El Sello de Igualdad de Género del PNUD nace como una iniciativa gubernamental en Chile, México y Costa Rica, países pioneros donde el sello buscaba crear un sistema de certificación que promueva la igualdad de género en el lugar de trabajo.

Bajo esa dinámica, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reconoció en 2009 el potencial de estos sellos como política pública y los tomó como iniciativa propia. “Como programa de la ONU trabajamos desarrollando capacidades de gobiernos. Vimos entonces el potencial en estos sellos como modelos de certificación de la agenda de igualdad. A partir de allí, el PNUD inicia un apoyo a estos países pioneros y busca impulsar una fertilización cruzada y una cooperación sur-sur entre países para promocionar la adopción del sello en el resto de la región”, argumenta Diana Gutiérrez, Coordinadora Global de Sello de Igualdad de Género en el PNUD.

En esta década, el Sello ha alcanzado 600 compañías certificadas independientemente y 1.5 millones de trabajadores beneficiados en 1900 sedes de trabajo certificadas. Como elementos de apoyo para el sector privado el PNUD cuenta con una Plataforma en línea utilizada por compañías para hacer autodiagnóstico y evaluar progreso; y más de 25 herramientas de apoyo para la implementación del sello en todas las dimensiones del instrumento.

“El Sello ha sobrevivido cambios de gobiernos, crisis políticas, y esto es una prueba ácida clave de su fortaleza. El sello conserva el espíritu original, la relevancia que tenía hace 10 años y la identificación como un mecanismo de identificación de brechas. Muestra resultados muy concretos, le muestra a la empresa una ruta crítica para promover la igualdad de género”, agrega Gutiérrez del PNUD.

El Sello es un marco normativo que permite a la empresa generar un sistema de gestión de la diversidad. Al igual que cualquier sistema de gestión de las normas ISO, el sello implica estandarizar procesos, aplicarlos, y mostrar evidencia, en este caso en relación con 8 dimensiones de gestión de la diversidad: Reclutamiento y selección; Promoción y desarrollo; Capacitación; Remuneración y salario; Ambiente de trabajo, salud y calidad de vida; Acoso laboral y sexual en el lugar de trabajo; Comunicación no sexista y lenguaje incluyente; Conciliación de la vida personal, familiar y laboral con corresponsabilidad.

Si bien el programa nace en América Latina, está en proceso de globalización con pruebas piloto en Uganda, Ruanda, Turquía, Asia y Oriente Medio.

Casos empresarios

El proceso de certificación inicia con un autodiagnóstico en la empresa que permite identificar dónde están las barreras de género y las brechas salariales. Le continúa una encuesta a empleados y charlas de sensibilización dictadas por los  “Agentes de Igualdad de Género”, consultores convocados por el PNUD con formación en temas de género. El resultado del autodiagnóstico le ofrece recomendaciones a la empresa para iniciar o mejorar el sistema de gestión de la diversidad. Luego de un año, la empresa es evaluada por una auditoría externa y puede recibir el sello de plata, oro, o bronce.

“Implementar el sello nos sirvió para colocarnos ‘las gafas de género’ y visibilizar situaciones de las que no éramos conscientes. Nos pareció una iniciativa fabulosa porque abordaba uno de los temas claves para Tenaris: la deserción de la mujer en el ámbito laboral. En la primera etapa, que duró 2 años, se produjo una mejora en muchos aspectos, ayudó a integrar a los empleados, tuvo consecuencias en la mejora del clima laboral, se generó un mayor compromiso de los empleados, y una reducción efectiva de brechas”, indica Silvia Díaz, líder del Comité de Diversidad de Tenaris y directora Legal Región Andina.

En marzo 2018, Tenaris Colombia recibió el Sello Plata luego del proceso de auditoría, único proceso financiado por la empresa. El resto de los fondos son públicos y el PNUD aporta con la contratación de consultores para acompañar los procesos de implementación. Este es el caso de Gonzalo Giambruno quien ha implementado el sello en cinco empresas, entre ellas Tenaris Colombia. “Mi rol consistió en relevar un diagnóstico de 111 preguntas en la empresa, que fue el corazón del sistema de gestión, a través de entrevistas, grupos focales, análisis documental e información para identificar cuáles brechas requerían cerrarse. La primera recomendación fue iniciar con la creación de un comité de diversidad y un plan de gestión”, indicó Giambruno.

El plan de acción de Tenaris consistió en 144 acciones que debían ejecutarse en 2 años. “En Tenaris buscamos terminar con la deserción de las mujeres del mundo laboral y superar el arraigo cultural de los estereotipos de género. Para ello fue clave la implementación del sello. Vale absolutamente la pena visibilizar los sesgos de género, colocarse las gafas de género ayuda a mejorar, a optimizar los recursos y la competitividad”, añadió Díaz. 

Colombia se unió al sello en una segunda generación, luego de que los pioneros ya llevaban un par de años implementándolo. Denominado “Sello Equipares” es coordinado por el Ministerio de Trabajo, la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) en Colombia. En los últimos 2 años, se llevaron adelante 150 mil encuestas de opinión al personal que reportan mejoras en el ambiente laboral, en la innovación y el respeto.

Otros casos de éxito, como Codelco Chile y Argos, informan reducciones en sus costos, aumentos en la productividad por trabajador y mejoras en el clima laboral gracias a la certificación.

El nuevo Sello PNUD 2019

Como novedad, el PNUD está lanzando un nuevo sello, ya no basado en un programa de certificación sino en uno de reconocimiento. “Se trataría de un programa complementario a los programas de certificación. Fue una solicitud de empresas y gobiernos en países donde no hay condiciones para poner en marcha el Sello a partir de auditorías, como el caso de Argentina. En la Argentina hace años se inició el programa “Empresas por la igualdad de género” pero no tuvo una adopción del gobierno. A partir de eso lanzamos una nueva propuesta, un nuevo sello, no a través de gobiernos sino sólo impulsado por el PNUD”, describió Diana Gutiérrez del PNUD.

Ese podrá aplicar al nuevo Sello a distancia, a través de la herramienta indicaigualdad.org una plataforma que permite cargar información cuantitativa sobre brechas de género, además de las políticas, procesos relacionados, y los cuestionarios de opinión al personal.

Una batería de 50 indicadores que construyen un índice de igualdad de 0 a 100 que miden el desempeño de la organización en materia de género permitirá a las empresas contar con un sello internacional. “La principal diferencia entre éste y el sello que cumple 10 años es que se trata de un sello internacional basado en estándares internacionales comunes a todos los países. El primer sello es un sello instrumental, a nivel nacional, que incorpora estándares nacionales específicos. Por ejemplo, un sello nacional puede ser usado en Costa Rica para sumar puntos para licitaciones en compras públicas. Es por ello instrumental y muy ajustado al contexto nacional”, agrega Gutiérrez.

El sello nuevo no contará con un proceso de auditoría, “aunque lleva un proceso de verificación remota de evidencia”, y sólo exigirá cumplir con cinco etapas que duran máximo un año. El sello es válido por 3 años e implica un compromiso de actualización anual de información.