La mujer en la minería

09.06.2011 | América Latina

En mayo del 2008 expertos de la Universidad de Chile analizaron el rol de la mujer en la industria, en el marco de la conferencia “Las mujeres en la minería: Avances, perspectivas y proyecciones”. En la instancia se entregó un análisis de la situación actual y la participación de las mujeres en dicha actividad. En Chile hasta 1993 el Código del Trabajo prohibía el trabajo de la mujer en las minas subterráneas, artículo que quedó derogado en 1996; luego de ello comenzó una paulatina inserción femenina en el mundo de la minería.


 

Hace 15 o 20 años atrás era impensado que una mujer se acercara a una faena minera, mucho menos que trabajara en ella. Son varios los motivos que marginaron a la población femenina de esta actividad, se creía que su presencia en las obras era sinónimo de mala suerte; además no se las consideraba para labores que requerían de mucho esfuerzo físico. 
 
Según cifras entregadas por el INE el 2004, la participación de la mujer en la actividad minera en Chile llegaba al 4,2% (aproximadamente), cifra que concuerda con la entregada por Sernageomin ese mismo año. La entidad señaló que durante ese periodo se registró una participación de  4.658 damas, tanto en empresas mandantes como contratistas, lo que correspondía, en ese entonces al 4,52% del total de la fuerza laboral del rubro.
Cifras más, cifras menos, lo cierto es que la inserción de la mujer en ésta industria es mínima, pero en apertura constante; así lo demuestra la encuesta Casen 2006, elaborada por el Mideplan y cuyos resultados fueron entregados el 2007. Dicha encuesta muestra que la participación femenina en el sector bordea las 7.000 personas, lo que se traduce a poco más del 5,6% del total de la fuerza laboral en ésta área, es decir, desde el 2004 hasta el 2007 ha aumentado en poco más de un punto porcentual la participación de la mujer en labores relacionadas a la minería.
Lentamente se han dejado atrás una serie de supersticiones y descalificaciones respecto del aporte de las mujeres en el rubro minero. Marcela García es paramédico en terreno del Proyecto Pascua-Lama, viene de una familia minera, por lo que no ha sido difícil para ella insertarse en este campo laboral. Sin embargo recuerda, con nostalgia, que cuando ella era pequeña y su padre trabajaba en la mina, era imposible acercarse a conocer el lugar “Yo me crié en una faena, vivía con mi familia y nosotras nunca pudimos ir a visitar la faena porque era mala suerte la mujer y ahora, hace unos pocos años atrás, ya se está abriendo; una vez al año uno sube a la mina y la conoce por dentro, algo que era impensado hace diez años atrás”.

Hace 15 o 20 años atrás era impensado que una mujer se acercara a una faena minera, mucho menos que trabajara en ella. Son varios los motivos que marginaron a la población femenina de esta actividad, se creía que su presencia en las obras era sinónimo de mala suerte; además no se las consideraba para labores que requerían de mucho esfuerzo físico.  

Según cifras entregadas por el INE el 2004, la participación de la mujer en la actividad minera en Chile llegaba al 4,2% (aproximadamente), cifra que concuerda con la entregada por Sernageomin ese mismo año. La entidad señaló que durante ese periodo se registró una participación de  4.658 damas, tanto en empresas mandantes como contratistas, lo que correspondía, en ese entonces al 4,52% del total de la fuerza laboral del rubro.

Cifras más, cifras menos, lo cierto es que la inserción de la mujer en ésta industria es mínima, pero en apertura constante; así lo demuestra la encuesta Casen 2006, elaborada por el Mideplan y cuyos resultados fueron entregados el 2007. Dicha encuesta muestra que la participación femenina en el sector bordea las 7.000 personas, lo que se traduce a poco más del 5,6% del total de la fuerza laboral en ésta área, es decir, desde el 2004 hasta el 2007 ha aumentado en poco más de un punto porcentual la participación de la mujer en labores relacionadas a la minería.

Lentamente se han dejado atrás una serie de supersticiones y descalificaciones respecto del aporte de las mujeres en el rubro minero. Marcela García es paramédico en terreno del Proyecto Pascua-Lama, viene de una familia minera, por lo que no ha sido difícil para ella insertarse en este campo laboral.

Sin embargo recuerda, con nostalgia, que cuando ella era pequeña y su padre trabajaba en la mina, era imposible acercarse a conocer el lugar “Yo me crié en una faena, vivía con mi familia y nosotras nunca pudimos ir a visitar la faena porque era mala suerte la mujer y ahora, hace unos pocos años atrás, ya se está abriendo; una vez al año uno sube a la mina y la conoce por dentro, algo que era impensado hace diez años atrás”.

(Fuente: www.construyendodialogo.com)