Personas con discapacidad: de la participación activa a la integración
Voluntariado y discapacidad: un nuevo enfoque de voluntariado que permite a las personas con capacidades especiales brindar sus conocimientos y situarse en una perspectiva de autonomía y solidaridad, frente a su comunidad. Por Rita María Mercuri, Responsable Centro Dar.
El concepto de discapacidad ha evolucionado desde considerarse como un problema del individuo, incapaz de tomar decisiones, con un abordaje médico-asistencialista, hacia una creciente conciencia social que paulatinamente va reconociendo sus derechos, deberes y promueve su autonomía.
El contexto actual, por lo tanto, coloca a la persona con discapacidad en un plano de mayor compromiso y responsabilidad frente a su propio proceso de integración socio laboral.
Es necesario que conozca su entorno y que se dé a conocer, permitirse tomar decisiones, reclamar y hacer uso de los recursos de su comunidad.
Su posición en la sociedad ya no puede ser sólo de receptor de tratamientos médicos, educación especial o ayudas institucionales, la persona con discapacidad necesita construir un rol más equiparado con el resto frente a un mundo altamente competitivo social y laboralmente.
Asimismo estos cambios condicionan en forma diferente a la sociedad que ya no puede seguir abordando la problemática de la discapacidad desde una posición paternalista. Es necesario que reconozca las dificultades y también posibilidades de las personas que la poseen y, a partir del conocimiento, asegurar la plena accesibilidad para que puedan desarrollarse en forma libre, autónoma y responsable.
Bajo esta nueva perspectiva es preciso que las organizaciones dedicadas a las personas con discapacidad acompañen estos cambios promoviendo procesos de integración en los que haya un mayor protagonismo de todos sus actores (personas con y sin discapacidad). Es decir, la idea es ir construyendo el conocimiento sobre el otro, compartir espacios y tareas, cuidando los aspectos que pueden representar barreras.
El rol como voluntario del joven con discapacidad
En la búsqueda de puntos de encuentro capaces de generar círculos virtuosos en los que todos tengan la oportunidad de conocerse y aprender del otro, proponer a la persona con discapacidad realizar acciones de voluntariado puede convertirse en un recurso muy enriquecedor.
Participar de experiencias de trabajo en equipo y de cooperación orientadas al bien común y ante una necesidad concreta, ayuda a desarrollar la autovaloración y coloca al otro como un igual. Y, sobre todo, profundiza el sentido de pertenencia en una comunidad que espera y acepta lo que cada uno puede dar.
Desde un punto de vista más práctico y ligado al aspecto formativo, la diversidad de tareas que ofrecen los programas de voluntariado, es una excelente oportunidad para que el joven con discapacidad pueda explorar acerca de los propios intereses vocacionales en un clima de altruismo que no encontrará en otros ámbitos.
Esta propuesta es una excelente oportunidad para difundir en forma natural y espontánea las posibilidades de las personas con diferentes discapacidades, ellas mismas en la interacción con sus compañeros y líderes serán quienes demuestren sus capacidades por sobre sus dificultades.
Nuestra gran obligación como sociedad, para con las personas con discapacidad, es brindarles un mundo accesible en el que puedan desarrollarse libremente poniendo en juego sus individualidades por encima de los estereotipos.
Rita María Mercuri
Responsable Centro Dar
www.centrodar.org.ar