Según los autores, la COP26 ha puesto de manifiesto que, sin compromisos adicionales y objetivos concretos de reducción de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI), a corto plazo y a 2030, difícilmente se alcanzará el objetivo de limitar el aumento de la temperatura media del planeta por debajo de los 2ºC y mantener los esfuerzos para limitar ese aumento a 1,5ºC en la segunda mitad del siglo. Además, consideran que ningún Estado alcanzará este objetivo sin la participación directa del tejido empresarial. “Es fundamental que las compañías se involucren de manera decidida en la lucha contra el calentamiento del planeta, pero no siempre es fácil saber por dónde empezar. En estas líneas, explicamos los principales conceptos asociados al cambio climático y qué tiene e hacer una empresa para descarbonizarse”, explican.

En la primera parte la Guía explica los conceptos más relevantes asociados al cambio climático, como los principales gases que producen el efecto invernadero, los sectores que emiten más GEI, la huella de carbono corporativa y a qué se refiere el concepto de “alcances”, el significado de la neutralidad en carbono y el ser negativo en carbono, qué significa net zero y la diferencia entre ser neutral en carbono o carbon negative y alcanzar el net zero; qué son las estrategias de adaptación y de mitigación al cambio climático, el comercio de derechos de emisión, y qué implicaciones contables tiene para una empresa ser Net Zero.

En la segunda parte la Guía explica qué es la descarbonización de una compañía y cómo se consigue a través de cuatro fases:

• Fase 1. Comprender la huella climática, así como los riesgos y oportunidades climáticos.
• Fase 2. Cuantificar la huella climática y fijar objetivos.
• Fase 3. Desarrollar la estrategia de reducción.
• Fase 4. Comunicar los resultados.

La Guía también recomienda revisar el impacto de la legislación europea en materia de energía y clima, asegurar los datos que acrediten el cumplimiento de los objetivos climáticos, y la necesidad de combatir el greenwashing.

“¿Cuál es la conclusión más evidente que podemos extraer de todo este proceso de descarbonizacion de la economía? En nuestra opinión, lo primero que queda claro que estamos ante un cambio radical de modelo que implica que tanto la estrategia de negocio como la estrategia de sostenibilidad de una compañía sean, necesariamente, una misma cosa. Hasta hoy, ha sido frecuente que los aspectos financieros y los no financieros llevasen caminos separados (e incluso paralelos), de forma que los asuntos relativos a la sostenibilidad (en producto, en servicio, en inversiones, en control y supervision por los organos de gobierno y gestión...), o bien suponían (en el mejor de los casos) una parte complementaria en la estrategia de la compañía, o bien (en la mayoría de las ocasiones) representaban un “postizo” añadido a la actividad empresarial”, concuyen los autores.

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