La apertura del evento estuvo a cargo de Neil Mcfarlane, Jefe de UNISDR Nueva York (Estrategia Internacional de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres). McFarlane destacó que el empoderamiento de mujeres y la igualdad de género atraviesan todos los acuerdos históricos alcanzados en 2015 con un foco especial en la participación de las mujeres. Sostuvo que el mayor desafío para los próximos años se da en materia de recolección de datos, sobre todo en la gestión de desastres climáticos donde hay un vacío enorme de información.

A continuación, la Sra. Ebru Gencer, Directora Ejecutiva del Centro para la Reducción de Riesgos de Desastres Urbanos y Resiliencia, destacó que existe información sustancial que indica que las mujeres y los niños tienen 14 veces más probabilidades de morir por desastres climáticos que los hombres. Agregó  en 2015 se firmó el Acuerdo histórico de Sendai para reducir los riesgos de desastres naturales firmado por 187 países y 300 ciudades con un especial énfasis en la perspectiva de género. Junto con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París es uno de los Acuerdos Históricos alcanzados el año pasado.

Eleanor Blomstrom, Directora de Programas Ambientales y Desarrollo de la Mujer de la Organización WEDO, fue la encargada de presentar una investigación que analiza las intersecciones entre la agenda 2030 y el empoderamiento de género.

 “Nuestra investigación detectó que pese a que la perspectiva de género cuenta con un Objetivo (SDG) dedicado al empoderamiento de la mujer, el Objetivo 5, existe una menor presencia en el resto de los objetivos, sobre todo en los objetivos ambientales. Existe una brecha en los objetivos de movilidad sostenible, biodiversidad y energía limpia respecto de la perspectiva de género”, sostuvo Blomstrom. “La Cumbre de Río de 1992 no tomó en cuenta la perspectiva de género. Recién a partir de 2001 se comenzó a hablar de género y cambio climático sobre todo relacionado a la participación de las mujeres en la toma de decisiones. En la COP20 en 2014 en Lima se llevó adelante el primer programa de trabajo sobre género con un mandato a los miembros de promover la sensibilidad de género en el desarrollo e implementación de políticas climáticas”, agregó.

El rol del sector privado

Marguerite Harden, Investigadora en Cambio Climático de la Universidad de Yale, agregó es necesario abordar la perspectiva de género desde el rol que tienen las empresas en la adaptación al cambio climático y en la recuperación de los desastres. Afirmó que el Fondo Verde para el Clima, adoptado como mecanismo financiero de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), ha incorporado en los últimos años una perspectiva de género que significa destinar recursos para mejorar la participación y empoderamiento de las mujeres en la adaptación climática.

Neil Mcfarlane, Jefe de UNISDR, sostuvo que el compromiso con el sector privado es clave en términos de inversión para el clima y que en los últimos años las empresas son cada vez más conscientes del impacto de los desastres climáticos sobre su negocio y por ello están invirtiendo en acciones de mitigación y adaptación.

“Hace algunos años las consecuencias de los desastres climáticos se daban cada 10 años más o menos ahora esos tiempos se han acelerado y las empresas no están dispuestas a poner en riesgo su negocio. Por ello están cada vez más comprometidas a tomar acción para luchar contra el cambio climático. Además están buscando asegurarse que su producción y sus productos son resilientes a través de inversiones y planes a largo plazo en energía y diseño sustentable”, sostuvo Mcfarlane. 

Periodista de ComunicaRSE en Nueva York: Maria Julia Arana