El Nobel de Economía para dos investigadores sobre el impacto económico del cambio climático
La Real Academia Sueca de las Ciencias otorgó el Premio Nóbel de Economía a William Nordhaus y Paul Romer por su aporte en "la investigación en la innovación, clima y crecimiento económico”.
De acuerdo a la Real Academia Sueca de las Ciencias, entidad que entrega el premio desde 1969 en nombre del Banco Central de Suecia, los economistas se destacaron por su aporte en "la investigación en la innovación, clima y crecimiento económico”.
"Ambos economistas han diseñados métodos para afrontar algunos de nuestros retos más fundamentales: el crecimiento sostenible en el largo plazo dentro de la economía global y el bienestar de la población mundial", explicó el secretario de la Real Academia Sueca, Göran K. Hansson.
"El trabajo del profesor Nordhaus ha demostrado cómo la actividad económica interactúa con la química y la física básica para producir el cambio climático", señaló la Academia Sueca de Ciencias.
"Nordhaus fue la primera persona en crear un modelo cuantitativo que describe esa interacción entre la economía y el clima. Su modelo ahora es ampliamente usado en el mundo entero y utilizado para examinar las consecuencias en la aplicación de políticas con relación al clima como por ejemplo los impuestos a la emisión de dióxido de cárbono", añadió.
Un punto importante de su trabajo es que permite poner un precio al carbono para limitar el cambio climático: “La receta fundamental para paliar el cambio climático es que los gobiernos, las empresas y los hogares paguen un precio alto por sus emisiones de carbono. Hoy no pagan prácticamente nada. Si el precio fuera más alto, se recurriría a otras opciones, como las renovables”, sostiene.
Sin embargo, Nordhaus se muestra muy escéptico con la efectividad del Acuerdo de París: “El precio a las emisiones de carbono es demasiado bajo, tan solo un 10% de lo que debería ser en la actualidad para detenerlas. El esfuerzo de París merece la pena, porque es muy útil reunir a los países, pero los resultados son totalmente insuficientes para lograr el objetivo de reducir las emisiones para limitar el aumento de las temperaturas por debajo de los 2 grados”.
Su labor ya fue premiada por la Fundación BBVA que le otorgó el Premio Fronteras del Conocimiento en Cambio Climático por ser el padre de la economía del cambio climático al desarrollar “de forma pionera un modelo que integra las aportaciones de la ciencia del clima, la tecnología y la economía para responder a la pregunta: ¿Qué debe hacer el mundo para poner límites al cambio climático?”.
Nordhaus empezó a analizar el impacto económico del cambio climático en 1975, cuando los investigadores del clima empezaban a alertar de un aumento de la temperatura global como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero. La complejidad del desafío hizo que desarrollar el modelo le llevara más de quince años. Pero aún entonces, aunque la comunidad de investigadores del clima ya era muy activa, el cambio climático seguía fuera de la agenda de los economistas.
En la actualidad, el modelo de Nordhaus, llamado DICE (acrónimo de Dynamic Integrated Climate-Economy model) y su versión revisada que incorpora el enfoque regionalizado (RICE), se han convertido en una herramienta usada en todo el mundo para determinar los costes y beneficios de reducir las emisiones.
Por su parte, Paul Romer, de 63 años, es un destacado investigador que ha trabajado para el Banco Mundial y la Universidad de Stanford, que ha enfocado su trabajo en determinar que el crecimiento económico tiene que ver con factores internos como la investigación y el conocimiento.
Sus investigaciones muestran que "la acumulación de ideas apoyan el crecimiento económico a largo plazo. Demostró cómo las fuerzas económicas están detrás de la voluntad de las empresas para generar nuevas ideas e innovaciones".
La Academia ha destacado que Romer puso las bases de lo que se conoce como "la teoría del crecimiento endógeno", que "ha generado gran cantidad de nueva investigación en reglamentaciones y políticas que fomentan ideas nuevas y la prosperidad a largo plazo".
Romer fue economista jefe del Banco Mundial pero dimitió de su cargo en enero, tras unas polémicas declaraciones en las que hablaba de manipulación política del ranking de competitividad del organismo en Chile, palabras de las que luego se retractó.
Romer se dedicó a estudiar el urbanismo, por entender que mejorar esta política genera oportunidades para el crecimiento económico. En su página web personal, ha agradecido el Nobel y subraya que quiere impulsar la idea de que la tecnología pueda ayudar a proteger el medio ambiente.
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