La RSE se mide y contabiliza pero no se gobierna ni gestiona
Las compañías españolas han aprendido ya a medir y contabilizar su RSC, pero no a gobernarla ni a gestionarla, según se desprende de las conclusiones del Informe 2007 sobre la Responsabilidad Social Corporativa en España, realizado por primera vez, pero "con ánimo de que sea de carácter anual", por la Fundación Alternativas y el apoyo del Foro de la Reputación Corporativa (fRC).
El documento, presentado en Madrid por el director del Laboratorio de Alternativas, Juan Manual Eguiagaray, y el director del informe, Alberto Lafuente, alerta de algunos aspectos, como la necesidad de mejorar la 'fórmula' de la RSC, esto es, conseguir una cultura de RSC "más exigente" y una cultura ciudadana "más formada".
En palabras de Lafuente, los datos del estudio revelan también que "sigue habiendo problemas de confianza y credibilidad para con el sector empresarial" y el único modo de lograr un cambio es mejorando las relaciones de confianza con los grupos de interés de estas instituciones. El documento incluye también recomendaciones concretas como la creación en los Consejos de Administración de las compañías de procedimientos para mantener relaciones estables con estos 'stakeholders'.
Asimismo, se recomienda a los gestores empresariales el acompañamiento de las políticas de RSC con otra política de "incentivos alineados" a estas políticas de RSC con una dimensión "no financiera". Los Consejos de Administración deberían contar al menos con una Comisión que gestionase éste y otros aspectos, como los reputacionales.
En palabras de la responsable de RSC de Telefónica, Esther Trujillo, este informe "es responsable en sí mismo" y tiene un valor especial, al haber sido realizado por un equipo multidisciplinar y 'multistakeholders'.
Además, el documento es "analítico y autocrítico" y está plagado de datos e indicadores, que son "un camino hacia la mejora", es decir, algo "constructivo" --se ha realizado en papel reciclado y el cocktail servido posteriormente a la presentación fue de productos sostenibles--.
En opinión de Trujillo, esta investigación "supera muchos mitos" en relación a las definiciones de la RSC y descubre que ésta "no es más que un rediseño de los propios sistemas de gestión actuales". Además, tiene la novedad de que "es el primer documento en el que se habla de cuál es la misión de un Departamento de RSC, que no es otra que la gestión de la coherencia corporativa".
LA RSC NO PUEDE SER 'TALLA UNICA'
Para el gerente del Area de Sostenibilidad de la consultora KPMG, Ramón Pueyo, este Informe deja claro que es necesario dimensionar la RSC y alejarse de lo que consideró la 'talla única', porque "en esto no hay tallas únicas", ya que los enfoques cambian y no existen herramientas únicas, cerradas y unitarias que valgan para todas las compañías. El libro incluye recomendaciones concretas por sectores en materia de RSC: textil, energía, construcción y financiero.
Para el sector textil se recomienda el control de la cadena de suministros en primer lugar, además de la promoción de cánones estéticos saludables. Para el energético se recomienda el aumento de la eficiencia o el compromiso social en I+D+i. En el caso del sector de la construcción se destaca la cercanía con el problema de la vivienda, las buenas prácticas laborales o la lucha contra la accidentalidad laboral. Finalmente, para el sector financiero se aconsejan medidas contra el impacto ambiental o el fomento de la inversión socialmente responsable (ISR).
En general, a todas se les recomienda la evaluación anual de su desempeño, la supervisión y validación de sus informes anuales, la implicación de la dirección, el establecimiento de metodologías de análisis, el uso de las unidades de RSC como "dinamizadores" en las empresas o los incentivos personales.
(Europa Press)