La firma americana reconoció las acusaciones de la Comisión del Mercado de Valores Estadounidense (SEC), quien alegaba que en el período del año 2002 a 2006 Dell había obtenido una gran compensación económica por parte de Intel para aceptar sus procesadores en exclusiva y no utilizar los de su rival AMD.

El acuerdo con la administración americana conlleva que algunos altos cargos del fabricante, conocedores y responsables de las malas praxis, deberán desembolsar una cantidad de su propio bolsillo. Así, el presidente ejecutivo, Michael Dell, tendrá que pagar 4 millones de dólares, una cifra que coincide con la que abonará el antiguo CEO, Kevin Rollins. Por su parte, el antiguo presidente financiero de la casa, James Schneider, ha sido multado con US$3 millones.

Por otro lado, los pagos de Dell a Intel se habrían ocultado a los inversores escudándose en que se trataba de rendimientos obtenidos al cumplir con los objetivos. Michael Dell y el resto de la cúpula directiva atribuyeron los números a “la reducción de costos” y la “disminución de costes de los componentes”.
Dell ya había avisado el mes pasado de que había reservado la cuantía para hacer frente a un posible acuerdo para resolver los cargos de la SEC.