'Es importante que el movimiento sindical afronte sin titubeo la RSE'

29.06.2011 | Entrevistas

Tras haber constituido fuente de inquietud, la responsabilidad social de las empresas es ahora percibida por los sindicatos europeos como un medio para enriquecer el diálogo social. La Secretaría de RSE de Comfía-CCOO  tradujo esta entrevista a Jean-Paul Raillard, director de Syndex realizada por Claire Cotentin de Alternatives Economiques. El hecho de que este concepto haya llegado a Europa de la mano de parte de la patronal y por las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) con las que los sindicalistas no tenían costumbre de cooperar mucho, ha generado en principio inquietudes, pero ahora ya es parte del diálogo social.


 

¿Aporta la responsabilidad social de las empresas (RSE) una nueva dimensión al diálogo social?
Sí, en la medida en que no sustituye al diálogo social y no debilita la negociación colectiva. Es, entonces, un elemento complementario que permite ir más allá de los logros legislativos y contractuales. Proponiendo nuevos temas de concertación, tales como la gobernanza pública, el medioambiente o incluso la conciliación de la vida profesional y familiar, viene a completar el diálogo social clásico. No pone en cuestión el diálogo social interno en las empresas pero permite a aquél enriquecerse, nutrirse de nuevos temas. Es, por tanto, importante que el movimiento sindical, más allá, a veces, de sus prevenciones, considere, sin titubeos, la RSE como instrumento de progreso. Y ello otorgándole una dinámica en el marco de las relaciones sociales de la empresa, incluso contractualizando los logros y desarrollando cooperaciones y alianzas con las asociaciones que trabajan en los campos de lo social, del consumo y del medioambiente, pero también con las colectividades territoriales y los poderes públicos.
¿Cómo se ha apropiado de este concepto el sindicalismo?
El hecho de que este concepto anglosajón haya llegado a Europa de la mano de parte de la patronal y por las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) con las que los sindicalistas no tenían costumbre de cooperar mucho, ha generado en principio inquietudes. Sin embargo, la Confederación Europea de los Sindicatos (CES) ha comprendido rápidamente que la RSE era una oportunidad para desarrollar un enfoque más global, económico, social y medioambiental, de la empresa y sus responsabilidades. Apoyándose en el trabajo ya abordado por los sindicatos de ciertos países, especialmente de Europa del Norte, y ciertas federaciones profesionales europeas como la textil, el movimiento sindical ha sabido desarrollar un concepto europeo de la RSE, basado sobre nuestro modelo de desarrollo económico y social.
¿Se ha convertido La RSE en objeto de negociación con la patronal?
Ciertas asociaciones europeas de empleadores, con la complicidad pasiva de la Comisión, han frenado hasta la actualidad el establecimiento de un marco europeo que permita generalizar un uso verdaderamente eficaz de la RSE, basado en la transparencia y el diálogo social.
Afortunadamente, algunos dirigentes dan ejemplo innovando. Sus gestiones han concluido con la firma y seguimiento de acuerdos de RSE con federaciones sindicales internacionales y europeas. Desde principios de los años 2000, estos acuerdos, denominados generalmente “acuerdos-marco internacionales” se centran no sólo en cuestiones sociales como el respeto a los derechos sociales fundamentales donde la empresa controla una actividad, sino también, cada vez con más frecuencia, en los impactos medioambientales de las actividades económicas que derivan de su esfera de influencia. Nuestra empresa ayuda al movimiento sindical europeo e internacional a evaluar la puesta en marcha de tales acuerdos.
Observamos, también, el aumento en régimen de acuerdos-marco europeos de empresa de temas como la igualdad profesional, la gestión previsional de empleos y competencias, las condiciones de salud y seguridad, así como la gestión de las reestructuraciones. Aparecen, también. acuerdos a nivel sectorial como, por ejemplo, en el sector de la madera (acuerdo para una regulación de la tala ilegal de árboles) y, muy recientemente, en el de cuero y curtido.
¿Existen diferencias entre países europeos?
Sí, dado que la puesta en marcha de la RSE depende de la cultura de cada país y, sobre todo, de la capacidad de los sindicatos de gestionar este nuevo espacio de concertación. Globalmente, los países del Norte de Europa han integrado el concepto de RSE antes que los países latinos y los de Europa del Este.
En los nuevos Estados miembros de Europa central y oriental, donde el nivel y la calidad de la negociación colectiva son todavía bajos, puede existir el temor de que la RSE sustituya al diálogo social y a la contractualización. Por el contrario, en los países donde los sindicatos están fuertemente implantados y más en una lógica de negociación que de oposición frente a los directivos de las empresas, se ha tendido a discutir rápidamente de políticas de RSE. En los países de Europa del Sur han permanecido más tiempo escépticos sobre el interés del concepto. En un país como Francia, el Estado ha jugado un rol de catalizador entre las empresas cotizadas en Bolsa, obligándoles a comunicar públicamente sobre este tema con la ley sobre las “nuevas regulaciones económicas” de 2001.
¿Cómo ve usted la consideración de la RSE en el acompañamiento de equipos sindicales que su empresa efectúa? 
Organizar un diálogo social constructivo sobre la responsabilidad societaria de la empresa sólo tiene sentido si la RSE se integra en la estrategia de la empresa y las partes implicadas externas son tomadas en consideración (subcontratistas, ONG, colectividades territoriales….).
Ello explica probablemente que la toma en consideración de prácticas de RSE sea bastante lenta en el diálogo social de empresa, pero existe indudablemente y se desarrolla.
Los sindicatos son conscientes de que los retos a los que la empresa se enfrenta no se reducen ya al perímetro de ésta. Los sindicalistas franceses contemplan, a partir de ahora, nuevos campos de diálogo social y civil examinando los compromisos explícitos de ciertas empresas a través de su informe de RSE 
En lo que respecta al acompañamiento de los representantes de los trabajadores, que constituye el núcleo del trabajo de la empresa Syndex, constatamos que las demandas relativas a las cuestiones de RSE nos llegan sobre todo por intermediación de los comités de grupo nacional o comités de empresa europeos. Algunos de estos comités han constituido además en su seno comisiones de trabajo dedicadas a la toma en consideración del desarrollo sostenible y de la política de RSE en su empresa. Además, un buen número de comités de empresa europeos aseguran el seguimiento y la puesta en marcha de acuerdos-marco europeos que desde hace algunos años sobre las problemáticas ligadas a la RSE.
Estamos, por tanto, obligados a trabajar sobre el cuadro de mando y los indicadores específicos de los que se dota la empresa en la materia. Con el fin de permitir a los representantes del personal tener peso en las decisiones de la empresa, nuestros expertos realizan para ellos comentarios y comparaciones sectoriales relativas a la utilización de estos instrumentos.
¿No es la crisis un pretexto para colocar la RSE en un segundo plano?
Algunos pueden estar tentados de pensarlo, pero estamos convencidos de que uno de los principales retos para la empresa en la etapa que se inicia será desarrollar nuevos indicadores de resultados globales, más allá de los meros resultados financieros. La crisis que atravesamos debe permitir acelerar sensiblemente este movimiento en todos los sectores y no cabe evitar pensar en primer lugar en el sector financiero.
Declaración recogida por Claire Cotentin
Alternatives Economiques - Pratique n°41 - Noviembre 2009

¿Aporta la responsabilidad social de las empresas (RSE) una nueva dimensión al diálogo social?
Sí, en la medida en que no sustituye al diálogo social y no debilita la negociación colectiva. Es, entonces, un elemento complementario que permite ir más allá de los logros legislativos y contractuales. Proponiendo nuevos temas de concertación, tales como la gobernanza pública, el medioambiente o incluso la conciliación de la vida profesional y familiar, viene a completar el diálogo social clásico. No pone en cuestión el diálogo social interno en las empresas pero permite a aquél enriquecerse, nutrirse de nuevos temas. Es, por tanto, importante que el movimiento sindical, más allá, a veces, de sus prevenciones, considere, sin titubeos, la RSE como instrumento de progreso. Y ello otorgándole una dinámica en el marco de las relaciones sociales de la empresa, incluso contractualizando los logros y desarrollando cooperaciones y alianzas con las asociaciones que trabajan en los campos de lo social, del consumo y del medioambiente, pero también con las colectividades territoriales y los poderes públicos.

¿Cómo se ha apropiado de este concepto el sindicalismo?
El hecho de que este concepto anglosajón haya llegado a Europa de la mano de parte de la patronal y por las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) con las que los sindicalistas no tenían costumbre de cooperar mucho, ha generado en principio inquietudes. Sin embargo, la Confederación Europea de los Sindicatos (CES) ha comprendido rápidamente que la RSE era una oportunidad para desarrollar un enfoque más global, económico, social y medioambiental, de la empresa y sus responsabilidades. Apoyándose en el trabajo ya abordado por los sindicatos de ciertos países, especialmente de Europa del Norte, y ciertas federaciones profesionales europeas como la textil, el movimiento sindical ha sabido desarrollar un concepto europeo de la RSE, basado sobre nuestro modelo de desarrollo económico y social.

¿Se ha convertido La RSE en objeto de negociación con la patronal?
Ciertas asociaciones europeas de empleadores, con la complicidad pasiva de la Comisión, han frenado hasta la actualidad el establecimiento de un marco europeo que permita generalizar un uso verdaderamente eficaz de la RSE, basado en la transparencia y el diálogo social.
Afortunadamente, algunos dirigentes dan ejemplo innovando. Sus gestiones han concluido con la firma y seguimiento de acuerdos de RSE con federaciones sindicales internacionales y europeas. Desde principios de los años 2000, estos acuerdos, denominados generalmente “acuerdos-marco internacionales” se centran no sólo en cuestiones sociales como el respeto a los derechos sociales fundamentales donde la empresa controla una actividad, sino también, cada vez con más frecuencia, en los impactos medioambientales de las actividades económicas que derivan de su esfera de influencia. Nuestra empresa ayuda al movimiento sindical europeo e internacional a evaluar la puesta en marcha de tales acuerdos.
Observamos, también, el aumento en régimen de acuerdos-marco europeos de empresa de temas como la igualdad profesional, la gestión previsional de empleos y competencias, las condiciones de salud y seguridad, así como la gestión de las reestructuraciones. Aparecen, también. acuerdos a nivel sectorial como, por ejemplo, en el sector de la madera (acuerdo para una regulación de la tala ilegal de árboles) y, muy recientemente, en el de cuero y curtido.

¿Existen diferencias entre países europeos?
Sí, dado que la puesta en marcha de la RSE depende de la cultura de cada país y, sobre todo, de la capacidad de los sindicatos de gestionar este nuevo espacio de concertación. Globalmente, los países del Norte de Europa han integrado el concepto de RSE antes que los países latinos y los de Europa del Este.
En los nuevos Estados miembros de Europa central y oriental, donde el nivel y la calidad de la negociación colectiva son todavía bajos, puede existir el temor de que la RSE sustituya al diálogo social y a la contractualización. Por el contrario, en los países donde los sindicatos están fuertemente implantados y más en una lógica de negociación que de oposición frente a los directivos de las empresas, se ha tendido a discutir rápidamente de políticas de RSE. En los países de Europa del Sur han permanecido más tiempo escépticos sobre el interés del concepto. En un país como Francia, el Estado ha jugado un rol de catalizador entre las empresas cotizadas en Bolsa, obligándoles a comunicar públicamente sobre este tema con la ley sobre las “nuevas regulaciones económicas” de 2001.

¿Cómo ve usted la consideración de la RSE en el acompañamiento de equipos sindicales que su empresa efectúa? 
Organizar un diálogo social constructivo sobre la responsabilidad societaria de la empresa sólo tiene sentido si la RSE se integra en la estrategia de la empresa y las partes implicadas externas son tomadas en consideración (subcontratistas, ONG, colectividades territoriales….).
Ello explica probablemente que la toma en consideración de prácticas de RSE sea bastante lenta en el diálogo social de empresa, pero existe indudablemente y se desarrolla.
Los sindicatos son conscientes de que los retos a los que la empresa se enfrenta no se reducen ya al perímetro de ésta. Los sindicalistas franceses contemplan, a partir de ahora, nuevos campos de diálogo social y civil examinando los compromisos explícitos de ciertas empresas a través de su informe de RSE 
En lo que respecta al acompañamiento de los representantes de los trabajadores, que constituye el núcleo del trabajo de la empresa Syndex, constatamos que las demandas relativas a las cuestiones de RSE nos llegan sobre todo por intermediación de los comités de grupo nacional o comités de empresa europeos. Algunos de estos comités han constituido además en su seno comisiones de trabajo dedicadas a la toma en consideración del desarrollo sostenible y de la política de RSE en su empresa. Además, un buen número de comités de empresa europeos aseguran el seguimiento y la puesta en marcha de acuerdos-marco europeos que desde hace algunos años sobre las problemáticas ligadas a la RSE.
Estamos, por tanto, obligados a trabajar sobre el cuadro de mando y los indicadores específicos de los que se dota la empresa en la materia. Con el fin de permitir a los representantes del personal tener peso en las decisiones de la empresa, nuestros expertos realizan para ellos comentarios y comparaciones sectoriales relativas a la utilización de estos instrumentos.

¿No es la crisis un pretexto para colocar la RSE en un segundo plano?
Algunos pueden estar tentados de pensarlo, pero estamos convencidos de que uno de los principales retos para la empresa en la etapa que se inicia será desarrollar nuevos indicadores de resultados globales, más allá de los meros resultados financieros. La crisis que atravesamos debe permitir acelerar sensiblemente este movimiento en todos los sectores y no cabe evitar pensar en primer lugar en el sector financiero.

Declaración recogida por Claire CotentinAlternatives Economiques

- Pratique n°41 - Noviembre 2009

www.alternatives-economiques.fr