El triunfo de Bolsonaro pone en duda la continuidad de las políticas de sustentabilidad de Brasil
El triunfo de Bolsonaro en Brasil pone un manto de dudas sobre la continuidad de las políticas contra el cambio climático y en favor de los derechos humanos en Brasil. Controversias por el apoyo empresario.
Bolsonaro se ha mostrado muy cercano a lo lobbies de la minería y la agricultura, comprometiéndose a hacer retroceder las protecciones ambientales y hacer cumplir la ley federal. En el inicio de su campaña, amenazó con retirar a Brasil del Acuerdo de París, pero la semana pasada dio marcha atrás después de ver las amplias protestas que se produjeron en su país y el repudio que obtuvo en el extranjero.
La retirada propuesta por Bolsonaro fue recibida con duras críticas por parte del jefe de Medio Ambiente de la ONU, Erik Durkheim, quien declaró: “El rechazo del Acuerdo de París es un rechazo de la ciencia y los hechos. También es una falsa promesa, porque los políticos que presentan la acción climática como un costo para la sociedad lo han malinterpretado“.
Sin embargo, ha indicado que debilitará la forma y el cumplimiento de las políticas climáticas de Brasil, lo que incluye permitir el desarrollo del fracking en Brasil.
Ha dicho que flexibilizará la regulación que protege los derechos de los Pueblos Indígenas y quiere restringir a las ONG ambientales mediante la restricción de los derechos a la protesta pública y otras formas de participación democrática.
Rubens Born, un activista de la red climática 350.org, dijo que la retórica de Bolsonaro estaba envalentonando a los extremistas. Uno de sus colegas recibió una amenaza de muerte la semana pasada por teléfono de la oficina, informó. "Él está promoviendo la violencia", dijo Born. "Varios activistas de ONG en diferentes campos están recibiendo amenazas ... Estamos en una situación muy mala y triste en términos de democracia y derechos humanos".
El compromiso de Brasil en París es reducir las emisiones en un 37% en 2005 para 2025 al aumentar la energía con cero emisiones de carbono, promover la reforestación y detener la tala ilegal, especialmente en la Amazonía.
Un grupo científicos han advertido que las propuestas del flamante presidente electo podrían causar un dramático aumento de la deforestación, “del tamaño de un Reino Unido por año durante una década”. Haciendo "casi imposible" que Brasil cumpla con sus compromisos climáticos.
La ministra noruega de medio ambiente, Ola Elvestuen, dijo a la emisora estatal de Noruega: “La contribución de Brasil a la reducción de la deforestación en la Amazonía ha sido una de las medidas más importantes para frenar el cambio climático en la última década ... Queremos continuar la buena cooperación con Brasil en el futuro también”.
- Retrocesos en derechos humanos
Preocupan también a las organizaciones sociales las radicales posiciones de Bolsonaro en materia de derechos humanos, quien afirmó en campaña que pretende acabar con el discurso de "pobrecitos" que busca generar "lástima" hacia poblaciones como las de negros, homosexuales e inmigrantes internos procedentes del nordeste.
"El presidente electo ha hecho campaña con una agenda abiertamente contraria a los derechos humanos y con frecuencia ha realizado declaraciones discriminatorias sobre distintos grupos de la sociedad", puntualizó la directora de Amnesty para las Américas, Erika Guevara-Rosas, que además señaló que su presidencia "podría entrañar un riesgo enorme para los pueblos indígenas y quilombolas, las comunidades rurales tradicionales, la comunidad LGBTI, la juventud negra, las mujeres, las personas que son activistas y las organizaciones de la sociedad civil si su retórica se convierte en política pública”.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Reid al-Hussein dijo que su discurso es un "peligro" para ciertos sectores de la población de Brasil y tiene potencial para convertirse en un peligro para "todo el país" a largo plazo.
"Si soy presidente, salgo de la ONU. No sirve para nada esa institución", afirmó Bolsonaro en declaraciones al diario Folha de Sao Paulo tras participar en una ceremonia militar en Resende, un municipio del estado de Río de Janeiro. El ex capitán del ejército y candidato por el Partido Social Liberal (PSL) dijo a EFE que la ONU es un "local de reunión de comunistas" y de gente que no tiene el menor compromiso con Sudamérica".
- La relación con las empresas
Desde que lanzó su candidatura, Bolsonaro pareció contar con el respaldo del sector empresarial. A medida que sus chances se consolidaban, el mercado respondía fortaleciendo el valor de las acciones de las empresas brasileñas.
El Instituto Ethos, la principal organización de sustentabilidad empresaria de Brasil manifestó su repudio por “la interferencia de empresas en el proceso electoral por medio de financiamiento de redes sociales y herramientas de comunicación masiva, lo que está vedado por la legislación electoral. Se trata de una interferencia ilegal de empresas en nuestro proceso democrático”.
Para Ethos son las empresas las que pueden y deben liderar el movimiento que busque restaurar la forma en que los negocios se realizan en ese país. Son aquellas que buscan “una cultura de integridad y no sólo programas de ´compliance´ que predican valores que son descartados rápidamente, a fin de garantizar intereses privados en detrimento de los derechos de la población”.
La declaración de Bolsonaro sobre que “pondrá" un punto final en todos los activismos en Brasil fue calificada por Ethos como "de extrema gravedad” y una “amenaza propagada por esta candidatura a nuestra democracia”.
Añadir nuevo comentario