nuevo instrumento se centre únicamente en gestión de residuos. Es más, están interesados en que se adopten medidas nacionales o regionales para gestionar los residuos plásticos, con la posibilidad de informar a escala mundial.
Los Estados Unidos, por su parte, ha evitado unirse a alguno de los dos bloques, pero es poco probable que apoye los límites de producción. Ha defendido que los países deben tomar medidas sobre los plásticos de un solo uso y las sustancias químicas nocivas para la salud pública, pero que también deben elaborar sus propios planes nacionales sobre cómo alcanzar esos objetivos, en lugar de que se les impongan objetivos y medidas globales.
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), las materias primas químicas representarán alrededor del 40% del crecimiento total de la demanda de petróleo de 2022 a 2028. Y la demanda de petróleo para materias primas petroquímicas se duplicará en los próximos 30 años hasta alcanzar los 18 millones de barriles diarios.
Graham Forbes, jefe de la delegación del movimiento ambientalista Greenpeace en Ottawa, expuso que reducir la producción de plástico es lo más importante del tratado porque de otra manera es imposible poner fin a la contaminación plástica.
Eirik Lindebjerg, líder global sobre plásticos en WWF, dijo que “los negociadores tienen que reconocer que la contaminación por plásticos es una crisis mundial compleja que no puede resolverse con planteamientos nacionales fragmentados”.
Añadir nuevo comentario