La OIT propone una "iniciativa de empleos verdes"

23.08.2011 | Destacadas

El Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Juan Somavia, pidió a delegados de gobiernos, trabajadores y empleadores en la Conferencia anual de la OIT producir herramientas para el diseño de políticas que permitan lanzar una "iniciativa de empleos verdes", destinada a favorecer un proceso de desarrollo ambientalmente sostenible.


 

Durante un discurso ante la sala plenaria de la 96 Conferencia Internacional del Trabajo se refirió a diversos temas, desde el impacto de la globalización a la necesidad de reducir los "déficit de trabajo decente" y otros asuntos laborales, y destacó que la OIT está avanzando con su propuesta del Programa de Trabajo Decente, respaldado por Naciones Unidas y otros organismos internacionales, incluyendo el G8 en la Cumbre realizada la semana pasada en Alemania.
"Podemos mostrar progresos importantes en nuestra cooperación para alcanzar metas de trabajo decente relacionadas con cada uno de estos temas en muchos países", dijo Somavia. "Pero sabemos que no podemos hacerlo solos. El logro de resultados con el Programa de Trabajo Decente también implica coordinar con otras organizaciones y otras estrategias".
Somavia consideró que un aspecto clave es considerar al trabajo decente como parte de las políticas económicas, sociales y ambientales.
"La verdad incómoda es que la producción y el trabajo consumen energía y otros recursos, y generan desechos y gases de invernadero en cantidad que resulta peligrosa para nuestro planeta y nuestra salud", agregó. "La adaptación a nuevas formas de uso y conservación de los recursos naturales es un desafío a la capacidad de los mandantes de la OIT para prever el cambio, prepararse y entonces poner en práctica un proceso de adaptación eficiente y justo".
Somavia dijo que la OIT necesita "evaluar cuál podría ser la magnitud de los cambios en la tecnología, en la producción y en el empleo" y   precisar "estrategias de desarrollo que impliquen menos emisiones y que al mismo tiempo no obstaculicen el avance en la reducción de la pobreza".
"Creo que el tripartismo debería comenzar a desarrollar, a través del diálogo social, las herramientas para el diseño de políticas para una 'iniciativa de empleos verdes' de la OIT, con el fin de apoyar a trabajadores y empresas en el proceso de transición hacia un desarrollo ambientalmente sostenible".
Sugirió que el Consejo de Administración de la OIT debería abordar este asunto durante la próxima reunión de su Grupo de Trabajo sobre la Dimensión Social de la Globalización en noviembre y "hacer un seguimiento que incluya el trabajo técnico requerido".
"Tenemos una gran oportunidad a nuestro alcance", agregó. "El Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente estima que el mercado de tecnologías para tener energías limpias podría llegar a valer 1,9 billones de dólares el año 2020. Estamos hablando de muchas inversiones y muchos empleos".
Al hablar sobre comercio y política social, Somavia recordó que la OIT y la Organización Mundial de Comercio (OMC) publicaron recientemente un informe sobre este tema en el cual se advierte que "la liberalización del comercio produce tanto la destrucción como la creación de empleos".
"A corto plazo, los efectos positivos o negativos de la liberalización dependerán de factores como el funcionamiento de los mercados laborales y productivos, así como del ritmo, la profundidad y la concatenación de la apertura de mercados, la equidad en las reglas internacionales, y la existencia o no de medidas de protección social para capear el ajuste", dijo.
"Creo que una OIT tripartita está bien situada para desarrollar un enfoque equilibrado sobre temas de comercio y empleo de forma tal que sean respetados los intereses de países desarrollados y en desarrollo, así como los de trabajadores y empleadores de todas las regiones. Y de hacerlo sin condiciones impuestas sino con un compromiso muy claro con los objetivos estratégicos del programa de trabajo decente", dijo Somavia. "Podemos hacer esto en colaboración con la OMC y con otras organizaciones internacionales interesadas. Lo esencial es un enfoque integrado que tenga en cuenta la necesidad de reglas comerciales justas, empresas sostenibles y políticas económicas y sociales adecuadas".
Somavia hizo notar que estos temas adquieren relevancia en un momento en que hay una "compresión de los salarios" como parte del ingreso y "una brecha mayor en la distribución de ingresos y riqueza en muchos países". Los ingresos por el trabajo en 16 países desarrollados se redujeron en promedio de 68 a 64 por ciento del total de los ingresos nacionales, lo cual contribuyó a ensanchar esa brecha.
"La brecha de los ingresos entre países ricos y pobres es cada vez más ancha", afirmó. "Los ingresos promedio per capita en los 20 países más prósperos es 112 veces más alta que la de los 20 más pobres, muy por encima de lo registrado hace 50 años cuando la diferencia era de 49 veces, y ya entonces resultaba escandalosa. Son situaciones que deben preocuparnos a todos, y en especial a la OIT porque todo parece indicar que los intereses del capital están mejor protegidos que los del trabajo. Esto no es sostenible. Estos son asuntos que están en el corazón de nuestra constitución y constituyen el fundamento de nuestro mandato".
También destacó la necesidad de desarrollar mejores metodologías para obtener datos reales sobre el desempleo en países en desarrollo, incluyendo los datos referidos a "subutilización de la mano de obra". Dijo que en muchos países la combinación de información sobre trabajadores informales subempleados y sobre aquellos que están en el desempleo convencional podría resultar en un panorama más realista de la dimensión del desempleo.
"Creo que debemos avanzar en este campo e  investigar nuevas maneras de reflejar en las estadísticas la realidad de la subutilización de mano de obra", porque "es posible que no estemos presentando en forma adecuada las verdaderas dimensiones del desempleo en el mundo". Añadió mejorar la calidad de la información es esencial tanto para la elaboración de políticas de la OIT como para medir el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la extrema pobreza para 2015.
Somavia también destacó que la OIT participa en discusiones para llevar a cabo reformas prácticas y promover una mayor coherencia de políticas en el sistema de la ONU, y que lo hace desde el contexto de una Organización tripartita, que tiene como mandato generar normas y que cuenta con un sistema de supervisión.
Agregó que la combinación del Programa de Trabajo Decente que impulsa la OIT, del creciente número de Programas de Trabajo Decente nacionales que pueden ser incorporados a los programas de la ONU "Unidos en acción", y de la confianza en el diálogo social como un valor fundamental, "es una contribución bastante importante con el sistema multilateral".
Otra contribución ha sido que la "singular estructura de gobernanza tripartita de la OIT y su mandato agregan valor a los esfuerzos del sistema internacional por actuar unidos". Consideró que, además, las normas laborales internacionales ofrecen un punto de referencia común en una economía de mercado global, "vital para la cooperación en el lugar de trabajo, que es pilar de las empresas exitosas".
Entre los ejemplos de las nuevas normas internacionales que son ejemplo de la forma en que la OIT puede lograr consenso en torno a instrumentos contemporáneos y viables, citó el Convenio marítimo de la OIT adoptado el año pasado y un nuevo Convenio para el sector pesquero que debería ser sometido para la adopción de la Conferencia esta semana.
"El apoyo para el Programa de Trabajo Decente más allá de esta sala y entre la gente que ustedes representan demuestra que hemos concentrado nuestros esfuerzos sobre un asunto de relevancia mundial frente al cual podemos marcar la diferencia", comentó. "Hemos generado esperanzas y expectativas. La OIT es tan fuerte como lo son sus mandantes, que a su vez tienen la fortaleza de los mecanismos de diálogo que los unen en la acción con miras a alcanzar objetivos y prioridades compartidas".
El presidente de la Conferencia, el viceministro del Trabajo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades de Albania, Kastriot Sulka, destacó que su país fue uno de los primeros en entrar a la OIT y que es uno de los ocho países donde se desarrollan proyectos pilotos de la estrategia "unidos en acción" de la ONU. En su introducción a la sesión resaltó los "grandes esfuerzos" que realiza la OIT para estrechar lazos con los mandantes y fortalecer su capacidad para apoyar a los Estados Miembros.

Durante un discurso ante la sala plenaria de la 96 Conferencia Internacional del Trabajo se refirió a diversos temas, desde el impacto de la globalización a la necesidad de reducir los "déficit de trabajo decente" y otros asuntos laborales, y destacó que la OIT está avanzando con su propuesta del Programa de Trabajo Decente, respaldado por Naciones Unidas y otros organismos internacionales, incluyendo el G8 en la Cumbre realizada la semana pasada en Alemania.
"Podemos mostrar progresos importantes en nuestra cooperación para alcanzar metas de trabajo decente relacionadas con cada uno de estos temas en muchos países", dijo Somavia. "Pero sabemos que no podemos hacerlo solos. El logro de resultados con el Programa de Trabajo Decente también implica coordinar con otras organizaciones y otras estrategias".
Somavia consideró que un aspecto clave es considerar al trabajo decente como parte de las políticas económicas, sociales y ambientales.

"La verdad incómoda es que la producción y el trabajo consumen energía y otros recursos, y generan desechos y gases de invernadero en cantidad que resulta peligrosa para nuestro planeta y nuestra salud", agregó. "La adaptación a nuevas formas de uso y conservación de los recursos naturales es un desafío a la capacidad de los mandantes de la OIT para prever el cambio, prepararse y entonces poner en práctica un proceso de adaptación eficiente y justo".
Somavia dijo que la OIT necesita "evaluar cuál podría ser la magnitud de los cambios en la tecnología, en la producción y en el empleo" y   precisar "estrategias de desarrollo que impliquen menos emisiones y que al mismo tiempo no obstaculicen el avance en la reducción de la pobreza".

"Creo que el tripartismo debería comenzar a desarrollar, a través del diálogo social, las herramientas para el diseño de políticas para una 'iniciativa de empleos verdes' de la OIT, con el fin de apoyar a trabajadores y empresas en el proceso de transición hacia un desarrollo ambientalmente sostenible".
Sugirió que el Consejo de Administración de la OIT debería abordar este asunto durante la próxima reunión de su Grupo de Trabajo sobre la Dimensión Social de la Globalización en noviembre y "hacer un seguimiento que incluya el trabajo técnico requerido".

"Tenemos una gran oportunidad a nuestro alcance", agregó. "El Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente estima que el mercado de tecnologías para tener energías limpias podría llegar a valer 1,9 billones de dólares el año 2020. Estamos hablando de muchas inversiones y muchos empleos".
Al hablar sobre comercio y política social, Somavia recordó que la OIT y la Organización Mundial de Comercio (OMC) publicaron recientemente un informe sobre este tema en el cual se advierte que "la liberalización del comercio produce tanto la destrucción como la creación de empleos".
"A corto plazo, los efectos positivos o negativos de la liberalización dependerán de factores como el funcionamiento de los mercados laborales y productivos, así como del ritmo, la profundidad y la concatenación de la apertura de mercados, la equidad en las reglas internacionales, y la existencia o no de medidas de protección social para capear el ajuste", dijo.

"Creo que una OIT tripartita está bien situada para desarrollar un enfoque equilibrado sobre temas de comercio y empleo de forma tal que sean respetados los intereses de países desarrollados y en desarrollo, así como los de trabajadores y empleadores de todas las regiones. Y de hacerlo sin condiciones impuestas sino con un compromiso muy claro con los objetivos estratégicos del programa de trabajo decente", dijo Somavia. "Podemos hacer esto en colaboración con la OMC y con otras organizaciones internacionales interesadas. Lo esencial es un enfoque integrado que tenga en cuenta la necesidad de reglas comerciales justas, empresas sostenibles y políticas económicas y sociales adecuadas".
Somavia hizo notar que estos temas adquieren relevancia en un momento en que hay una "compresión de los salarios" como parte del ingreso y "una brecha mayor en la distribución de ingresos y riqueza en muchos países". Los ingresos por el trabajo en 16 países desarrollados se redujeron en promedio de 68 a 64 por ciento del total de los ingresos nacionales, lo cual contribuyó a ensanchar esa brecha.

"La brecha de los ingresos entre países ricos y pobres es cada vez más ancha", afirmó. "Los ingresos promedio per capita en los 20 países más prósperos es 112 veces más alta que la de los 20 más pobres, muy por encima de lo registrado hace 50 años cuando la diferencia era de 49 veces, y ya entonces resultaba escandalosa. Son situaciones que deben preocuparnos a todos, y en especial a la OIT porque todo parece indicar que los intereses del capital están mejor protegidos que los del trabajo. Esto no es sostenible. Estos son asuntos que están en el corazón de nuestra constitución y constituyen el fundamento de nuestro mandato".
También destacó la necesidad de desarrollar mejores metodologías para obtener datos reales sobre el desempleo en países en desarrollo, incluyendo los datos referidos a "subutilización de la mano de obra". Dijo que en muchos países la combinación de información sobre trabajadores informales subempleados y sobre aquellos que están en el desempleo convencional podría resultar en un panorama más realista de la dimensión del desempleo.
"Creo que debemos avanzar en este campo e  investigar nuevas maneras de reflejar en las estadísticas la realidad de la subutilización de mano de obra", porque "es posible que no estemos presentando en forma adecuada las verdaderas dimensiones del desempleo en el mundo". Añadió mejorar la calidad de la información es esencial tanto para la elaboración de políticas de la OIT como para medir el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la extrema pobreza para 2015.
Somavia también destacó que la OIT participa en discusiones para llevar a cabo reformas prácticas y promover una mayor coherencia de políticas en el sistema de la ONU, y que lo hace desde el contexto de una Organización tripartita, que tiene como mandato generar normas y que cuenta con un sistema de supervisión.
Agregó que la combinación del Programa de Trabajo Decente que impulsa la OIT, del creciente número de Programas de Trabajo Decente nacionales que pueden ser incorporados a los programas de la ONU "Unidos en acción", y de la confianza en el diálogo social como un valor fundamental, "es una contribución bastante importante con el sistema multilateral".
Otra contribución ha sido que la "singular estructura de gobernanza tripartita de la OIT y su mandato agregan valor a los esfuerzos del sistema internacional por actuar unidos". Consideró que, además, las normas laborales internacionales ofrecen un punto de referencia común en una economía de mercado global, "vital para la cooperación en el lugar de trabajo, que es pilar de las empresas exitosas".

Entre los ejemplos de las nuevas normas internacionales que son ejemplo de la forma en que la OIT puede lograr consenso en torno a instrumentos contemporáneos y viables, citó el Convenio marítimo de la OIT adoptado el año pasado y un nuevo Convenio para el sector pesquero que debería ser sometido para la adopción de la Conferencia esta semana.
"El apoyo para el Programa de Trabajo Decente más allá de esta sala y entre la gente que ustedes representan demuestra que hemos concentrado nuestros esfuerzos sobre un asunto de relevancia mundial frente al cual podemos marcar la diferencia", comentó. "Hemos generado esperanzas y expectativas. La OIT es tan fuerte como lo son sus mandantes, que a su vez tienen la fortaleza de los mecanismos de diálogo que los unen en la acción con miras a alcanzar objetivos y prioridades compartidas".

El presidente de la Conferencia, el viceministro del Trabajo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades de Albania, Kastriot Sulka, destacó que su país fue uno de los primeros en entrar a la OIT y que es uno de los ocho países donde se desarrollan proyectos pilotos de la estrategia "unidos en acción" de la ONU. En su introducción a la sesión resaltó los "grandes esfuerzos" que realiza la OIT para estrechar lazos con los mandantes y fortalecer su capacidad para apoyar a los Estados Miembros.