Convenio en materia de cooperación internacional

15.07.2011 | América Latina

El presidente de Fundación CajaGRANADA, Antonio Claret García, y el Presidente de la Fundación Saber Hacer, José Antonio Ramos Muñoz, han firmado un convenio en materia de cooperación internacional, cuyo contenido han presentado en rueda de prensa junto al Consejero de CajaGRANADA, Pedro Granados. A través de este acuerdo, Fundación CajaGRANADA aporta la cantidad de 100.000 € para la puesta en marcha del proyecto denominado "Huerta infantil para una infancia sana", que se llevará a cabo en Palavé, uno de los bateyes o asentamientos suburbiales de origen rural y agrícola que existen en República Dominicana.


 

Los representantes de ambas instituciones han destacado la cobertura de las necesidades básicas, como es la provisión de alimentos, así como la protección de la infancia y la vertiente formativa como líneas fundamentales de este proyecto de cooperación internacional, ya que la iniciativa está destinada a poner en marcha un invernadero que se convierta en la génesis de un centro de formación y capacitación agraria, consiguiendo generar alimentos de manera directa e indirecta. Así, los productos que se cultiven en esta comunidad servirán para su consumo y también, si se produce excedente, para la financiación mediante su venta de otros alimentos elementales, como la leche y el pan. Estas actuaciones se enmarcan en la línea de actuación de diversas organizaciones no gubernamentales en la zona, que se encuentra próxima a Santo Domingo, capital de República Dominicana.
Las personas beneficiarias de esta iniciativa, que residen de manera permanente en el Batey de Palavé, superan la cifra de 2.000. Entre otras actuaciones, la Fundación Saber Hacer acoge a 316 niños y niñas de edades comprendidas entre los 2 y 6 años, que serán beneficiarios directos de esta iniciativa, basada en el cultivo intensivo bajo plásticos. Ambas fundaciones, a través de este convenio, acometen actuaciones concretas que mejoren las condiciones de vida actuales y que constituyan vías de solución más a largo plazo, a través de un esfuerzo que debe trascender fronteras y acudir a aquellas zonas donde más se necesita, como es el caso de los países en vías de desarrollo.
CajaGRANADA y la Cooperación Internacional
El presidente de CajaGRANADA, por su parte, ha destacado la experiencia y vocación de la entidad en materia de cooperación internacional, que ha venido desarrollando una amplia gama de iniciativas solidarias, que van desde la creación hace diez años del Premio CajaGRANADA a la Cooperación Internacional hasta la puesta en marcha de microcréditos en países como Marruecos o Chile. 
Los microcréditos, herramienta contra la exclusión social y financiera en los que CajaGRANADA fue entidad pionera, han permitido la creación de 560 puestos de trabajo en países en vías de desarrollo, convirtiendo a 3800 personas en beneficiarios directos o indirectos de esta actuación. 
Otro de los datos relevantes del compromiso de CajaGRANADA con la Cooperación Internacional es la inversión económica en 2007 en esta materia, con un importe superior a los 740.000 €, lo que supuso el 0,82% del beneficio neto de la entidad. 
Antonio Claret ha afirmado la voluntad de seguir realizando ese esfuerzo solidario por parte de CajaGRANADA, que debe atender las necesidades sociales más cercanas, pero tener en cuenta la importancia de colaborar con los países en desarrollo.
Historia del Batey
El Batey de República Dominicana es un asentamiento suburbial que tiene un origen agrícola, ya que surgió durante la época colonial en torno a las plantaciones de la caña de azúcar, cuyos braceros pasaban la noche en barracones. 
La transformación económica y productiva que supuso el cultivo de remolacha en Europa dio lugar a un cambio en esos lugares que, con el paso de los años, se han convertido en verdaderos asentamientos que mantienen la tradicional estructura y estética de los originales barracones, en contraste con construcciones de todo tipo, y acogen a cientos de familias en una situación de marginalidad económica y social, en el que existe un alto porcentaje de población y presencia haitiana. 
Un libro recientemente publicado por la Fundación Saber Hacer, en los que se muestra, a través del retrato fotográfico, a los habitantes de estos asentamientos en su realidad diaria, deja constancia de la dureza de la vida en el batey, una circunstancias que hacen de la formación y la producción de alimentos dos claves fundamentales para la mejora de sus condiciones de vida.

Los representantes de ambas instituciones han destacado la cobertura de las necesidades básicas, como es la provisión de alimentos, así como la protección de la infancia y la vertiente formativa como líneas fundamentales de este proyecto de cooperación internacional, ya que la iniciativa está destinada a poner en marcha un invernadero que se convierta en la génesis de un centro de formación y capacitación agraria, consiguiendo generar alimentos de manera directa e indirecta. Así, los productos que se cultiven en esta comunidad servirán para su consumo y también, si se produce excedente, para la financiación mediante su venta de otros alimentos elementales, como la leche y el pan. Estas actuaciones se enmarcan en la línea de actuación de diversas organizaciones no gubernamentales en la zona, que se encuentra próxima a Santo Domingo, capital de República Dominicana.

Las personas beneficiarias de esta iniciativa, que residen de manera permanente en el Batey de Palavé, superan la cifra de 2.000. Entre otras actuaciones, la Fundación Saber Hacer acoge a 316 niños y niñas de edades comprendidas entre los 2 y 6 años, que serán beneficiarios directos de esta iniciativa, basada en el cultivo intensivo bajo plásticos. Ambas fundaciones, a través de este convenio, acometen actuaciones concretas que mejoren las condiciones de vida actuales y que constituyan vías de solución más a largo plazo, a través de un esfuerzo que debe trascender fronteras y acudir a aquellas zonas donde más se necesita, como es el caso de los países en vías de desarrollo.
CajaGRANADA y la Cooperación Internacional
El presidente de CajaGRANADA, por su parte, ha destacado la experiencia y vocación de la entidad en materia de cooperación internacional, que ha venido desarrollando una amplia gama de iniciativas solidarias, que van desde la creación hace diez años del Premio CajaGRANADA a la Cooperación Internacional hasta la puesta en marcha de microcréditos en países como Marruecos o Chile. 

Los microcréditos, herramienta contra la exclusión social y financiera en los que CajaGRANADA fue entidad pionera, han permitido la creación de 560 puestos de trabajo en países en vías de desarrollo, convirtiendo a 3800 personas en beneficiarios directos o indirectos de esta actuación. 
Otro de los datos relevantes del compromiso de CajaGRANADA con la Cooperación Internacional es la inversión económica en 2007 en esta materia, con un importe superior a los 740.000 €, lo que supuso el 0,82% del beneficio neto de la entidad. 
Antonio Claret ha afirmado la voluntad de seguir realizando ese esfuerzo solidario por parte de CajaGRANADA, que debe atender las necesidades sociales más cercanas, pero tener en cuenta la importancia de colaborar con los países en desarrollo.

Historia del Batey
El Batey de República Dominicana es un asentamiento suburbial que tiene un origen agrícola, ya que surgió durante la época colonial en torno a las plantaciones de la caña de azúcar, cuyos braceros pasaban la noche en barracones. 
La transformación económica y productiva que supuso el cultivo de remolacha en Europa dio lugar a un cambio en esos lugares que, con el paso de los años, se han convertido en verdaderos asentamientos que mantienen la tradicional estructura y estética de los originales barracones, en contraste con construcciones de todo tipo, y acogen a cientos de familias en una situación de marginalidad económica y social, en el que existe un alto porcentaje de población y presencia haitiana. 
Un libro recientemente publicado por la Fundación Saber Hacer, en los que se muestra, a través del retrato fotográfico, a los habitantes de estos asentamientos en su realidad diaria, deja constancia de la dureza de la vida en el batey, una circunstancias que hacen de la formación y la producción de alimentos dos claves fundamentales para la mejora de sus condiciones de vida.