¿Cuáles fueron las expectativas al trabajar con mesas sectoriales? ¿Qué se esperaba alcanzar con el informe?

“Nuestro país ha decidido ejercer un liderazgo internacional en materia climática al convertirse en uno de los primeros países en declarar públicamente el objetivo de la carbono neutralidad al 2050, que estará consagrado en la Ley Marco de Cambio Climático. En este sentido, trabajamos con estas mesas sectoriales para generar un diagnóstico sectorial compartido sobre la base de tres preguntas: ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde queremos ir? ¿Cómo lo logramos? 
La primera pregunta incentivó la investigación y reflexión. A partir de antecedentes disponibles y el camino ya recorrido, las mesas elaboraron un diagnóstico sectorial, según su tendencia observada y proyectada. La segunda pregunta buscó identificar acciones de descarbonización que deberían implementarse por sector para alcanzar las metas climáticas nacionales, configurando de esta forma rutas de descarbonización sectoriales. La tercera pregunta busca priorizar las condiciones habilitantes o propuestas que viabilizarían las acciones climáticas identificadas. Para lograr buenas respuestas, no sólo se reunieron las mesas sectoriales por separado, sino que se realizaron reuniones conjuntas entre mesas interrelacionadas y dependientes, lo que enriqueció el proceso y sus resultados.

En ese sentido, este documento es un esfuerzo inédito de coordinación empresarial en torno a la acción climática”.

¿Cuál es la expectativa de la CPC al entregar el documento al Ministerio de Medio Ambiente? ¿Se espera que este documento sirva para catalizar la acción de cara a los próximos años?

“El trabajo realizado por la CPC y EY lo pusimos a disposición de toda la sociedad y se lo entregamos al gobierno, a través de la Ministra de Medio Ambiente. La idea es que las condiciones habilitantes para la carbono neutralidad al 2050 (mitigación) y una economía resiliente al clima (adaptación) sean relevadas para que el Estado lidere los cambios necesarios en gestión y regulación”.

¿Las acciones propuestas por sector tendrán algún tipo de seguimiento en los próximos años?

“Hay varios tipos de acciones: las que ya se están realizando, las que están contempladas para ser realizadas y las que son necesarias que se realicen como condiciones habilitantes. Por tanto, y según cada sector y empresa, las actividades no tienen un cronograma de implementación específico, más allá de ajustarse en términos generales al objetivo de carbono neutralidad al 2050 de la Estrategia Climática de Largo Plazo y al presupuesto de emisiones al 2030”.

¿Cómo se abordaron los desafíos climáticos en pymes, se consideró este aspecto?

“Las seis ramas de la CPC incluyen entre sus socios a muchas pymes, por lo que están consideradas. Por ejemplo, en el sector agrícola, el subsector de carne de cerdo participó del Programa de transferencia tecnológica energética y ambiental para el segmento PyME porcino, liderado por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático. Además, el sector comercio propone la elaboración de una guía de ahorro energética dirigida al comerciante, como se hizo en España. Por último, el sector energético propone potenciar la generación distribuida y el autoconsumo mediante una mayor visibilización de sus beneficios.

El desafío de potenciar la acción climática en las pymes es aún mayor que en las grandes empresas, y pueden requerir más condiciones habilitantes`”.

Uno de los desafíos que se menciona en el informe es con la cadena de valor y la medición de indicadores climáticos, ¿cómo se trabaja desde la CPC para abordar estos desafíos?

“Existen tres niveles de contabilidad climática, en los cuales se va avanzando voluntaria y gradualmente de acuerdo a la realidad de cada empresa o sector.  Desde las emisiones directas (Alcance 1) que provienen de fuentes que son propiedad o son controladas por la empresa; hasta las emisiones indirectas (Alcance 2) asociadas al consumo de electricidad y/o vapor generados por terceros; y otras emisiones indirectas (Alcance 3) que no son de propiedad ni están controladas por la empresa, como por ejemplo, transporte de los funcionarios, viajes aéreos o terrestres por motivos de trabajo, transporte de insumos, generación y trasporte de residuos, entre otros.

Las de alcance 3 incluyen la cadena de valor de manera integral, contabilizando no sólo lo emitido por trabajadores, sino también por los consumidores y proveedores. Hay varias empresas que han empezado a contabilizar sus emisiones de GEI de alcance 3, siendo consecuentes con el concepto de cadena climática de valor.

Como ejemplo de cómo la legislación también empuja estos temas, la Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) ha empezado a aplicarse bajo el principio “quien contamina paga”. Los productores de productos prioritarios (aparatos eléctricos y electrónicos, aceites lubricantes, baterías, envases y embalajes, neumáticos y pilas) tienen la obligación de organizar y financiar la gestión de los residuos derivados de los productos que agreguen en el mercado. Los residuos pasan a ser un recurso de valor, ya que se incorporan nuevamente a la cadena de producción como materia prima o energía. Es la vivencia de la economía circular”.

¿Cómo trabajó la CPC con el gobierno para alimentar la actualización de las NDC?

“La CPC participó en las dos instancias ciudadanas que ofreció el Ministerio de Medio Ambiente, tanto en los talleres sobre el proceso de actualización de la NDC a mediados de 2019 y en la consulta pública del borrador de la NDC durante octubre y noviembre de 2019.

Esperamos que la visión climática consagrada en este documento sea considerada al momento de redactar la NDC final, que se presentaría en las próximas semanas”.