El gobierno de Canadá trabajó en los últimos 2 años junto a las provincias y territorios en un Plan que protege el ambiente mientras crece la economía que incluía poner un precio a la contaminación por carbono.

El precio del Carbono es presentado por el Gobierno canadiense como un incentivo para tomar decisiones más limpias e implementar soluciones en empresas. Provincias como Alberta, Columbia Británica, Terranova y Labrador, Territorios del Noroeste, Nueva Escocia, Nunavut, Isla del Príncipe Eduardo, Quebec y Yukon han intensificado y demostrado su liderazgo, ya sea desarrollando sus propios sistemas o eligiendo adoptar el sistema federal de precios de Carbono.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que seguirá adelante con los planes para imponer un impuesto al carbono en las provincias que no están dispuestas a combatir el cambio climático a pesar de la resistencia en las partes del país que tienen muchos votantes. A partir de abril de 2019, la contaminación por carbono costará inicialmente C$20 por tonelada, aumentando en C$10 por año hasta que alcance C$50 en 2022. Cualquier recaudación directa recolectada irá directamente a las personas en estas provincias. Los hogares recibirán un Incentivo de Acción Climática, que otorgará a la mayoría de las familias más de lo que pagan bajo el nuevo sistema. También se otorgarán fondos a las ciudades, escuelas, hospitales, empresas y comunidades indígenas de las provincias para, por ejemplo, ayudarlos a ser más eficientes en el uso de la energía y reducir las emisiones, ayudar a los canadienses a ahorrar aún más dinero y mejorar nuestras economías locales.

El impuesto se aplicará a la gasolina, gas natural y propano y otros combustibles de origen fósil, y, por ejemplo, supondrá un aumento del coste del litro de gasolina de 4,42 centavos de dólar canadiense (3,4 centavos de dólar estadounidense) en el primer año.

El impuesto aumentará anualmente hasta llegar a 50 dólares canadienses (38 dólares estadounidenses) por tonelada emitida en 2022.

Para entonces, el Gobierno canadiense prevé que las emisiones de gases con efecto invernadero se reducirán entre 50 y 60 millones de toneladas al año gracias al plan.

 “Los efectos del cambio climático están en todas partes, y son un recordatorio constante de la necesidad de actuar ahora. Si bien el cambio climático es el mayor desafío de esta generación, también brinda la oportunidad de hacerlo mejor al mismo tiempo que crece la economía. Estamos invirtiendo en compañías canadienses que están a la vanguardia de las tecnologías limpias, y estamos trabajando con provincias, territorios y municipios para brindar a los canadienses más opciones de energía limpia. Proteger el medio ambiente es una responsabilidad que todos compartimos. Es por eso que estamos tomando medidas para promover la energía limpia y el crecimiento en Canadá. Juntos, y solo juntos, podemos hacer una diferencia real para el futuro de nuestro planeta”, afirmó Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá.

Las provincias de Ontario, Manitoba, Saskatchewan y Nueva Brunswick han rechazado el programa federal o establecer su propio programa para gravar con un impuesto las emisiones.

En estas cuatro provincias, el Gobierno federal recaudará el impuesto y devolverá a los consumidores del 90 % de los ingresos obtenidos directamente de los canadienses a través del programa.

Según los cálculos del propio Gobierno canadiense, los habitantes de las cuatro provincias que se han negado a implementar el plan, recibirán más dinero por parte de Ottawa que lo que pagarán con el nuevo impuesto.