La crisis energética como oportunidad para impulsar la transición verde

15.01.2023 | Tendencias

El último informe del Foro Económico Mundial, muestra que la actual crisis energética ha causado un retroceso a corto plazo en los esfuerzos para mitigar el cambio climático en el largo plazo.


El Foro Económico Mundial publicó el Informe sobre Riesgos Globales 2023. En esta oportunidad, se utilizaron tres marcos de tiempo para comprender los riesgos globales: así se determinaron los mayores riesgos para este año, en los próximos dos años y los próximos diez años. 

Este año, el mayor riesgo es la crisis energética, seguida del coste de vida, la inflación y el suministro de alimentos. En vista a los próximos diez años, los principales riesgos son la mitigación del cambio climático, seguida por la adaptación al cambio climático y se suman los fenómenos meteorológicos extremos y la biodiversidad. Utilizamos tres marcos de tiempo para comprender los riesgos globales

Cabe destacar que la actual crisis energética ha causado un retroceso a corto plazo en los esfuerzos para mitigar el cambio climático. Anteriormente, con la aparición de la pandemia de COVID-19, la transición energética parecía que iba a acelerarse, pero con la reducción de los confinamientos, las emisiones mundiales de carbono volvieron a aumentar.

Además, la guerra de Ucrania de 2022, impactó en la reducción de emisiones a cero de muchos países. En este sentido, se amplió el uso de combustibles fósiles, como alternativa a las importaciones del gas ruso, dejando en evidencia que avances en la reducción de la demanda de combustibles fósiles han sido demasiado lentos.

Por lo tanto, se calcula que la demanda de carbón alcanzará su máximo histórico en 2022.

En cuanto a los riesgos para los próximos dos años, los encuestados en el Informe sobre Riesgos Mundiales 2023 sitúan la confrontación geoeconómica entre los tres principales riesgos y más de la mitad esperan que los próximos diez años estén marcados por crisis persistentes o múltiples perturbaciones.

Así, la próxima década se caracterizará por crisis ambientales y sociales, impulsadas por tendencias geopolíticas y económicas subyacentes. La “pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas” se considera uno de los riesgos globales de más rápido deterioro durante la próxima década, y los seis riesgos ambientales figuran entre los 10 principales riesgos durante los próximos 10 años.

Las presiones económicas también impactarán en los logros obtenidos por los hogares de ingresos medios, lo que provocará descontento, polarización política y demandas de mejores protecciones sociales en países de todo el mundo.

En contraposición, este contexto, puede ser una oportunidad: la crisis energética puede brindar un nuevo impulso a la transición energética necesaria a largo plazo. El uso de otras tecnologías, como renovables, nuclear o el hidrógeno, pueden favorecer tanto la transición a la energía neta cero como la seguridad energética de los países. Asimismo, los altos precios de la energía también pueden obligar a centrarse en la eficiencia energética.

Por último, se pueden acelerar otros cambios positivos a largo plazo. Dos de los cuatro riesgos más importantes para 2023, los sistemas alimentarios y energéticos, están estrechamente interconectados con los cuatro riesgos más importantes en un plazo de diez años (mitigación del cambio climático, adaptación, fenómenos meteorológicos extremos y biodiversidad) de múltiples formas complejas y superpuestas. Por ejemplo, el aumento de la seguridad alimentaria y la conservación de la biodiversidad pueden entrar en conflicto: los aspectos positivos y negativos de las opciones alternativas de uso de la tierra deben equilibrarse de forma constructiva. Sin embargo, algunas soluciones climáticas basadas en la naturaleza ofrecen múltiples ventajas: intervenciones como la restauración de manglares y bosques naturales pueden contribuir a mitigar el cambio climático no sólo manteniendo los sumideros naturales de carbono, sino también adaptándose a los riesgos climáticos extremos, como las inundaciones provocadas por tormentas, al tiempo que ofrecen opciones de nutrición y empleo a las comunidades locales.

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