La OIT advierte sobre cómo el lento desarrollo de las PYME perjudica el empleo y la economía
Invertir en los trabajadores y en la innovación y estimular el comercio y el diálogo social es esencial para enfrentar el crecimiento del desempleo mundial, según la última edición del informe sobre tendencias del empleo de la OIT.
De acuerdo con el informe, las empresas del sector privado generan la mayor parte del empleo mundial. En 2016, 2,8 mil millones de personas estaban empleadas en el sector privado, lo cual constituye 87 por ciento del empleo total. Además, entre 2003 y 2008, el crecimiento de los empleos permanentes a tiempo completo en las PYME fue mayor que en las grandes empresas, en promedio 4,7 puntos porcentuales más en el caso de las pequeñas y 3,3 puntos porcentuales más elevado en el caso de las medianas. Sin embargo, esta cuota de crecimiento del empleo en las PYME no se repitió durante el período 2009-2014.
“Para revertir la tendencia al estancamiento del empleo en las PYME, necesitamos políticas dirigidas a promover mejor las PYME y a mejorar el clima empresarial para todas las empresas, incluyendo el acceso al financiamiento para los más jóvenes”, declaró Deborah Greenfield, Directora General de Políticas de la OIT.
En las economías en desarrollo, las PYME representan 52 por ciento del empleo total, frente a 34 por ciento en las economías emergentes y 41 por ciento en las economías desarrolladas.
En las empresas más nuevas, la dinámica del empleo permanente a tiempo completo también se debilitó a partir de la crisis financiera mundial, según el informe.
La tasa de crecimiento del empleo permanente a tiempo completo en las nuevas empresas antes de la crisis era en promedio 6,9 puntos porcentuales más alta que la tasa de las empresas establecidas, pero la diferencia se redujo a 5,5 puntos porcentuales en el período posterior a la crisis. Este cambio refleja la evolución del entorno empresarial general, en el cual las nuevas empresas eliminan puestos de trabajo a un ritmo mucho más rápido que antes.
Invertir en los trabajadores, determinante para las empresas sostenibles
El informe constata también que la decisión de las empresas de ofrecer una formación formal a sus empleados permanentes está asociada con salarios más altos, mayor productividad y costes laborales unitarios inferiores, mientras que la decisión de intensificar el uso del empleo temporal está asociado con salarios más bajos y menor productividad, sin ninguna repercusión sobre los costes unitarios de la mano de obra.
Los datos indican que, en promedio, las empresas que proporcionan formación formal a sus empleados permanentes a tiempo completo pagan salarios 14 por ciento más altos, son 19,6 por ciento más productivas y son más competitivas gracias a costes laborales unitarios 5,3 por ciento inferiores, en comparación a las que no ofrecen formación. Por otra parte, en promedio, las empresas que tienen una proporción 10 puntos porcentuales mayor de empleados temporales pagan salarios 2,6 por ciento inferiores, son 1,9 por ciento menos productivas y no son más competitivas en términos de costes laborales unitarios.
Las PYME, una fuente importante de empleo femenino
La investigación de la OIT muestra que, en el sector formal, es más probable encontrar mujeres empleadas permanentes a tiempo completo en las PYME que en las grandes empresas. En promedio, y en todas las regiones, alrededor de 30 por ciento de los empleados permanentes a tiempo completo en las PYME son mujeres, frente a 27 por ciento en las empresas grandes.
Además, la proporción de empleo femenino, en especial en las PYME, está estrechamente relacionada con el ingreso per cápita de un país. Por lo tanto, un número mayor de mujeres en las empresas puede tener un impacto positivo sobre el crecimiento y el desarrollo, ya que las microempresas y las PYME ofrecen a las mujeres un punto de entrada al mercado de trabajo formal.
El informe de la OIT insiste en el papel fundamental del diálogo social entre los gobiernos, los empleadores y los trabajadores para la sostenibilidad de las empresas.
“Los gobiernos desempeñan un papel importante en la formación de las instituciones que favorecen las empresas sostenibles y el crecimiento inclusivo, y los trabajadores y sus organizaciones abogan por políticas y reglamentaciones apropiadas, así como por la representación. Por su parte, las empresas sostenibles favorecen la igualdad de oportunidades en el empleo, la protección y los derechos de los trabajadores, e invierten en los trabajadores como en otros importantes factores de la producción”, concluyó Deborah Greenfield.
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