El CEO de BlackRock plantea que la descarbonización creará la mayor oportunidad de inversión de nuestras vidas
Así lo afirma Larry Fink en su tradicional carta anual dirigida a los CEOs. Su mirada sobre el capitalismo de los grupos de interés, el impacto de la pandemia en el mundo del trabajo, cómo deben comunicar los número uno de las empresas ante el nuevo escenario, cuáles piensa que serán los próximos 1000 unicornios y qué relación tienen con la sostenibilidad, cómo piensan ayudar a empoderar a sus clientes con opciones en los votos ESG, el anuncio del lanzamiento del Centro para el Capitalismo de Partes Interesadas, y por qué BlackRock no persigue la desinversión de las empresas de petróleo y gas como política, son algunos de los temas abordados.
“Nos enfocamos en la sustentabilidad no porque seamos ambientalistas, sino porque somos capitalistas y fiduciarios de nuestros clientes. Eso requiere comprender cómo las empresas están ajustando sus negocios a los cambios masivos que está experimentando la economía”, afirma Larry Fink.
En la carta de este año Fink comienza analizando el papel que debe desempeñar el capitalismo de los grupos de interés en el mundo actual. Para el CEO de BlackRock, no se trata de política, ni de una agenda social o ideológica. No es un "despertar". Considera que se trata de un capitalismo impulsado por relaciones mutuamente beneficiosas con los empleados, clientes, proveedores y comunidades de las que dependen las empresas para prosperar.
“En el mundo globalmente interconectado de hoy, una empresa debe crear valor y ser valorada por su gama completa de grupos de interés para poder ofrecer valor a largo plazo para sus accionistas. Es a través del capitalismo efectivo de las partes interesadas que el capital se asigna de manera eficiente, las empresas logran una rentabilidad duradera y se crea valor y se mantiene a largo plazo. No se equivoquen, la búsqueda justa de ganancias sigue siendo lo que anima a los mercados; y la rentabilidad a largo plazo es la medida por la cual los mercados determinarán en última instancia el éxito de su empresa”, plantea Fink.
El impacto que está teniendo la pandemia en el mundo de los negocios es otro de los aspectos destacados. Fink considera que ha acelerado la evolución en el entorno operativo para prácticamente todas las empresas, y que está cambiando la forma en que la gente trabaja y consume, sumado a que se están creando nuevos negocios y destruyendo otros. Además, pone énfasis en cómo la tecnología está remodelando la vida y los negocios. “Las empresas innovadoras que buscan adaptarse a este entorno tienen un acceso más fácil que nunca al capital para hacer realidad sus visiones. La relación entre las empresas, los empleados y la sociedad se está redefiniendo”, agrega.
Fink también cree que debido al COVID-19 los empleados ven cada vez más a sus empleadores como la fuente de información más confiable, competente y ética, más que los gobiernos, los medios de comunicación y las ONG. Es por ello que cree que la voz de los CEOs cada vez más importante. “Nunca ha sido más esencial para los directores ejecutivos tener una voz consistente, un propósito claro, una estrategia coherente y una visión a largo plazo. El propósito de una empresa es su estrella polar en este entorno tumultuoso. Los grupos de interés de los que depende su empresa para generar beneficios para los accionistas necesitan escuchar directamente de usted, para que se comprometan e inspiren con usted. No quieren escucharnos, como directores ejecutivos, opinar sobre todos los temas del día, pero sí necesitan saber cuál es nuestra posición sobre los problemas sociales intrínsecos al éxito a largo plazo de nuestras empresas”. Para hacerlo correctamente sugiere poner el propósito de las empresas en la base de las relaciones con los grupos de interés.
Fink también plantea que la pandemia ha modificado drásticamente la relación que existe entre empleadores y empleados, lo que está reconfigurando un nuevo mundo del trabajo. “Las empresas que no se adaptan a esta nueva realidad y no responden a sus trabajadores lo hacen bajo su propio riesgo. La rotación aumenta los gastos, reduce la productividad y erosiona la cultura y la memoria corporativa. Los directores ejecutivos deben preguntarse si están creando un entorno que los ayude a competir por el talento”, afirma Fink. A su entender, crear ese entorno es más complejo que nunca y va más allá de las cuestiones de salario y flexibilidad. Por eso invita a que los CEOs piensen en cómo usan su voz y se conectan en temas sociales importantes para sus empleados, ya que aquellos que muestren humildad y se mantengan firmes en su propósito tendrán más probabilidades de construir vínculos perdurables.
Otro de los aspectos destacados de la carta son las altas expectativas que existen en la actualidad para que las empresas desempeñen un papel importante en la descarbonización de la economía global. “Pocas cosas afectarán más las decisiones de asignación de capital, y por lo tanto el valor a largo plazo de una empresa, que la eficacia con la que navegue por la transición energética global en los años venideros... Todas las empresas y todas las industrias se verán transformadas por la transición a un mundo de cero emisiones netas. La pregunta es, ¿usted liderará o será guiado?”. Sobre este tema, Fink incluso se anima a anticipar que la descarbonización de la economía global creará la mayor oportunidad de inversión de nuestras vidas. Y agrega que los próximos 1000 unicornios no serán motores de búsqueda ni empresas de redes sociales, sino que “serán innovadores sostenibles y escalables: nuevas empresas que ayuden al mundo a descarbonizarse y hacer que la transición energética sea asequible para todos los consumidores”.
Uno de los puntos polémicos de la carta es la afirmación de que BlackRock no persigue la desinversión de las empresas de petróleo y gas como política. Fink defiende esta postura en la idea de que “desinvertir en sectores enteros, o simplemente pasar activos intensivos en carbono de los mercados públicos a los mercados privados, no hará que el mundo llegue a cero neto”. Además considera que las empresas no pueden ser la policía climática y que se necesita que los gobiernos proporcionen vías claras y una taxonomía coherente para la política, la regulación y la divulgación de la sostenibilidad en todos los mercados. También cree que se debe apoyar a las comunidades afectadas por la transición, ayudar a catalizar capital para los mercados emergentes e invertir en innovación y tecnología que serán esenciales para descarbonizar la economía global.
Fink también hace un llamado a empoderar a los clientes con opciones en los votos ESG. Sobre este punto, revela que están siguiendo una iniciativa para utilizar la tecnología para dar a más clientes la opción de opinar sobre cómo se emiten los votos por poder en las empresas en las que se invierte su dinero. “Ahora ofrecemos esta opción a ciertos clientes institucionales, incluidos los fondos de pensiones que sustentan a 60 millones de personas. Estamos trabajando para expandir ese universo. Estamos comprometidos con un futuro en el que todos los inversores, incluso los inversores individuales, puedan tener la opción de participar en el proceso de voto por poder si así lo desean. Sabemos que existen importantes obstáculos regulatorios y logísticos para lograr esto hoy, pero creemos que esto podría traer más democracia y más voces al capitalismo. Todos los inversores merecen el derecho a ser escuchados. Continuaremos buscando la innovación y trabajando con otros participantes del mercado y reguladores para ayudar a avanzar esta visión hacia la realidad”.
Por último, en la carta Fink anticipa que están lanzando un Centro para el Capitalismo de Partes Interesadas, para crear un foro de investigación, diálogo y debate que los ayudará a explorar más a fondo las relaciones entre las empresas y sus grupos de interés, y el valor para los accionistas. Allí se reunirán los principales directores ejecutivos, inversionistas, expertos en políticas y académicos para compartir su experiencia y brindar sus conocimientos. “Nuestra convicción en BlackRock es que las empresas se desempeñan mejor cuando son conscientes de su papel en la sociedad y actúan en interés de sus empleados, clientes, comunidades y accionistas”.
Para concluir, Fink afirma que “es más importante que nunca que las empresas y su gestión se guíen por un propósito. Si se mantiene fiel al propósito de su empresa y se enfoca en el largo plazo, mientras se adapta a este nuevo mundo que nos rodea, generará retornos duraderos para los accionistas y ayudará a darse cuenta del poder del capitalismo para todos”.
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