“Nos preocupa que el Plan de Acción de la Comisión Europea en Finanzas Sostenibles se restrinja sólo a los riesgos ambientales”
Beau O'Sullivan, gerente de comunicaciones de la organización ShareAction Reino Unido, conversó con ComunicaRSE sobre el movimiento de inversores responsables que presiona a las empresas a gestionar los riesgos ambientales, sociales y de gobierno. Cuestionó el Plan de Acción sobre Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea y su Sistema de etiquetado por no tomar en cuenta que los asuntos ambientales están intrínsecamente vinculados a los sociales.
¿Cómo trabaja ShareAction para impulsar el movimiento de los inversores?
"ShareAction es una organización sin fines de lucro que hace 12 años está dedicada a movilizar inversores a favor de la inversion responsable en el Reino Unido y Europa.
Nuestro trabajo tiene 3 ejes de acción: por un lado, trabajamos reuniendo a grandes inversores institucionales en la promoción de la sustentabilidad. Esta red de inversores percibe los temas ambientales, sociales y de gobierno no sólo desde una perspectiva ética sino también como un riesgo financiero para sus negocios. Buscamos usar el poder de influencia de los inversores para avanzar en estrategias contra el cambio climático y sobre estándares laborales, por dar un ejemplo.
En segundo lugar, impulsamos un grupo de trabajo en incidencia en políticas públicas y legislaciones. Específicamente trabajamos con la industria de la inversión para promover políticas en favor del ambiente y de las personas en el Reino Unido. Hacemos lobby con los reguladores y políticos para cambiar las reglas de juego en la industria de la inversión para promover inversiones responsables y sustentables a largo plazo.
Finalmente, un tercer eje de acción tiene como protagonista a los inversores comunes, un movimiento de gente común, de ciudadanos, que están interesados en promover la inversión responsable. Apostamos a que los fondos de pensiones tengan en cuenta dónde ponen sus inversiones, por ejemplo dejando de invertir en combustibles fósiles".
¿En qué consiste la iniciativa de inversores para la descarbonización de la economía?
"Usamos el poder de la coalición de inversores con un trillón de dólares en activos para presionar a las empresas a asumir compromisos climáticos. Durante varios años hemos enviado cartas firmadas por inversores a las empresas para lograr estos compromisos. Estas cartas incluyen recomendaciones sobre cómo involucrarse y comprometerse; qué preguntas deben hacer las empresas a sus consejos de administración para emitir objetivos de reducción de emisiones; y cómo direccionar sus modelos de negocios hacia la economía baja en carbono. Se presentan las cartas en las asambleas anuales de accionistas del Reino Unido, donde se votan resoluciones. Nosotros proponemos resoluciones que hablan de reducir inversiones en combustibles fósiles, proponer metas ambiciosas basadas en la ciencia. El riesgo climático es ahora visto como un riesgo estratégico para la estabilidad financiera de inversores y reguladores en todo el mundo. Es crucial que esto se traduzca en presión en los sectores más ricos en carbono, que son críticos para la transición a la economía baja en carbono. Hemos logrado grandes compromisos a partir de la presión en empresas como la minera Río Tinto, Shell, Marks & Spencer, entre otras".
¿Además de las cuestionen climáticas qué otros intereses relacionados a la sustentabilidad tienen los inversores?
"Uno de nuestros grupos de inversores con 10 trillones de dólares en activos está interesado en mejorar los datos y la divulgación de la gestión de las condiciones laborales. Una última campaña que terminó hace poco es la relacionada con la crisis de los antibióticos en la industria alimentaria.
Otros grupos están trabajando en temas de salud relacionados a la obesidad infantil y al control del azúcar. Los inversores han detectado riesgos en materia de cambios regulatorios como por ejemplo el impuesto al azúcar en Europa. Conscientes de los riesgos de competitividad que estas tendencias traen consigo, los inversores solicitan a sus empresas analizar estos riesgos y responder con gestiones estratégicas. Todavía estamos en el proceso inicial de desarrollo de esta campaña".
Hace poco ShareAction presentó algunos comentarios críticos al recién publicado Plan de Acción sobre Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea. Entre las medidas planteadas por el plan se destaca la creación de etiquetas para ayudar a los inversores a identificar fácilmente las inversiones que cumplen los criterios ecológicos o de bajas emisiones de carbono. ¿Podría indicarnos cuáles son sus principales cuestionamientos a este plan?
“Es muy buena noticia que la Comisión Europea esté avanzando tan rápido en este tipo de regulaciones. Creemos que es un buen movimiento. Lo que nos preocupa es que el plan de acción propone evaluar los asuntos ambientales primero, por fuera de los asuntos sociales. Esta decisión no toma en cuenta que los asuntos ambientales están intrínsecamente vinculados a los sociales. No se puede abordar las finanzas sostenibles con este sesgo, muchas acciones ambientales tienen impacto en las comunidades sociales y esto no se puede negar. El problema de los etiquetados es que limita la mirada a lo ambiental, dejando de lado los riesgos sociales. Deberían calificarse ambos ejes a partir de paneles de evaluación en DDHH, al igual que los ambientales”.
¿ShareAction está proponiendo alternativas para remediar estas deficiencias del Plan?
“Desde la Red Europea de Inversores Responsables, que cuenta con 38 organizaciones miembros en 12 países europeos y de la cual formamos parte, queremos promover una agenda de inversiones responsables y finanzas sostenibles en general para Europa. Una que englobe las dimensiones ambientales, sociales y de gobierno en su conjunto. Nuestro trabajo se apoya en ciclos de capacitación en activismo accionarial y en ofrecer recursos técnicos para nivelar la agenda en la región”.
Entrevista: María Julia Arana
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