La clave de la movilidad sustentable será lograrla en el mundo en desarrollo y a través de asociaciones público-privadas
Desde hace casi diez años los mayores competidores de la industria automovilística junto al WBCSD vienen trabajando en los retos y desafíos para alcanzar una movilidad sustentable. Luego de la publicación de los informes “Mobility 2030” en 2004 y “Mobility for Development” en 2009, a principios de este año el Consejo ha puesto en marcha una nueva iniciativa- el Proyecto de Movilidad Sostenible 2.0- que tiene como objetivo acelerar y ampliar la implementación de soluciones de movilidad en países en desarrollo. A continuación Filippo Veglio, Director Development Focus Area del WBSCD, comparte con ComunicaRSE los resultados del informe “Mobility for Development” que sirven de base para la nueva iniciativa y nos anticipa los objetivos de cara a 2015.
La nueva iniciativa intersectorial sobre movilidad sustentable liderada por el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) se basa en trabajos anteriores que concluyen que la movilidad es un motor del desarrollo social y económico y que la clave de una movilidad sustentable a nivel mundial será lograrla en el mundo en desarrollo.
Desde 2004 los líderes de la industria automovilística como Ford, General Motors, Toyota, Honda, entre otros, han venido trabajado en los retos y desafíos para alcanzar una movilidad sustentable definida como “la capacidad de cubrir las necesidades de la sociedad de trasladarse libremente, comunicarse, comerciar y establecer vínculos sin sacrificar valores humanos y ecológicos”.
Para ello se propusieron siete objetivos de movilidad sustentable que en el posterior trabajo de 2009- “Mobility for Development”- fueron analizados en cuatro ciudades en rápido desarrollo: San Pablo en Brasil, Bangalore en India, Dar es Salaam en Tanzania y Shanghai en China.
El trabajo se apoyó en un proceso de investigación, diálogo y aprendizaje entre ciudades que concluyó enfáticamente que la movilidad urbana presente es insostenible y que es necesario modificar los sistemas de transporte urbano si se desea alcanzar la sustentabilidad dentro de medio siglo.
Uno de los siete objetivos de movilidad más destacado es el desafío de reducir la brecha de oportunidades de movilidad que divide al mundo desarrollado del mundo en desarrollo y que es entendida como una diferencia en la capacidad de movilidad de las personas.
En la entrevista exclusiva con ComunicaRSE Filippo Veglio, Director Development Focus Area del WSCD, destaca que este objetivo busca “reducir la brecha en las oportunidades de movilidad entre y dentro de diferentes sociedades y regiones del mundo ya que inhiben el crecimiento económico y los esfuerzos de los países más pobres para escapar de la pobreza”.
“Los grupos de interés consultados en San Pablo estaban preocupados porque los niveles actuales de inversión, la voluntad política y la capacidad institucional no son suficientes para abordar con eficacia los desafíos de la movilidad en las ciudades. Ellos también piensan que las inversiones tienden a abordar de manera desproporcionada las necesidades de movilidad de los grupos con ingresos medios por sobre aquellos grupos de bajos ingresos y los ancianos”.
Otro de los objetivos-desafíos que enfrenta América Latina es la mitigación de la congestión del tráfico y la reducción del impacto ambiental y de los accidentes vehiculares. Sobre esto Filipo Veglio afirma que “si bien la movilidad mejora la calidad de vida, el desarrollo de la movilidad también trae aparejada la congestión, la contaminación atmosférica, los accidentes relacionados con el tráfico y los costes ambientales del transporte. Estos desafíos están siendo abordados a través de una combinación de construcción de calles, mejora del transporte público y una mejor aplicación de las normas de tránsito. Sin embargo, ninguna ciudad ha encontrado "la" respuesta a la congestión y los accidentes”.
“En este contexto, las empresas tienen un papel clave para desempeñar”, comenta Filipo. “Pueden ofrecer productos y servicios innovadores, incluida la infraestructura de transporte eficiente y seguro y limpio y servicios que satisfagan las necesidades humanas para la movilidad de una manera más sostenible. Al mismo tiempo, si bien las empresas pueden brindar soluciones, necesitan de las condiciones políticas, regulatorias y financieras para que las soluciones se apliquen con eficacia”.
El portavoz del WBCSD destaca que se requiere, en primer lugar, un compromiso político para sentar las bases para una combinación de acciones de los gobiernos municipales, estatales y federales y de los inversionistas del sector privado y los operadores. En este sentido Filipo reconoce el rol clave que deben cumplir las asociaciones público-privadas como un “pre-requisito para afrontar con éxito los complejos desafíos de la movilidad sostenible”. “Estas asociaciones implican la colaboración de todas las partes interesadas, desde grupos de gobierno, las empresas y los ciudadanos, para identificar y poner en práctica las estructuras de gobierno y las soluciones de infraestructura necesarias”.
“No vamos a ser capaces de encontrar soluciones sin esa colaboración”, continuó diciendo. “Cada uno de nosotros debe abordar el reto con nuestro propio compromiso, pasión e inteligencia, así como con la previsión y la mente abierta necesarias para aprender y trabajar con otros. Al mismo tiempo, todos debemos asumir la responsabilidad de nuestras decisiones personales con respecto a la utilización sostenible de los servicios de transporte y movilidad”.
Finalmente Filipo destacó el rol del transporte público como un aspecto clave y necesario para avanzar hacia una movilidad sostenible. El mayor desafío para los próximos años es crear nuevos sistemas de transporte para disminuir la necesidad de vehículos privados en zonas urbanas de alta densidad. “En Brasil, por ejemplo, una parte clave de la estrategia de San Pablo para hacer frente a la congestión ha sido mejorar el transporte público para tentar a la gente a usarlo.”
El Proyecto de Movilidad Sostenible 2.0, lanzado a principios de 2013, buscará desarrollar una visión detallada y un plan de trabajo de cara a los próximos años. Entre sus objetivos se destaca la formulación de indicadores de movilidad sostenible que midan las posibles soluciones para ser implementadas en ciudades en desarrollo.