Transformar la basura en empleos
Uno de los objetivos de la nueva "iniciativa de empleos verdes" de la OIT es vincular el desarrollo y la generación de empleo con un medio ambiente más limpio y sostenible. Aunque el concepto es relativamente nuevo, ya ha sido llevado a la práctica en algunas partes del mundo. Por ejemplo desde Burkina Faso donde un nuevo proyecto de remoción de desechos plásticos mejora el ambiente y también crea nuevos "empleos verdes".
Cuando el especialista italiano en medio ambiente Andrea Micconi vio aquí por primera vez una montaña de desechos plásticos, descubrió con desconcierto que además de destruir el terreno causaba la muerte del ganado.
En la actualidad, su proyecto de remoción de desechos plásticos salva las vidas de las vacas y limpia la ciudad. Y también contribuye con la creación de "empleos verdes" al ofrecer a las personas la posibilidad de trabajar y percibir un salario para lograr un medio ambiente más limpio y sostenible.
"Cada año en Ouagadougou se dispersan de manera caótica v einte toneladas de desechos plásticos. No es sólo culpa de las personas, también contribuyen el viento y la lluvia", dijo Andrea Micconi quien trabaja aquí con la Organización Internacional de Voluntarios Laicos (LVIA).
"La gente del lugar no se da cuenta que 30 por ciento de su ganado muere al ingerir plástico de manera accidental. Esto contribuye a los problemas sociales y económicos que enfrentan los habitantes de Burkina Faso. Pero si las personas tienen estímulos para recoger y reciclar los desechos plásticos, la situación del medio ambiente puede mejorar con rapidez", agregó.
En este problema se concentró Andrea Micconi cuando se inscribió en el Master de Gestión del Desarrollo, realizado por el Centro de Formación de la OIT en Turín, Italia. Este curso ofrece a los participantes bases sólidas para diseño de proyectos al combinar temas legales, económicos, sociales y ambientales en un ciclo integral.
Durante el curso Andrea Micconi elaboró una propuesta de proyecto titulado "Proteger el ambiente: aprovechando los desechos en Burkina Faso", en el cual introdujo una solución auto sostenible y orientada al mercado. De hecho, a pesar de grandes inversiones, intentos anteriores en Burkina Faso y otros países del Sahel fracasaron a causa de los conflictos de interés entre el sector público y privado y porque no estaban involucradas las comunidades locales.
"Es por eso que comenzamos organizando campañas públicas de sensibilización para advertir a las personas de los riesgos y peligros de los desechos plásticos e introducirlos al concepto de los beneficios reales del reciclaje", dijo Andrea Micconi. "Las campañas tenían el objetivo de persuadir a las personas a recoger desechos plásticos por la ciudad y el campo, que luego podrían vender a la primera central de reciclaje del país".
"En la central sería transformado en material para ser vendido a las industrias para la fabricación de sillas, tubos útiles escolares, etc., y al mismo tiempo crear nuevas fuentes de ingreso para los pobres". El programa estaba tan bien planteado que en 2003 la Feria del Desarrollo del Banco Mundial – un programa que identifica y apoya ideas innovadoras de desarrollo – otorgó un premio de 148.000 dólares a Andrea Micconi que le permitió comenzar el trabajo enseguida.
En 2004 fue construida la primera central de reciclaje de Ouagadougou, que se basó en una experiencia similar en Senegal, y ahora es totalmente operativa. Utiliza recursos locales y tecnología adecuada que puede ser comprendida incluso donde los niveles de alfabetización son bajos.
La central de reciclaje es administrada por 30 mujeres y dos técnicos (todos de Burkina Faso) quienes trabajan ocho horas al día cinco días a la semana, y reciben 50 euro al mes, un buen salario si es comparado con un maestro que en el país recibe 25 euro. Los cerca de 2.000 colectores de desechos ganan más de 0,80 euro al día.
Poco después, el Departamento de gerencia de desechos del Municipio de Ouagadougou, las autoridades locales, organizaciones y empresas decidieron unirse al proyecto.
"Al reunir el sector público y el privado en una iniciativa conjunta, podíamos garantizar una mejora en el servicio para la población, así como un aumento de los negocios", explicó Micconi. Gracias a un acuerdo oficial de hermanamiento entre Ouagadougou y Turín en Italia suscrito en 2003, y a un programa de cooperación descentralizado en África Occidental dirigido por la Región del Piamonte, el gobierno italiano decidió además ofrecer importante asistencia financiera y técnica.
En la actualidad, la situación ambiental ha mejorado de manera notable; la ciudad y los suburbios están más limpios. Por otra parte, muchas personas obtienen algún ingreso seguro, bien sea recogiendo desechos plásticos o trabajando como empleados a tiempo completo en la central de reciclaje. Muchos de ellos eran pobres de la población suburbana de Ouagadougou.
De hecho, la asociación de mujeres ahora dirige el centro de manera independiente y ha realizado ingresos por cerca de 35.000 dólares para el año 2006, dos terceras partes de los cuales serán destinados a los salarios y el restante para la manutención y amortización.
(OIT EnLínea)