Economía regenerativa

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“La agricultura regenerativa es una oportunidad para agregar valor en mercados que se irán cerrando”

30.09.2022 | Economía regenerativa

Así lo afirma Javier Beltrán, Gerente de Conservación de The Nature Conservancy de la región Andes del Sur. Su mirada sobre cómo la agricultura puede contribuir a combatir la emergencia climática, el por qué el caso de Sri Lanka es un llamado de atención, cómo trabajan la tríada  agronomía / ambiente / temas sociales, su propuesta de otorgar beneficios impositivos a quienes promuevan este tipo de prácticas, y por qué el sector privado debe ser un aliado y no un enemigo, fueron algunos de los temas abordados.


¿Cuáles son los impactos de la emergencia climática en el ambiente?

Es un tema cadente que está muy en debate. Es claro que hay una tendencia, que por ejemplo se ve con bastante claridad en Argentina. Nos encontramos en el tercer año de lo que se llama La Niña, con una sequía muy pronunciada. Históricamente hay registros de sequía comparables, pero es claro que han aumentado la frecuencia con la que se ven estos eventos climáticos inusuales. Y, sobre todo, se está viendo en zonas como la Patagonia, zonas chaqueñas, o de la Yunga, sumado a otras regiones donde han disminuido las precipitaciones y aumentado el calor, y son más frecuentes los incendios en momentos tempranos de la temporada más cálida.

Claramente hay una tendencia que está afectando la dinámica “normal” de los ecosistemas naturales y los agroecosistemas, y lo más significativo es que la tendencia pareciera que se está agudizando.

Hay mucho debate al respecto, y es claro que hay que hacer lo máximo posible para mantener la estabilidad de los sistemas, sea manteniendo los bosques, el carbono, el balance hídrico para tratar de no extraer más agua de la que se necesita (sobre todo en ambientes áridos).

Es una tendencia que en principio pareciera que puede revertirse o se puede mejorar. Pero es claro que hay que estar preparados. Primero para que el aumento de la temperatura no supere los grados planteados por el Acuerdo de París para el año 2030. Y segundo para lo que es la adaptación, que es cómo hacer para que las comunidades, los grupos humanos, e incluso la naturaleza, puedan adaptarse a los cambios de los ecosistemas y al aumento de la temperatura.

TNC es muy activa en el tema climático y en lo que nosotros llamamos soluciones basadas en la naturaleza. Por ejemplo, en lo que hace a la forestación, la restauración, en cómo se puede capturar carbono y disminuir la temperatura en sitios que son cálidos, y otras alternativas que tienen siempre a la naturaleza, y a los productores como un aliados y no como un contrapeso o un enemigo.


¿Cuáles son los ejes de trabajo de TNC?

TNC es una organización global que fue fundada en Estados Unidos y luego se expandió a lo largo de todo el planeta. Cuenta con programas en más de 70 países y oficinas en más de 40.

Originalmente el leitmotiv de TNC era “salvar los últimos lugares silvestres o salvajes”. En la actualidad ha evolucionado, y ha cambiado a “preservar las tierras y las aguas que son esenciales para la vida”. Y en eso estamos trabajando mucho en alianza con el sector productivo.

Obviamente tenemos el objetivo primario que es el tema de conservación de la naturaleza y conservación de la biodiversidad, que no es otra cosa que la diversidad de vida sobre la Tierra.

Pero es importante destacar que es una organización pragmática que trabaja mucho en alianzas, que tiene una base científica muy fuerte, y que procura que las soluciones que se otorguen a los procesos y a las amenazas a los ambientes naturales y a la sociedad en su conjunto estén relacionadas con procesos que son benéficos, como por ejemplo lo que llamamos la agricultura regenerativa. Para ello hay que prestar atención a la condición del suelo, al mantenimiento de los ciclos del agua, al mantenimiento de los bosques, a que se continúe haciendo agricultura pero con una disminución en insumos y no una eliminación completa, porque esto es imposible y por otra parte pueden suceder casos como los de Sri Lanka, donde se propuso y se hizo una reducción del uso de insumos y fertilizantes y terminaron perdiendo su producción de arroz que es la principal base alimentaria del país y su principal exportación.
 
Además, siempre buscamos trabajar en alianza con la academia, con organizaciones como el INTA, con organizaciones de productores, y de la sociedad civil, para encontrar un camino que permita con claridad seguir produciendo, e incluso seguir produciendo de manera más intensificada pero con una menor huella terrestre, una menor huella hídrica, y con un menor uso de insumos. Siempre con el objetivo de mantener la estabilidad en ambientes que tradicionalmente son inestables, sumado al cambio climático que incluso está agudizando esa sensación de inestabilidad. Y, sobre todo, para  generar recursos para las comunidades y los ambientes rurales, que son zonas donde proliferan la pobreza, las necesidades insatisfechas, la falta de trabajo, la falta de hábitat razonable para vivir, la falta de agua, y la falta de educación. Por eso la conservación es posible y es deseable, pero con el involucramiento de la gente. Y, además, con una mejora de las condiciones de vida.


¿De qué manera la agricultura puede contribuir a combatir la emergencia climática?

Aquí hay que tener en cuenta a los agricultores, a los ganaderos, y a todos aquellos que produzcan granos, carne, fibras, biocombustibles, lana etc.

Hay mucho dicho y escrito sobre una mejora de las prácticas teniendo en cuenta varios pilares. Los primeros son puramente agronómicos, en donde se puede hablar de rotación de cultivos, de procesos integrados de combate de plagas y enfermedades, de la reducción del uso insumos, el manejo racional del agua. También de la intensificación ganadera en combinación con agricultura, la rotación del ganado, el manejo rotativo del ganado, el ajuste de la carga en función de la cantidad de forraje que hay en la parcela, etc.

Luego aparece el tema de mantener todo lo posible los ambientes nativos, como los bosques y los humedales, de modo que permita la provisión de bienes y servicios ecosistémicos que son esenciales. Por ejemplo, el mantenimiento del suelo y del carbono en el suelo, y la regulación hídrica para el acceso al agua.

Y, por último, aparece el tema social. Aquí se incluyen aspectos como la provisión de empleo justo, el no trabajo infantil, la provisión de hábitat o de buena vivienda, buenos salarios, el empleo de la gente local, el vínculo de la empresa agropecuaria con los poblados rurales.

Aquí quiero decir que si bien hay productores que no han hecho las cosas como se debe, también hay muchos productores que sí cumplen con esas exigencias. Nosotros desde TNC estamos procurando tratar de identificar esa línea de base y ver cuáles son aquellas prácticas que se están haciendo bien y aquellas que necesitarían un cambio, aunque sea menor, para que sucedan mejor y de ese modo tengamos un panorama más completo en términos de sostenibilidad, regeneración,  inclusión social, y de todos esos componentes que se pueden lograr con la participación y el aporte de muchos actores, tanto públicos como privados.


¿En qué consiste el acuerdo de colaboración entre Syngenta y TNC llamado “Innovación para la naturaleza”?

Es un acuerdo global, que se encuadra dentro de lo que comentaba acerca del pragmatismo de TNC y el trabajo con el sector de agronegocios. Se basa en el convencimiento de que son ellos, el propio sector, el que puede ejercer presión y ser actor de cambio en este terreno. Y es un actor de cambio con mucha influencia y potencial de influencia.

Es un acuerdo que promueve las mejores prácticas de manejo racional y mejor manejo de insumos. Tiene una serie de pilares, y dentro de ellos hay regiones de trabajo. El acuerdo implicó trabajo en China, Estados Unidos, Brasil, Argentina, y Europa.

En Argentina nuestra alianza se concentró en el Gran Chaco y específicamente trabajamos en conjunto en la elaboración de un manual de buenas prácticas, que es un estándar de buena prácticas agrícolas para el gran Chaco argentino. Aquí se repite esa tríada de agronomía, ambiente y temas sociales.

Es una alianza muy rica, productiva, y provechosa.


¿Cuál es la postura de TNC ante el concepto de "agricultura regenerativa"?

Creemos que la agricultura regenerativa es la salida, y desde TNC estamos apostando al tema.

Definiciones hay miles. Nosotros estamos prestando mucha atención a la condición de los suelos, a los sistemas hídricos y a la biodiversidad. Cuando digo biodiversidad asumo que todo el mundo sabe qué es, pero aclaro que es la variabilidad de especies y ambientes de todo tipo y tenor que existen en el mundo, o sea todo lo que se llama vida y sus procesos involucrados. Por eso se trata de la promoción de las prácticas que promueven la heterogeneidad ambiental y que promueven la recuperación de los suelos, que promueven los descansos, la rotación, el uso de variedades adecuadas para cada ambiente, la disminución en el uso de insumos y de los agroquímicos, y el aprovechamiento de los servicios que ofrecen los ecosistemas, y los agrocosistemas.

La agricultura regenerativa para nosotros es ni más ni menos que darle tiempo al sistema para que se recupere.


¿Como ve a la Argentina antes este concepto?

Argentina es un caso especial, es un país que está a la vanguardia en agricultura y en ganadería, y que ha cambiado bastante el uso de la tierra en muchos ambientes. El Gran Chaco es un ejemplo. Además es un país que sigue siendo un proveedor de commodities importante a pesar de que no hay un ambiente de negocios que incentive mucho la producción. Y, sin embargo, el productor sigue apostando, y en general tienen presente que el sistema tiene un límite.

Hoy yo percibo que todo el mundo habla de agricultura regenerativa. Yo personalmente creo que es una gran oportunidad para el país. Porque muchos mercados se van a ir cerrando a aquellas prácticas agrícolas que no puedan demostrar que tienen algún componente de regeneración. Por ejemplo, aquellas que generen commodities que vengan de zonas que hayan sido deforestadas o cambiadas, aún cuando fuera deforestación legal. Por eso yo creo que es una oportunidad para agregar valor.

Algunas ideas que creo que se podrían implementar para promover este tipo de prácticas serían por ejemplo disminuir alguna de las tasas, como las retenciones. Sería un incentivo para quien genere beneficios para la naturaleza, que redundaría en divisas y en la apertura de mercados.

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