Magdalena Browne, Decana Escuela de Comunicaciones y Periodismo, comenzó analizando cómo ha sido la transformación de la comunicación empresarial en los últimos tiempos y la importancia que ha adquirido la transparencia. “Hace quince años, la comunicación empresarial se centraba principalmente en mantener buenas relaciones con la prensa y construir una reputación positiva a través de estrategias de marketing. Sin embargo, en este tiempo, ha habido una transformación significativa en la percepción de lo que implica la comunicación en las empresas. Hoy en día, la comunicación empresarial significa transparencia, diálogo y colaboración”. Con respecto a los reportes destacó que es necesaria una mirada autocrítica. “En los reportes no se trata solo de mostrar los éxitos de una empresa, sino también de ser capaces de realizar una autocrítica constructiva. Los indicadores de rendimiento deben ser evaluados de manera crítica para identificar áreas de mejora. Además, las iniciativas de comunicación deben tener un propósito que beneficie tanto a la empresa como a su entorno”.

Karin Eggers, ESG Head en KPMG Chile & Co-Lead ESG South American Cluster, coincidió en la importancia de la rendición de cuentas, a la cual consideró como un pilar fundamental en la promoción del desarrollo sostenible. “No se trata solo de cumplir con obligaciones formales, sino de un compromiso con la transparencia y la mejora continua. Al sentarnos críticamente a evaluar nuestras acciones, no adoptamos una actitud negativa, sino que identificamos áreas donde podemos mejorar. En un mundo donde las instituciones enfrentan crisis de desconfianza y los ciudadanos tienen un mayor empoderamiento, la rendición de cuentas se vuelve aún más crucial”. Y agregó que “en la era de la globalización, la rendición de cuentas adquiere una dimensión internacional. Los informes de sostenibilidad deben ser confiables, precisos y comparables a nivel mundial. Esto es especialmente relevante para aquellos de nosotros que trabajamos en sectores endogámicos con acrónimos y términos técnicos”.

Marcela Bravo, Gerente General de Acción Empresas, sostuvo que la sostenibilidad se ha convertido en un tema fundamental en la actualidad para las empresas. “La evolución de la sostenibilidad empresarial a lo largo de los años ha pasado de ser una carga a un compromiso estratégico. Desde la gestión de la información hasta la relación con las comunidades y la adaptación a los desafíos globales, las empresas están desempeñando un papel crucial en la construcción de un futuro sostenible”. También se refirió a que en la actualidad son pocas las empresas que asignan la responsabilidad de la sostenibilidad a un solo equipo o área. “Las áreas de compras, por ejemplo, también están involucradas en la sostenibilidad, comprendiendo los impactos que generan a través de su cadena de abastecimiento. Esto representa un gran trabajo de concientización y formación en diversas áreas de la empresa”.

Lina Camargo, Manager Regional Hub GRI Lationamérica, explicó que uno de los primeros desafíos que enfrentan las organizaciones es comprender la verdadera materialidad de su impacto. “A menudo, se confunde la gestión del impacto con el impacto real que se está generando. Es esencial distinguir entre acciones estratégicas y la compensación de impactos negativos. La transparencia en la identificación y comunicación de impactos es clave”. Por otro lado también afirmó que si bien el cambio climático está en la vanguardia de la gestión de riesgos en la actualidad, no se pueden ignorar los desafíos sociales y de derechos humanos en América Latina. “La región enfrenta problemas de inequidad y conflictos sociales, y las organizaciones deben considerar estos riesgos en su estrategia. La agenda de Derechos Humanos es especialmente relevante en un contexto latinoamericano”.

Resultados 2023

Al presentar el estudio, Maria Julia Arana, Gerente Senior de KPMG - South American Cluster ESG Deputy, explicó que uno de los hallazgos es que la mayoría de las empresas chilenas, especialmente las de mayor ingreso, están reportando su desempeño ESG. “Más del 90% de estas empresas están involucradas en este tipo de reporte, y esta tasa ha ido en aumento desde el 2015, cuando era del 72%”.

En cuanto al formato, observó que el de Reporte Integrado está ganando terreno entre las empresas chilenas. “Un 88% de las 100 empresas más grandes eligen este formato para divulgar su desempeño, lo que representa un crecimiento del 30% en comparación con años anteriores. Esto sugiere una tendencia hacia la integración de información financiera y extrafinanciera”.

En términos de estándares utilizados, destacó la relevancia del Global Reporting Initiative (GRI), como ampliamente utilizado tanto a nivel mundial como en Chile. Sin embargo, observó un crecimiento interesante en el uso del Sustainability Accounting Standards Board (SASB), un estándar que se enfoca en la materialidad financiera.

Arana también destacó que la Norma de Carácter General 461, que se enfoca en la integración de información de desempeño e información extrafinanciera, ha tenido una alta adopción entre las empresas chilenas. “El 87% de las empresas en la muestra reguladas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) la están utilizando, lo que demuestra su obligatoriedad. Además, un 51% de las empresas no reguladas por la CMF también están aplicando esta norma, lo que indica una proactividad por parte de las empresas chilenas para adoptar mejores prácticas”.

En cuanto al análisis de materialidad, explicó que la mayoría de las empresas chilenas definen su materialidad utilizando el enfoque de GRI, que se basa en identificar los impactos negativos sobre los grupos de interés. “Sin embargo, se destaca que dentro de estas empresas, aún existe una oportunidad de mejora en la identificación de impactos negativos y en la presentación equilibrada de información”.

Otro de los hallazgos que destacó Arana es el aumento en la contribución de las empresas chilenas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “Si bien hay un incremento con respecto al año pasado en la divulgación de esta contribución, aún se enfrenta el desafío de identificar los impactos negativos relacionados con los ODS. La importancia radica en no solo destacar las contribuciones positivas, sino también en analizar y abordar los impactos negativos en estos objetivos”.

En el ámbito de la gestión de riesgos, mostró un progreso en la integración de riesgos climáticos a las matrices de riesgo corporativo. “Sin embargo, aún se necesita una cuantificación financiera más precisa de estos riesgos para una integración efectiva. La gestión de riesgos sociales y de gobierno corporativo se encuentra en una etapa incipiente y requiere un enfoque estratégico”.

Arana también señaló que según el informe aún hay mucho trabajo pendiente en la divulgación de riesgos vinculados a la biodiversidad en empresas chilenas. “A pesar de la alta dependencia de Chile y América Latina de los servicios ecosistémicos, solo un pequeño porcentaje de empresas aborda adecuadamente estos riesgos en sus informes. Se necesita una mayor atención y gobernanza en este aspecto”. Otro dato que destacó es que existe una falta de consideración de riesgos ambientales y sociales en la cadena de valor en los informes de sostenibilidad de las empresas chilenas.

Por último, en cuanto a la gestión y el seguimiento de compromisos destacó la necesidad de mejorar la comunicación del progreso hacia el cumplimiento de los mismos. “Los reportes de sostenibilidad deben evolucionar de ser una fotografía estática a una película que muestre el progreso continuo de las empresas en su camino hacia la sostenibilidad”.
 

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