Dentro del acuerdo firmado destacan algunas partes, como el hecho de que se declare "expresamente" que cualquier tipo de acoso "no tiene cabida en la empresa y que dichas actuaciones no serán toleradas". Asimismo, se establecen definiciones de acoso moral y sexual y dos vías de resolución: la informal y la formal, con unos plazos de contacto y resolución para garantizar que la tramitación de las denuncias sea ágil. Además, --agrega--, "se adoptarán medidas cautelares cuando las circunstancias del caso así lo aconsejen". "Las denuncias pueden presentarse ante la Representación Legal de los Trabajadores, estando presentes durante todo el proceso", apunta. También se facilita ayuda psicológica o médica a las personas afectadas y se adoptarán medidas disciplinarias cuando se demuestre el acoso.

Mapfre garantiza en este sentido la confidencialidad durante todo el procedimiento y recuerda que este Protocolo "es independiente de las acciones legales que la persona denunciante desee interponer ante cualquier instancia administrativa o judicial".

No obstante --apunta la aseguradora-- "la firma de nuestro Protocolo no es suficiente por sí mismo, sino que es necesario un seguimiento de las denuncias presentadas y de su tramitación", por ello, la Comisión de Igualdad de Oportunidades "recibirá informes periódicos y velará por el estricto cumplimiento de estas medidas".

"El acoso, provenga de quien provenga, no es una actuación admisible en nuestra empresa", concluye Mapfre, que añade que "el maltrato no va incluido en nuestras nóminas, y es responsabilidad de todas las personas que trabajamos en Mapfre contribuir a eliminar actuaciones que atentan contra la dignidad de las personas".