El reto de la educación financiera en España
La Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha realizado la segunda jornada del curso de verano ‘Educación financiera: una responsabilidad de todos’ con tres mesas redondas sobre demandas formativas y herramientas al servicio de la educación financiera. Isabel Martínez Lozano de Fundación ONCE habla al respecto.
La Comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especiales de Fundación ONCE, Isabel Martínez Lozano, ha subrayado como reto la ‘Alfabetización y educación financiera para todas las personas’. Además, ha señalado que el reto de los servicios bancarios es “no excluir a nadie, creando productos que se puedan utilizar por todo el mundo y promover buenas prácticas”.
Martínez Lozano ha recordado que existen 4 millones de personas con discapacidad en España (8,5%) de la población y si contamos a sus familias 12 millones de personas y más del 50% de las personas mayores de 85 años tiene algún tipo de discapacidad.
También se ha referido a la Educación como un instrumento básico para el desarrollo personal y ha destacado la relación directa entre la educación y la formación y la exclusión. En esta línea, ha señalado que las administraciones públicas “deben dictar normas y promover iniciativas, programas y acciones que garanticen los derechos y las singularidades de los consumidores con discapacidad, con el fin de minimizar su condición de consumidor especialmente vulnerable y fomentar su plena participación social”.
Sobre los derechos de los consumidores, se ha referido al derecho a la no discriminación, el respeto a la diferencia, la igualdad de oportunidades y la accesibilidad. Asimismo, ha subrayado los problemas más frecuentes de los consumidores con discapacidad como la falta de información correcta, suficiente y comprensible y la falta de accesibilidad en los entornos, productos, bienes y servicios.
Según ha señalado, “hasta hace relativamente poco, las personas con discapacidad se encontraban con muchos problemas a la hora de realizar su actividad financiera y de inversión”, algo tan básico como acceder por sus propios medios a una sucursal a cobrar un talón, solicitar un extracto de su cuenta o conectarse a Internet para realizar una operación. De este modo, las personas con discapacidad “se veían obligadas a disponer de la ayuda de un tercero para realizar una actividad que todos llevamos a cabo con normalidad y sencillez en nuestra vida diaria”, ha dicho.
Sobre las buenas prácticas llevadas a cabo en este ámbito, se ha referido al convenio de colaboración entre el Banco de España, la Comisión Nacional de Mercado de Valores y la Fundación ONCE para poner en marcha un Plan de formación financiera al movimiento de personas con discapacidad (2012) y a las Jornadas de formación sobre servicios bancarios seguros y personas con discapacidad organizadas por el CERMI.
Además, se ha referido a la Guía de accesibilidad financiera del año 2007 que tiene como objetivo determinar cuáles son esas dificultades y aconsejar a los bancos lo que tienen que hacer para ofrecer sus servicios financieros en igualdad de condiciones para todo el mundo.