El sector privado ante los desafíos del agua
Siempre que encaramos la problemática global de la crisis del agua, observamos la enorme trascendencia del rol de los Estados en la protección y legislación para el cuidado del medio ambiente y la gestión sostenible de este bien público valiosísimo. Pero no podemos subestimar la importancia que tiene el sector privado en el diseño de estrategias que consideren muy especialmente el impacto que tendrá su acción sobre el planeta y el vínculo que pretende tener con su entorno.
En este sentido, el mercado internacional avanza en exigencias ambientales para la inversión y la comercialización de productos y servicios que inciden en la rentabilidad de cualquier proyecto. Mientras tanto, en la otra punta de la cadena, el consumidor también busca empresas y marcas sostenibles que produzcan y vendan con responsabilidad. Es por eso que el modo de desarrollo empieza a ponerse en cuestión en su totalidad, brindando la oportunidad al sector privado, de repensar sus emprendimientos y tomar decisiones que aporten a la transformación general del sistema productivo.
Esta transición ecológica es además un destino necesario, frente a la estimación de crecimiento poblacional y demanda de alimentos que se prevé para los próximos años. La competencia por el agua, por ejemplo, ascenderá notablemente cuando en las próximas décadas el sistema alimentario necesite entre un 50% y un 70% más del recurso para producir los alimentos, según el Banco Mundial.
El agua es fundamental para sostener un mundo bajo en carbono que no altere el ciclo del agua y provoque sequías, inundaciones y fenómenos humanos asociados como las migraciones internas, enfermedades y crisis económicas. La estimación del riesgo hídrico que conlleva la implementación de cualquier actividad productiva, es hoy una tarea de primer orden. Esta consideración es de vital importancia para la rentabilidad de la empresa, y también para el impacto que la misma tendrá en el mundo en el busca trascender. Por ejemplo en Brasil, los períodos extensos de sequía, impactan directamente en el precio de los alimentos. La crisis del agua ya no es solo un problema que afecta a pequeñas comunidades y a sus economías regionales, las decisiones que toma el sector privado frente a estos desafíos tienen efectos financieros a nivel global.
Para hacer foco en una manera de actuar en favor del agua, podemos señalar la importancia que tiene para una empresa la gestión del recurso. El agua es demasiado valiosa para ser usada una sola vez, en ese sentido la reutilización del agua en todos los niveles del emprendimiento y la promoción de esa práctica a la hora de ofrecer soluciones y productos, representa una oportunidad. Puede ser además una ventaja competitiva, en la reducción de costos para la empresa y en el mejoramiento de la imagen de marca a la hora de visibilizar cómo funciona la economía circular a sus consumidores. Es una oportunidad única de transformar y visibilizar el paso de residuos a recursos y aportar a la conciencia general de un cambio de conducta para cuidar el planeta.
Existen muchos desafíos para el sector privado a la hora de reducir riesgos hídricos como ventanas de crecimiento e impacto positivo, si se integra en la estrategia de negocios este tipo de consideraciones. Valorar el agua en su justa medida, representa un compromiso de largo plazo con nuestros sueños de trabajo y de vida en un planeta que necesita el diseño de estrategias sostenibles para poder alojarnos por muchos años más.
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