La influencia de las cooperativas en la lucha contra el trabajo infantil
En una reciente nota publicada en el blog de la OIT, la organización reflexiona sobre las oportunidades de las cooperativas en la lucha contra el trabajo infantil. Se destaca el trabajo en las cadenas de suministro de las empresas. Se mencionan casos ejemplares de cooperativas.
Las cooperativas, en calidad de empresas democráticas dirigidas por sus miembros, pueden contribuir a cambiar la forma de organización del trabajo y de distribución de la riqueza; dos pasos importantes para ayudar a eliminar el trabajo infantil.
“Las cooperativas y sus asociaciones tienen una oportunidad concreta, de hecho una responsabilidad, para examinar sus cadenas de aprovisionamiento y garantizar que no estén contribuyendo inadvertidamente con el problema”, explicó Simel Esim, Directora de la Unidad de Cooperativas de la OIT.
El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT presta asistencia a los gobiernos, a las organizaciones de empleadores y de trabajadores en el logro del objetivo de eliminar progresivamente en trabajo infantil, informa el blog.
IPEC colabora con la Alianza Cooperativa Internacional y el Sector de Cooperativas de la OIT para identificar y fortalecer el papel de las cooperativas. El informe de 2009, Cooperating out of child labour (Cooperar para salir del trabajo infantil), destaca las buenas prácticas de las empresas cooperativas.
Según Simon Steyne, Director de la Unidad de Diálogo Social y Asociaciones del IPEC, la alianza con las centrales sindicales nacionales, con las organizaciones de empleadores y con sindicatos como el de los agricultores o de los mineros, es decisiva para alcanzar resultados positivos.
“Una voz colectiva más fuerte de los pequeños productores ayudaría a promover la reforma de las cadenas de aprovisionamiento y una distribución más justa de las ganancias”, declaró. “Apoyar el cooperativismo es uno de los servicios que los sindicatos pueden ofrecer – y lo hacen – a sus miembros. Las organizaciones de empleadores también pueden desempeñar una función similar”.
Como Steyne señala, las cooperativas pueden a su vez ser empleadores y deberían establecer relaciones laborales correctas con los sindicatos que representan a su fuerza laborar.
“Una de las principales causas del trabajo infantil son los ingresos insuficientes e inseguros y una falta de protección social para las familias. Las cooperativas, en calidad de empresas de la economía solidaria, pueden ser importantes medios de distribución de la riqueza y de la extensión de la seguridad social básica”, agregó.
“Además, cuando faltan los servicios públicos que los niños necesitan, como la educación o la atención sanitaria, las cooperativas pueden ayudar a las comunidades a organizarse, contribuir a suministrar estos servicios, y tener una voz colectiva más fuerte cuando negocian con las autoridades públicas”, concluyó.
Uno entre muchos ejemplos
La Cooperativa Agrícola Kavokiva du Haut Sassandra (CAKHS) en la Costa de Marfil, registrada en 2008, se dedica a comercializar cacao y café, y está constituida por 5.817 socios. A partir de 2010, CAKHS participa en la lucha contra el trabajo infantil en la economía informal y rural. Con el apoyo del Proyecto de OIT-IPEC en África Occidental, CAKHS ha impedido que entren en trabajo infantil peligroso o rescatado a 1.800 niños (entre 5 y 17 años) y les ha proporcionado educación básica y formación profesional.
También contribuyó a establecer cinco guarderías infantiles y escuelas que acogen a 100 niños rescatados del trabajo infantil peligroso. Gracias a la acción de CAKHS, 80 familias que cultivan cacao aumentaron su capacidad económica para poder cuidar de sus hijos en peligro de ser víctimas del trabajo infantil, o de rescatar a los que trabajan.
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